“La mano no. Pondré la bandera y mucho antes de lo que usted se cree”. El titular español de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo protagonizó dias atrás una bronca polémica con el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, quien había afirmado que “España no pondrá jamás la mano en el Peñón”. Una disputa considerada muy inconveniente en círculos de Moncloa ya que tuvo lugar días antes de la primera visita oficial a España de la jefe de Gobierno británico, Theresa May, quien este jueves estará en Madrid para verse con Mariano Rajoy, con quien mantendrá un almuerzo.
El presidente español en funciones no prevé hacer de Gibraltar uno de los factores fundamentales en su encuentro con su homóloga del Reino Unido. “Es inevitable que salga a colación, ya que estarán juntos casi cuatro horas”, señalan fuentes diplomáticas españolas. Pero en un tono muy alejado al que esgrimió Margallo en su choque dialéctico con Picardo. "Se trata de hablar de las consecuencias del 'Brexit', este es el objetivo", comentan en fuentes del Gobierno español, muy renuentes al informar sobre los preparativos españoles para esta visita. Rajoy confesó este miércoles a los periodistas, durante la recepción en Palacio, que está preparando este encuentro desde hace días.
Rajoy conversó telefónicamente con May, al igual que otros líderes europeos, a mediados del pasado julio, tras el triunfo del 'Brexit' en el referendum. “Fue una conversación cordial y distendida”, se comentó desde la parte española, en la que Rajoy puso particular énfasis en defender que ningún ciudadano español resulte perjudicado por la nueva situación creada tras la polémica consulta. El presidente en funciones había enviado un amable telegrama de felicitación a May al ser designada sucesora de David Cameron, en el que se presentó como ‘un amigo leal del Gobierno y del pueblo británico”. Esta será también la línea del encuentro de este jueves en Madrid, defender los intereses tanto de las empresas españolas como de los ciudadanos de nuestro país residentes en Gran Bretaña, al margen de pulsos y enfrentamientos innecesarios.
La bandera española
García-Margallo, cuya continuidad en la cartera de Exteriores aparece muy cuestionada en un futuro gobierno de Rajoy, ha defendido públicamente que ‘la bandera española ondeará en Gibraltar en el plazo de cuatro años, una vez que Londres notifique oficialmente su salida de la UE y se pongan en marcha las negociaciones para llevar a la práctica el ‘Brexit’.
La estrategia de Mariano Rajoy con relación a Gibraltar se orienta hacia una vía más diplomática, que elude dar protagonismo al primer ministro de la Roca y promover pasos en los ámbitos internacionales. Hace unos días, España planteó ante la ONU una serie de medidas destinadas a intentar atraerse la voluntad de los ‘llanitos’, los habitantes del Peñón, enormemente inquietos ante la posibilidad de perder su condición de ciudadanos comunitarios. La oferta de España incluía puntos relevantes como la posibilidad de que Gibraltar siga beneficiándose del su acceso al mercado europeo, el desmantelamiento de la Verja que le separa del territorio español, acceder a la nacionalidad española manteniendo la británica, y otra serie de puntos que ya en su momento ofertó Josep Piqué cuando estaba al frente de la diplomacia española. El paso de Miguel Ángel Moratinos por esa cartera, bajo la era de Zapatero, resultó catastrófico para los avances conseguidos, ya que, en una delirante iniciativa, situó al gobierno gibraltareño en un plano de igualdad junto al de Madrid y Londres. Un paso atrás cuyas consecuencias todavía se están pagando.
Rajoy, muy distanciado en los últimos tiempos de su ministro de Exteriores, pretende comprobar de primera mano cual es la actitud del nuevo Gobierno británico hacia Gibraltar, tras el terremoto del ‘Brexit’. “Primero se palpla la actitud de la nueva 'premier', luego se insiste en la firmeza y en tercer lugar, se hará lo que sea estrictamente necesario”, explican fuentes diplomáticas de españolas en el Reino Unido. Margallo, por el contrario, opta por una vía más expedita al percibir la inquietud de los gibraltareños antre el nuevo statu quo. Dentro de unos días tiene previsto desplazarse al Campo de Gibraltar, posiblemente en compañía de la presidenta de la Junta andaluza, Susana Díaz, para mostrar la firmeza del Gobierno español en este diferendo.