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"Queremos ser la alternativa principal al ‘tupper’ en la oficina"

ApetEat es una startup fundada por dos socios en 2016 que propone el reparto de menús de almuerzo solo en los puestos de trabajo.

  • Pablo Samaranch y Eduardo Liviano, fundadores de ApetEat

El lunes toca pasta; el martes, algo de arroz; un pescadito para el miércoles, un guiso para el jueves, y el viernes ya no sabes qué llevarte al trabajo. Comer en la oficina es difícil porque tienes que prepararte la comida el día de antes, y sobre todo, porque es muy complicado no caer en la tentación de comer algo poco saludable o de repetir constantemente los mismos platos. Cambiar eso es el objetivo ambicioso que se han marcado Eduardo Liviano y Pablo Samaranch, los fundadores de ApetEat, una startup que se encarga de llevarte el ‘tupper’ a la oficina.

El usuario tiene hasta las 11:30 horas para decidir qué quiere comer ese día. Puede escoger entre un menú completo, que tiene un coste de 9 euros e incluye un entrante, un plato principal, el postre y el pan; el medio menú que vale 6 euros y consta de un plato, el postre y el pan; o una selección de platos a la carta. Actualmente cuentan con 50 referencias distintas que rotan y se actualizan cada martes “para que el usuario no se canse”, según señala Samaranch en una conversación con Vozpópuli.

“Nuestro modelo de negocio es muy recurrente, no tiene nada que ver con JustEat o Deliveroo que los utilizas para comer con los colegas o cenar sushi con tu chica y no repites hasta pasado un tiempo. La gente come todos los días. Tiene que ser un producto atractivo, sano y variado”, apunta este emprendedor.

Pantallazo de la web de ApetEat

2.000 menús al mes

El reparto de su cocina, con base mediterránea, se produce únicamente a la hora del almuerzo y está enfocado a los trabajadores que tienen que comer en sus oficinas. El proyecto arrancó en noviembre de 2015 e inició su comercialización en mayo del año pasado. Hoy en día ya sirven una media de 2.000 menús al mes (solo de lunes a viernes). “Y sin hacer publicidad”, recalca Pablo en nuestra charla.

“Seguimos abarcando solo el 50% de los trabajadores a nivel geográfico de Madrid”

Por el momento solo operan en Madrid, y ni siquiera en todos los barrios. Se han centrado en Alcobendas, Las Tablas, Sanchinarro, Campo de las Naciones y barrios aledaños, así como la mayoría de códigos postales del interior de la M-30. “Lanzamos en Alcobendas porque tenía el código postal con el mayor número de empleados de España. Seguimos abarcando solo el 50% de los trabajadores a nivel geográfico de Madrid”. Pero su objetivo pasa por cubrir toda la comunidad en septiembre de este año y afianzar una media de 8.000 pedidos al mes. “En 2018 tenemos que pensar en la expansión a nivel nacional y en otros puntos como Barcelona, Valencia, Sevilla, o Zaragoza”, nos cuenta Pablo. “Lo que hemos conseguido hasta ahora ha sido por el boca a boca. Pero nuestro objetivo es muy ambicioso porque queremos ser la alternativa principal al ‘tupper’ en la oficina”.

388.000 euros de financiación

Para alcanzar esa posición de solidez financiera han requerido de un esfuerzo económico personal y del apoyo de varios inversores. La idea se lanzó con los 50.000 euros que pusieron de sus propios ahorros. “Lo dejamos todo, yo me vine de Barcelona; mi socio, desde Perú y apostamos por Madrid porque tiene un mercado muy grande y teníamos contactos”. Posteriormente, levantaron su primera ronda de financiación de 78.000 euros a través de ‘Friends, Family and Fools’. En septiembre de 2016, su startup consiguió 60.000 euros a través de ENISA jóvenes emprendedores y en enero de este año ha cerrado otra ronda de 200.000 euros, participada por un grupo de inversores privados.

“En 2018 tenemos que pensar en la expansión a nivel nacional y en otros puntos como Barcelona, Valencia, Sevilla, o Zaragoza”,

Samaranch reconoce que todavía no han alcanzado el equilibrio de la rentabilidad. Por eso se plantean una nueva ronda de inversión en el futuro. La competencia es una de las dificultades que se encuentran los emprendedores en este sector. Los grandes obstáculos que han encontrado los fundadores de ApetEat ha sido “encontrar financiación, saber vender el proyecto y entusiasmar a la gente con la idea”. No obstante, también apuntan a la importancia de la planificación, sobre todo, en un negocio en el que el producto es perecedero: “Si no atinas, tienes poco margen de maniobra”, advierte. De ahí, que el sentido común y la capacidad de aprendizaje sean tan importantes.

Algunos de los 'tuppers' de ApetEat

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