Un desastre en toda regla. El banco de inversión estadounidense Houlilhan Lokey (HL), contratado por Pescanova el pasado miércoles para lograr refinanciar su deuda y presentar por fin sus cuentas, ha intentado estos días delimitar el perímetro real de la deuda de la compañía, solicitando, sin éxito, más información sobre algunos pagos entre filiales. Al no obtenerla, avisó a la empresa gallega que sólo continuaría trabajando si le garantizaban que habría las salvedades oportunas en un futuro informe de auditoría, lo que se tradujo en la inmediata presentación de un Hecho Relevante por parte de Pescanova informando de que se suspendían los servicios de este banco de negocios, alegando que su contratación no había pasado por el consejo de administración. El asesor independiente ha durado apenas 48 horas.
Este comunicado de la empresa ha sido una cuestión meramente formal, intentando mitigar el impacto de una dimisión en toda regla por parte de HL. Pocas horas después, la CNMV tomaba cartas en el asunto, abriendo una investigación por “abuso de mercado” y falta de transparencia. Sobre abuso de mercado, Vozpópuli ya informó la pasada semana de los movimientos accionariales del consejo, vendiendo acciones poco antes del preconcurso y no acudiendo a las ampliaciones de capital, siendo este un asunto que tiene realmente enfadados a los gestores de fondos de inversión.
Fuentes financieras cercanas a Pescanova aclaraban la dimensión del asunto: “el banco de inversión se ha plantado. Ha visto pagos extraños; no de importes elevados pero sí poco claros y ha pedido más información. Al recibir largas ha puesto las cosas claras y la compañía ha ‘suspendido’ sus servicios, por llamarle de alguna forma. La excusa de que no ha pasado por el consejo es un papelón, porque ya se había anunciado el fichaje del asesor independiente en diversos encuentros con fondos, tanto españoles como internacionales. No es ninguna broma, hablamos de BNP Paribas, HSBC, inversores brasileños…”
Las fuentes indican que “Houlilhan Lokey sólo quería establecer el perímetro total de la deuda (alrededor de 1.500 millones de euros), pero se ha topado con unas prácticas empresariales que a estas alturas resultan increíbles. Ahora, hay una guerra total en el consejo de administración, entre el presidente (con el apoyo de sus consejeros históricos) y el recién llegado grupo Damm de Demetrio Carceller, (posee un 6,1%) que ya ha solicitado la convocatoria de un consejo extraordinario”.
CNMV
La investigación del supervisor intenta aclarar por un lado si ha habido uso de información privilegiada en algunos miembros del consejo. Conviene recordar que la actual cúpula aprobó solicitar a los inversores capital a través de una emisión de bonos convertibles y una ampliación de capital cubiertas el pasado año, pero que muchos de ellos o no acudieron o incluso deshicieron posiciones.
Poco tiempo después, fue presentado el preconcurso de acreedores. “Algunos consejeros (Damm entre ellos, sin duda) se enteraron de la solicitud del preconcurso con la publicación del Hecho Relevante, lo cual hace sospechar que llegó para cubrir a la cúpula de la compañía de responsabilidades personales, aconsejado por el auditor”. Con este mecanismo, los gestores ganan tiempo para intentar enderezar el rumbo de la compañía y si no se logra, al cabo de cuatro meses se declara el concurso necesario. Pero esos cuatro meses están ‘blindados’.
La noticia, como no podía ser de otra manera, tuvo un impacto demoledor en la cotización de la compañía. Fue la peor acción de todo el mercado continuo, con un desplome del 17,4%. Al cierre, quedó en 7,32 euros, y cae ya en el año un 47%. Sin duda, se impone que los bancos acreedores propinen un golpe de timón urgente a la cúpula de la compañía.
Enfado
Los gestores de fondos están realmente enfadados. “¿Para esto hacía falta el capital?”, indican. “Hemos deshecho la posición, aunque nos cueste una pérdida. Pero no podemos mantener el dinero de nuestros clientes en una empresa en la que nadie explica nada”, afirmaban desde una gestora española.
Conviene no olvidar que la práctica totalidad de analistas se ha deshecho en elogios sobre la compañía hasta el mismo momento de la presentación del preconcurso.
Ahora mismo, el futuro es incierto. Los bancos acreedores insisten en subrayar que Pescanova es una magnífica compañía, simplemente atenazada por unas malas prácticas que no suman importes demoledores. El futuro se puede enderezar, aunque para ello será inevitable relevos en la cúpula y la presentación de cuentas con las pertinentes salvedades.