Economía

El BCE saca los colores a la banca española: critica el exceso de poder de los presidentes

Margarita Delgado, directora general adjunta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), ha trasladado recientemente a los banqueros españoles que "hay mucho por mejorar" en la información que se contiene en las actas de los consejos de administración. Además, el BCE critica la falta de discusión interna y debate en estos foro

  • Ana Botín, presidenta de Santader.

Más debate, más discusión interna y un exceso de poder de los presidentes en la toma de decisiones. Son las grandes críticas que ha expuesto el Banco Central Europeo (BCE), a través de la directora general adjunta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Margarita Delgado, a los responsables de los bancos españoles en un reciente encuentro, según confirman fuentes del sector.  

En esta reunión, la institución presidida por Mario Draghi trasladó a los banqueros españoles que hay "mucho por mejorar" en la información que recibe el BCE sobre las reuniones de los consejos de administración de las entidades mediante las actas de dichos encuentros. Desde marzo, el supervisor europeo se encuentra analizando cómo se organiza la alta dirección y los consejos de las entidades, con entrevistas individualizadas a muchos de estos consejeros para comprobar su idoneidad para el cargo.

Uno de los problemas de fondo que se ha encontrado el BCE es el poder casi absoluto de los presidentes de los bancos españoles: actúan como primer ejecutivo, quitan y ponen a los consejeros delegados (sus números dos) a su antojo, y someten sus decisiones -cuando ya están tomadas- a la aprobación de los consejos de forma casi testimonial, ya que los consejeros les deben el puesto. Un sistema de gobierno que el BCE desaprueba.

Más debate, más discusión interna y un exceso de poder de los presidentes en la toma de decisiones. Son las grandes críticas que ha expuesto el Banco Central Europeo (BCE)

Margarita Delgado trasladó a los bancos españoles, según fuentes conocedoras del encuentro, que el BCE considera prioritaria la existencia de debate y discusión en las comisiones y comités de los bancos.  Para la institución, por ello, es muy importante acceder a las actas de estas reuniones (aunque en algunos países ha tenido problemas legales para hacerlo) y que estos documentos reflejen el contenido de los encuentros en detalle e incluyendo las discrepancias. El principio es: "Haz lo que escribes y escribe lo que haces".

El Consejo de Gobierno del BCE recibió a finales del próximo junio un detallado informe sobre el gobierno corporativo -Governance Tematic Review (revisión temática de la gobernanza)- de los 128 bancos europeos que han quedado bajo su supervisión. Para ello, la nueva policía bancaria comenzó a finales del pasado marzo una doble vía de supervisión. En primer lugar, a través de los equipos de supervisión designados para cada entidad, el BCE ha comenzado una “supervisión silenciosa”, con presencia pero sin voz. Estos inspectores asisten, desde hace semanas, a las reuniones de los comités de riesgos y auditoría de la mayoría de las entidades españolas. Quieren conocer de primera mano los niveles de scoring en la concesión de créditos, las proyecciones de crecimiento del activo y del pasivo, además de los planes de crecimiento de la rentabilidad en los próximos 3 a 5 años.

Las entidades han encajado bien esta presencia constante en las reuniones de estas comisiones. Sin embargo, algunas de ellas, se quejan de que el BCE no participe, ni corrija, en los planes futuros que se están desarrollando en la actualidad. “Lo normal sería que hicieran comentarios si detectan alguna anomalía, más que nada porque esos mismos equipos serán los encargados de criticar en el futuro alguno de los planes que ahora estamos elaborando delante de sus ojos. Pero en la práctica no efectúan ninguna indicación. Actúan según la pauta del ver, oír y callar”, explican desde una entidad que tuvo empotrados a los hombres del BCE en sus comisiones de riesgos y auditoría. Como parte de esta ‘supervisión silenciosa’, los responsables de cada equipo de supervisión tienen la potestad de acudir a las reuniones del consejo de administración de sus respectivas entidades. Sin embargo, esta posibilidad no se llevará finalmente a cabo en gran parte de los bancos españoles.

Los jefes de la banca española también han tenido que pasar este examen. Ana Patricia Botín, Francisco González, Isidro Fainé, José Ignacio Goirigolzarri, Ángel Ron o Josep Oliu han sido entrevistados por los inspectores del BCE. Además de los presidentes, también la mayoría de consejeros delegados, además de consejeros coordinadores (en aquellas entidades que cuenten con esta figura), o responsables de la comisión consultiva de riesgos o auditorías han tenido que pasar esta prueba.

La directora adjunta del MUS también destacó que el BCE da gran importancia a que los comités de los bancos cuenten con consejeros independientes con mucho peso y dedicación

El BCE ha querido calibrar si los componentes del comité de dirección de las entidades cuentan con el suficiente nivel de profesionalización para que no se repitan las malas prácticas del pasado que, en España, han llevado a la desaparición de las antiguas cajas de ahorros. De hecho, el supervisor europeo quiere que los consejeros de las entidades asuman responsabilidades en caso de que una entidad quiebre, tenga que recibir ayudas públicas para su reestructuración como consecuencia de una inadecuada política de riesgos.

La directora adjunta del MUS también destacó que el BCE da gran importancia a que los comités de los bancos cuenten con consejeros independientes con mucho peso y dedicación. En este punto hubo debate, ya que los bancos le plantearon que uno de estos administradores puede tener dependencia económica de la entidad, con lo que podría dejar de ser independiente.

Delgado apuntó que los consejeros no deberían estar en ocho o 10 consejos de distintas empresas, sino que lo normal sería que fueran no más de cuatro o cinco para tener una correcta dedicación, si bien admitió que es un asunto subjetivo. En concreto, puso el ejemplo de la comisión de auditoría, que apuntó que debe estar presidida por un independiente que dedique más del 25% de su tiempo a esa labor.

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