El pasado martes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, envió un mensaje claro y contundente a los presidentes autonómicos de cara a la próxima reforma de la financiación autonómica: En 2017, la recaudación seguirá quedándose unos 20.000 millones por debajo de la que había de 2007. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta el agujero que se ha creado en el Impuesto de Sociedades tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y el alto coste de la reforma fiscal, que suma ya un roto de 11.500 millones para las arcas del Estado.
El impacto de la reforma ha ido variando con el paso del tiempo. Cuando se planteó en el mes de abril del año 2014, la reforma iba a devolver en total unos 7.250 millones a los contribuyentes. En verano de ese mismo año, el Gobierno ya elevó la factura a 9.000 millones y este jueves en el Senado, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, cifró el impacto final en 11.500 millones de euros.
Y es que la reforma ha tenido más impacto de lo esperado. Quizá eso explica, al menos en parte, el desvío del déficit del año 2015 y la necesidad de tomar fuertes ajustes para cumplir en 2016. El 30 de septiembre, cuando el Gobierno aún estaba en funciones, tuvo que aprobar in extremis un cambio en el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades para recaudar unos 9.000 millones y cuadrar las cuentas. Y para 2017 se han planteado nuevos ajustes.
8.000 millones en el IRPF
Aunque el Gobierno ha tirado, sobre todo, de Sociedades en los últimos meses, lo cierto es que el mayor efecto de la reforma fiscal se ha producido en el Impuesto de la Renta. El IRPF ha perdido nada menos que 8.000 millones por la bajada fiscal. El efecto fue mayor en 2015, cuando la rebaja restó 4.800 millones a los ingresos del impuesto. En 2016, la pérdida de recaudación ha sido de 3.350 millones.
A pesar de la merma de ingresos que ha supuesto la reforma, Montoro aseguró que ha tenido un efecto muy positivo en términos de consumo, crecimiento económico y creación de empleo. De hecho, el Partido Popular pretende volver a bajar el IRPF cuando el déficit baje del 3% y España salga del procedimiento del déficit excesivo. Eso, inicialmente, ocurrirá en 2018.
La Comisión Europea cree que el Gobierno debe estar preparado para tomar nuevas medidas por si hay desvíos en el déficit
Aunque el Ejecutivo está muy convencido de que podrá cumplir todas sus previsiones, lo cierto es que la Comisión Europea ya ha puesto sobre la mesa algunas dudas. Tanto es así, que ha pedido al Gobierno que esté preparado para tomar nuevas medidas porque hay riesgo de que el déficit se vaya finalmente al 3,3% este año y al 2,8% el año que viene.
El Gobierno, de momento, sigue insistiendo en que las últimas medidas que ha plantado por valor de casi 8.000 millones (la limitación de algunas deducciones en el Impuesto de Sociedades, las subidas de los Impuestos Especiales, el impulso a la lucha contra el fraude y una auditoría del gasto), permitirán llegar finalmente al 3,1% sin necesidad de aplicar más cambios.
Mas oferta pública de empleo
Pero la cifra de la reforma fiscal no fue la única novedad de la primera comparecencia de Montoro en el Senado en esta legislatura. El ministro también avanzó que está dispuesto a mejorar la tasa de reposición de los funcionarios si no aumenta la partida presupuestaria destinada a pagar la masa salarial. Es decir, más empleo público, pero sólo si no cuesta más dinero.
En los Presupuestos de 2016, la tasa de reposición quedó fijada en el 50% con carácter general y en el 100% en casos específicos como el de las Fuerzas Armadas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la educación y la lucha contra el fraude. En la Conferencia de Presidentes del pasado martes se acordó negociar la mejora de estas tasas, pero el ministro ha concretado este jueves que solo será así si no aumenta el coste en Presupuestos.