Solo dos veces en la historia ha fracasado la convalidación de un decreto ley aprobado por un gobierno. La primera fue durante el mandato de Adolfo Suárez con el rechazo a un decreto sobre los acuertelamientos. La segunda ha sido hoy con el Real Decreto de la Estiba.
La soledad del PP con la ley de la estiba dibuja la debilidad del Gobierno en una nueva etapa política en minoría y provoca que Rajoy pierda la votación en un asunto de primer orden para España en el que están en juego multas millonarias por parte de Europa. A partir de hoy Bruselas activará el mecanismo para multarnos con 23 millones de euros y más 134.000 euros diarios por no acatar el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Dinero, ha dicho el ministro de Fomento Íñigo de La Serna , "que saldrá del bolsillo de todos los españoles". La comisaria europea de transporte, Violeta Bulc, ya avisó hace una semana que en caso de que no se apruebe el decreto al montante de la multa habrá que añadir nuevas penalizaciones que empezarían a aumentar cada día por incumplimiento de la normativa.
El PP ha estado peleando el apoyo in extremis del PSOE hasta última hora poniendo encima de la mesa de negociación un generosos acuerdo de prejubilaciones para los estibadores por el que podrían retirarse a los 50 años con el 70% de su salario, unos 3.000 euros de media. La oferta fue rechazada en la noche del miércoles por los estibadores y por tanto por el PSOE que insiste en que no apoyará la convalidación si no hay acuerdo en la mesa de negociación. El PP sólo ha conseguido durante las últimas horas el apoyo del PNV y sus cinco escaños . Por su parte Ciudadanos se ha limitado a abstenerse justificando su decisión en la falta de acuerdo en la mesa de negociación. Los de Rivera intentaron anoche que el Ejecutivo retirase el decreto ley porque, en su opinión había margen, una semana más, para poder cerrar ese pacto. El PP ni siquiera ha contado con el voto esperado del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo. Quevedo, por cierto ,ha ido más allá al asegurar que tampoco apoyará los Presupuestos Generales del Estado.
Fuentes gubernamentales reconocen que han estirado hasta el límite las ofertas a los estibadores y los ruegos a los grupos parlamentarios para evitar el "ridículo internacional" de España al saltarse una sentencia de obligado cumplimiento.
El debate de la Estiba anticipa la dificultad de otro debate peliagudo, el de los Presupuestos Generales del Estado. Ante el rechazo del PSOE a apoyar las cuentas públicas, el voto de Pedro Quevedo puede ser decisivo para que el Gobierno saque adelante los Presupuestos. El Ejecutivo podría superar las enmiendas a la totalidad si lograse sumar los votos del PNV y Coalición Canaria (CC) a los de Ciudadanos, puesto que le bastaría con esos 175 escaños. Sin embargo, para la segunda fase necesita más votos a favor que en contra, de manera que necesita uno más.