El Periódico de Catalunya abrió su edición del pasado 28 de septiembre con el titular "Amarga victoria". Al contrario que la inmensa mayoría de la prensa catalana, que ensalzó la amplia mayoría lograda por Junts pel Sí en los comicios del 27-S, el rotativo del Grupo Zeta destacó que más de la mitad de los votantes habían apoyado a partidos que rechazan la independencia. El enfoque de esta portada está en consonancia con la línea editorial adoptada por este diario en los últimos tiempos, partidaria de la celebración de un referéndum, pero contraria a una secesión de cuyos riesgos advirtió por activa y por pasiva durante la campaña electoral.
El director de esta cabecera, Enric Hernández (Terrasa, 1969), reconoce en una entrevista concedida a Vozpópuli que ha recibido presiones desde Convergencia y ERC por haber advertido de los riesgos de su fantasía soberanista. El experiodista de Avui y antiguo director de la edición de El País en Cataluña también da su opinión sobre el futuro político de Artur Mas y sobre la salud del procés; y critica el trato de favor que han recibido en los últimos años los medios de comunicación afines a la Generalidad, como el Grupo Godó, receptor de varias licencias de televisión y radio.
P: ¿Cómo ha llegado Cataluña a esta encrucijada política?
R: El error de origen habría que buscarlo muy atrás, pero si nos vamos a esta legislatura, creo que los promotores de las elecciones autonómicas del 27-S no supieron hacer una buena lectura del resultado. No sólo porque se negaron a aceptar que cuando uno convoca un plebiscito debe aspirar al 50% de los votos, sino también por creer que la CUP renunciaría a sus postulados anticapitalistas, contrarios a lo que representa Artur Mas, y que terminarían cediendo ante la presión. Por otra parte, no veo factible que Mas renuncie y veo inevitable que haya elecciones. Las elecciones las veo saludables. Quizá no resuelvan el problema de ingobernabilidad, pero volverán a poner las cosas en su sitio.
P: ¿Sería partidario de un referéndum?
R: Antes de responder a esto, me gustaría aclarar que este conflicto tiene su origen en la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 sobre el Estatuto. Hasta entonces, el independentismo representaba un 20% del electorado catalán. El Constitucional enmendó el voto de los catalanes expresado en un referéndum legal y yo creo que una medida positiva para enmendar ese hecho sería la convocatoria de una consulta legal y acordada entre el Estado y Cataluña, en el que los no independentistas no votaran “no”, sino una oferta de un nuevo encaje de Cataluña en España.
Artur Mas ha sido sentenciado a muerte varias veces y siempre ha resucitado
P: ¿Es Artur Mas un cadáver político?
R: Desde que Artur Mas fue nombrado sucesor por Jordi Pujol, ha sido sentenciado a muerte varias veces y siempre ha resucitado. Por lo tanto, yo no me atrevo a hacer un pronóstico cuando tantos otros lo han hecho muchas veces y siempre se han equivocado. Es verdad que desde el error de 2012, cuando convocó las elecciones anticipadas, su liderazgo ha ido menguando y los escándalos de corrupción de su partido han dejado muy tocada la marca de Convergencia. Pero veremos a ver qué ocurre. Es verdad que todo parece indicar que Artur Mas está en proceso de retirada política y puede que se sustancie en breve. Pero no se sabe qué va a pasar.
P: ¿Está estrangulando Mas a Convergencia y a Junts pel Sí?
R: Convergencia tiene muchos problemas. Es un partido al que el viraje ideológico que ha hecho en pos del independentismo le ha pasado una gran factura electoral y ha dejado huérfana a una parte de sus votantes, que nunca hubiera suscrito la declaración de desconexión, ni una parte del programa electoral de Junts pel Sí. Además, hay una lucha dentro de Convergencia por la sucesión. Está pendiente también la propia refundación del partido. Y en este momento probablemente la única cosa que mantiene unida a Convergencia es la presencia de Mas.
P: ¿Ve posible un gobierno sin Mas?
R: Lo veo muy complicado porque si Mas hubiera creído que lo mejor era irse del partido y dejar la Presidencia en manos de otra persona, no tendría que haber afrontado esta dura negociación, con el desgaste que ha supuesto para su figura y para Convergencia. Si ahora se fuera, se podría interpretar como una claudicación ante los 5 de los 10 diputados de la CUP que se posicionaron en contra de su continuidad. Por tanto, veo muy complicado que renuncie. Es más, diría que para Convergencia resulta incluso liberador librarse del yugo de la CUP, aunque eso conduzca a unas nuevas elecciones.
