Los investigadores del vuelo de Germanwings que el pasado 24 de marzo se estrelló en los Alpes franceses causando 149 muertos han confirmado este miércoles que el copiloto, Andreas Lubitz, ensayó la maniobra durante el trayecto de ida de Düsseldorf a Barcelona, aunque han asegurado que tal práctica no podía haber sido detectado.
Ni el resto de los tripulantes, ni el control aéreo francés ni los ocupantes del avión pudieron darse cuenta de que Lubitz había programado el aparato para que bajase hasta la altura mínima posible, 100 pies, unos 30 metros, en cinco ocasiones durante el vuelo, aunque finalmente corrigió la maniobra.
Así lo ha manifestado el director de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), Rémi Jouty, responsable de las pesquisas técnicas, indicando, como recoge la agencia Efe, que se puede concluir que Lubitz "ensayó el gesto que luego hizo en el vuelo fatal", aunque precisó que todavía es prematuro adelantar los motivos que llevaron a ello.
La confirmación de las autoridades aéreas francesas llega apenas unas horas después de que el diario sensacionalista alemán Bild asegurara que Lubitz ensayó su suicidio en el vuelo de ida. Su información, basada en el informe citado, señala que en el viaje realizado horas antes de la tragedia, Lubitz probó un vuelo en picado sin justificación alguna.
Asimismo, el documento habla de "un vuelo en picado controlado de varios minutos sin justificación alguna", e incluso no descartaba que tal trayecto en picado no haya sido solamente un ensayo sino un primer intento para consumar el suicidio.