Cristina Pedroche, de 29 años, es una de las mujeres más televisivas y mejor pagadas del momento, tanto en la pequeña pantalla como en publicidad. Además debutará en el cine próximamente de la mano de Santiago Segura.
Sin embargo, Pedroche vuelve a protagonizar una nueva polémica. Ahora le han llovido las críticas en las redes sociales donde se le ha acusado de tener ‘enchufe’ para comer en ‘DiverXO’, , uno de los restaurantes de su marido Dabiz Muñoz, y no esperar como el resto, algo que ha desmentido: “Para cenar en Diverxo tengo que esperar siete meses. Manda cojones que yo tenga que esperar, pero es así. No hay hueco, cada persona paga 60 euros por su silla y son las sillas que hay. Yo voy reservando de siete meses en siete meses, así que para diciembre vuelvo a sacar otra para el año que viene. Suelo cenar una vez al año en Diverxo con mi familia. No solo es muy difícil, es que es un pastón”, ha declarado en una entrevista en ‘El País’.
También ha aclarado que David no es el que paga la comida y ha despejado las dudas acerca de quién gana más dinero dentro del matrimonio: “Mis padres son humildes, aunque yo les invito. Cuando leí ese comentario de que mi padre estaba en paro y lo pagaba todo David… ¿Estamos locos o qué? ¡Que gano mucho más que David! ¡Que no me casé por dinero, me casé por amor!”.
De 5.000 a 200.000 por tuit o campaña
A pesar de que la comida que ofrece el chef, tres estrellas Michelín, es de alta cocina y el precio de sus paltos es elevado, Pedroche gana un dineral a su lado. Cada post que escribe o fotografía que cuelga en Instagram o en Twitter, se paga a un precio de 5.000 euros. En cuando a su aparición en eventos, su caché es de unos 200.000 euros.
A ello hay que sumarle la elevada cantidad de dinero que percibe como imagen de marcas y como presentadora de las Campanadas, más el sueldo que gana presentando ‘Zapeando’, que antes compaginaba con ‘Tú sí que sí’, ‘Pekín Express’ y ‘Dentro de’.
“Me vendían como una mujer dependiente de mi marido”
La presentadora de ‘Zapeando’ ha hablado de su marido, para el que siempre tiene palabras de elogio, y ha desmentido que sea dependiente de él: “Mi marido me comprende perfectamente. Mi marido me hace ser mejor persona, mejor mujer me lo hago yo sola. Me he dado cuenta de que en muchas entrevistas, cuando hablaba de David, algunos que querían sacarme lo que no hay, me vendían como una mujer dependiente de él. Por supuesto que nos amamos y que él me tiene en sus manos, pero porque yo le tengo también en las mías. Mi cuerpo, mi cara, mi vida y mi todo se lo doy a quien yo quiero. Eso sí, primero me quiero yo. Porque si yo no me quiero no me puede querer el otro. Quiero mucho a David, pero más me quiero yo. Amo el cuerpo de David, pero más amo el mío porque voy a estar con él toda mi vida”.
El mensaje que envió a Paula Echevarría
En la entrevista también hizo referencia al polémico mensaje que dijo Paula Echevarría en una ocasión en la que señaló que no había que ser “ni machista ni feminista”. “Cuando Paula Echevarría dijo eso, claramente se estaba entendiendo su punto de vista: llamaba feminismo al hembrismo, a lo que es un feminismo extremo, que la mujer está por encima del hombre. Escribí a Paula y le dije que la palabra que debería haber usado era "hembrismo" y no "feminismo". Y ya está. Y no pasa nada. Ya verás como no lo vuelve a hacer”, ha explicado.
Pedroche ha recordado que a ella le pasó algo parecido en otra entrevista: “Hay momentos en los que estamos expuestos y nos hacen preguntas que nos sacan de contexto. Yo ya he aprendido. Una vez me hicieron una entrevista en YoDona por teléfono. Yo me estaba cambiando, tenía prisa. Y me hicieron una pregunta sobre el machismo, y dije: “Ni machismo ni feminismo”. Esa frase la dije hace años. Pero esta periodista, que era mujer, me tenía que haber dicho: ‘Cristina, siéntate, date un minuto y escúchame’. Y yo la hubiera escuchado y no me hubieran dado esas hostias. Ella me tenía que haber corregido, que es lo que tenemos que hacer las mujeres entre nosotras. Solidaridad, apoyarnos las unas a las otras. Si las mujeres nos apoyásemos llegaríamos mucho más lejos. Pero esa mujer prefirió hacerme sangre en vez de ayudarme”.