Economía

Caixa, Repsol y GIP negocian un nuevo pacto de accionistas para darle la vuelta a la gestión de GNF

Una gestión marcada por la rutina, al tran tran, tras un 'matrimonio' de más de 16 años entre La Caixa y Repsol. Gas Natural Fenosa necesita un cambio en su gestión y la entrada de GIP supone todo un revulsivo. Los tres accionistas negocian un nuevo pacto parasocial en el que el fondo podría salir premiado con tres consejeros.

  • Antonio Brufau, presidente de Repsol (izquierda), pasea junto a y Isidre Fainé, presidente de la Fundación Bancaria la Caixa y futuro presidente de Gas Natural Fenosa.

Global Infraestructure Partners (GIP) llega a Gas Natural Fenosa con ganas de cambio. El fondo estadounidense quiere remodelar la gestión del grupo controlado por La Caixa y Repsol y los dos accionistas de referencia ven en su llegada todo un revulsivo para cambiar el rumbo de la compañía energética.

Son más de dos décadas en el accionariado del grupo con sede en Barcelona y más de 16 años desde que se firmó el pacto de accionistas entre Caixa y Repsol, y desde fuentes internas se reconoce que "el pacto está agotado, porque entre otras cosas la rutina se ha adueñado de una dinámica que ya va para demasiados años".

De ahí que los tres accionistas, los dos históricos y el nuevo, que se hará con un 20% de Gas Natural tras las desinversiones de sendos paquetes del 10% de Caixa y Repsol, estén negociando en estos momentos otro pacto parasocial para definir el nuevo status quo de poder dentro de la compañía energética.

"El pacto de accionistas está agotado, la rutina se ha adueñado de una dinámica que ya va para demasiados años"

Según las fuentes al tanto de las negociaciones, el pacto parasocial entre la caja catalana y la petrolera ha muerto y ahora se negocia un nuevo acuerdo a tres bandas, "que perfila las nuevas normas de gobierno corporativo que regirán la gestión del grupo, el reparto de poder entre los tres accionistas, los cambios en el consejo de administración, las funciones que de forma conjunta desarrollarán en el seno de la compañía y los criterios de estrategia de cara al futuro".

El nuevo plan está siendo supervisado por la CNMV, a la que los tres accionistas mantienen informada de la evolución de las negociaciones. La idea que se maneja es que cada accionista mantenga de forma individual su paquete, descartando las cláusulas de venta y acción concertadas que regían hasta ahora en la compañía.

Caixa (Criteria), con un 24%, Repsol, con un 20%, y GIP, con otro 20%, se repartirán el poder del grupo de forma coordinada, gracias al nuevo pacto, en el que quedará recogido el nuevo impulso que el fondo estadounidense le quiere dar al grupo y que es compartido con los dos accionistas históricos: más internacionalización, más eficiencia, apuesta decidida por las energías renovables, especialmente fuera de España, y venta de activos no rentables en zonas o países no 'core'.

Y en este nuevo impulso jugará un papel esencial el cambio en la presidencia, de la que saldrá Salvador Gabarró para dejar su sillón a Isidre Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa. El puesto de consejero delegado, ocupado ahora por Rafael Villaseca, no se tocará en un primer momento, dado que el banquero de Manresa llega con mando en plaza para codirigir la gestión del grupo lejos del papel más institucional que ha desempeñado Gabarró.

El nuevo acuerdo a tres bandas perfila las nuevas normas de gobierno corporativo, el reparto de poder de los accionistas, las funciones que desarrollarán y los criterios de gestión

En el proceso negociador que a tres bandas se desarrolla estos días para perfilar el nuevo escenario de la energética catalana, se ha puesto sobre la mesa el reparto de los sillones del consejo de administración.

En un principio, tanto Caixa como Repsol tienen claro que GIP, al menos, contará con dos consejeros en función de su 20%, paquete por el que pagará en torno a 4.000 millones de euros. Pero no se descarta que el fondo pueda contar con un tercer consejero.

El banco catalán y la petrolera cederán un consejero cada uno, de los cuatro que poseen, pero además seguirán disponiendo de los sillones de presidente, nombrado por Caixa, y consejero delegado, cargo a propuesta de Repsol aunque en los últimos tiempos se haya tensado la relación entre Rafael Villaseca y el que lo propuso, Antonio Brufau, máximo ejecutivo de la petrolera.

En este baile de sillones, no se descarta que finalmente GIP se quede con un tercer consejero, si bien ni la decisión está tomada ni se ha analizado de dónde saldría este tercer consejero para el fondo.

Mientras tanto, los equipos negociadores ultiman estos días los flecos del acuerdo, mientras GIP reúne la financiación necesaria para desembolsar los 4.000 millones de euros previstos que 'salvarán' las cuentas de Repsol y Caixa este complicado ejercicio de 2016.

Las fuentes al tanto de las negociaciones confirman que el pacto se cerrará a finales de septiembre, "como muy tarde, si no hay ningún contratiempos".

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