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La Fiscalía investiga desde hace cuatro meses una nube tóxica provocada por Arcelor en Asturias

Imagen de la nube tóxica.

El fiscal delegado de Medio Ambiente y Urbanismo del Principado de Asturias, Alejandro Cabaleiro, investiga desde abril la existencia de una nube tóxica provocada por Arcelor-Mittal y que alertó a la población de Avilés, según consta en un escrito de 3 de agosto del fiscal adscrito de sala de Medio Ambiente, Antonio Colmenarejo Frutos, que especifica que las pesquisas tienen "carácter reservado".

El fiscal Colmenarejo Frutos, que responde a la petición de información sobre el escape realizada por el presidente de la Asociación para la Prevención y Estudio de Delitos, Abusos y Negligencias en Informática y Comunicaciones Avanzada (Apedanica), Miguel Ángel Gallardo, confirma únicamente la existencia de unas diligencias informativas "en las que se está tratando de averiguar lo ocurrido". En concreto, la Fiscalía quiere determinar "si los hechos tienen relevancia penal".

Las diligencias de investigación incoadas de oficio por la Fiscalía asturiana tienen una duración máxima de seis meses, con posibilidad de prórroga, y si se determina la existencia de indicios de responsabilidad penal podrían derivar en una denuncia o, en caso contrario, en el archivo de las actuaciones. De esta forma, en dos meses el Ministerio Público deberá aportar unas conclusiones, o pedir una prórroga de la investigación.

Según el portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, Fructuoso Pontigo, el incidente se produjo el 24 de abril: "Se tuvo conocimiento de los hechos porque nosotros llamamos al 112. Un vecino nos llamó por los gases, y rápidamente informamos de todo", recuerda Pontigo, que no es muy optimista con la investigación que lleva a cabo el fiscal Cabaleiro: "La Fiscalía apenas tiene medios. Además, siempre han pasado de la contaminación y vienen archivando todas las denuncias que se presentan", se lamenta.

Gases de combustión

Arcelor-Mittal, la heredera de la histórica Ensidesa, reconoció después la fuga de triózido de azufre, al mismo tiempo que comunicó a la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente que se había producido un fallo durante diez minutos en el sensor de adicción de la fábrica de subproductos de la instalación de baterías de coque de Avilés, "generando un escape de gases de combustión".

Como resultado del escape y por la gestión realizada por el Gobierno asturiano, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies envió dos escritos a la Consejería asturiana: "Les denunciamos por la negligencia de la empresa y por la falta de información. Y de momento no sabemos nada de ellas porque no nos han contestado", resalta Fructuoso Postigo, que asegura que las instalaciones averiadas se mantendrán un par de años: "Hasta que se abran las nuevas de Veriña (Gijón)".

El Gobierno no responde

Vozpópuli ha tratado sin éxito de conocer la versión de los hechos del Gobierno asturiano, que el 7 de mayo autorizó la reapertura de las instalaciones de ácido de las baterías de coque de Arcelor-Mittal en Avilés que permanecían inactivas desde el 24 de abril.

El pasado 16 de julio, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies denunció de nuevo la presencia de "nubes de material particulado con minerales" que salieron de la acería de Arcelor en el concejo de Carreño, según informó La Nueva España.

El colectivo verde aseguró al rotativo asturiano que los problemas de las emisiones con metales en la acería en los convertidores no se había solucionado, porque las nubes que crea la fábrica son de menor tamaño pero mucho más continuas.

La presencia en el aire de Avilés del "cancerígeno benceno" se disparó este lunes un 1.500%

Pero la contaminación que sufre esta zona de Asturias, que incluye los concejos de Avilés, Gozón, Carreño y Gijón, especialmente el barrio de La Calzada, no es puntual, según el colectivo ecologista, que este martes hizo pública una nota en el que alertaba de que la presencia en el aire de Avilés del "cancerígeno benceno" se había disparado el día anterior un 1.500%. 

Asimismo, el portavoz de la asociación ecologista, Fructuoso Pontigo, asegura que el Gobierno asturiano pretende cambiar de ubicación los medidores de contaminación para maquillar los datos: "Los que son públicos y muestran altos grados de contaminación no se pueden cambiar durante tres años. Pero de los ocho que superan los límites, siete son privados, y esos sí los pueden trasladar".

La asociación ecologista recuerda también que los picos de contaminación atmosférica disparan los ingresos hospitalarios en Asturias por enfermedades respiratorias, tal y como especifica un estudio epidemiológico realizado por la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias presentado el año 2016.

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