El 'procés' es inviable. Pero la ilusión colectiva que ha despertado no se desvanecerá porque sí. Va a seguir ahí
P: ¿Cree las teorías de quienes afirman que las votaciones de la CUP estuvieron amañadas?
R: Al no estar dentro es muy difícil sacar conclusiones claras. Lo que creo es que la CUP es probablemente el partido más democrático de España, pues todo lo que decide lo hace en asamblea, aunque ese asamblearismo dificulte la toma de decisiones. Es verdad que la CUP está al borde de una ruptura interna y a todos llamó la atención que hubiera un empate en su votación sobre Mas. Pero si se observan las asambleas previas se puede ver que existía una gran igualdad entre sus bases.
EL PROCESO SOBERANISTA
P: Después de estas negociaciones fracasadas entre independentistas, ¿ha muerto el proceso soberanista?
R: El proceso soberanista tiene una base social importante y una traslación política muy compleja. ¿Por qué? Porque, en el fondo, la gente que ha creído en plena crisis económica y después de la sentencia del Estatuto que no había posibilidad de llegar a un acuerdo con España y que, por tanto, la mejor opción era romper, no tiene por qué saber las dificultades que implica una ruptura unilateral con el conjunto del Estado. Dificultades que convierten ese proceso en inviable. Pero esa ilusión colectiva no se desvanece porque sí. Eso va a seguir ahí…
La desobediencia civil requiere unos sacrificios que no demasiada gente está dispuesta a hacer
P: ¿Pero considera que estos partidos todavía están legitimados para continuar con el proceso?
R: Creo que el camino hacia la independencia unilateral no es transitable por tres motivos. Primero, porque la Generalidad no tiene capacidad para romper la legalidad vigente. Segundo, porque no existe una mayoría suficiente en la sociedad catalana que la apoye. Y, tercero, porque las apuestas por la desobediencia son baldías, pues la desobediencia civil requiere unos sacrificios que no demasiada gente está dispuesta a hacer.
P: ¿Cómo se puede reconducir, entonces, a esa parte de la sociedad independentista?
R: La mejor alternativa es alcanzar un acuerdo que les seduzca y que les haga ver que la mejor vía es la reformista y no la rupturista.
LA POSICIÓN DE EL PERIÓDICO CON RESPECTO A LA INDEPENDENCIA
P: El 11 de septiembre de 2012, El Periódico llevó en su portada una bandera estelada y el titular "Escucha, España". Eso fue interpretado como un espaldarazo a Artur Mas y generó una gran polémica. ¿Por qué optó este diario por dar su apoyo a las manifestaciones pro independentistas?
R: Hay que recordar que en 2012 fue la primera gran manifestación del independentismo. Nosotros esa portada la publicamos el mismo día de la marcha, no al día siguiente. Recogíamos el famoso verso de Joan Maragall en el que apelaba a España a que tuviera en cuenta que dentro de su seno existe un territorio y una comunidad política con sentimientos diferenciados y que aspira a vivir en una España distinta y a tener un reconocimiento como lo que se considera, que es una nación. Aquella portada venía a decir eso.
P: Dice, entonces, que era un llamamiento al diálogo…
R: A ver, los catalanes que hasta ahora creían que se podía cambiar España y que han dejado de creer en ello deben tener una propuesta por parte del Estado para sentirse cómodos y no huérfanos, como se han sentido durante mucho tiempo. La mudanza de federalistas de antaño a independentistas de hoy no deja de ser reflejo de una frustración. Las elecciones del 20 de diciembre en Cataluña, con la victoria de Podemos, que apostaba por un referéndum, demuestran que todavía hoy la consulta es el elemento más aglutinador y apoyado por los catalanes. Mucho más que la independencia. Es más, creo que uno de los errores del soberanismo ha sido el dar por superada esa pantalla.
El rechazo social fuera de Cataluña a este referéndum no es tan importante como el que suscita en los cuarteles generales de los partidos políticos
P: Pero el referéndum en España sería difícil de encajar…
R: Si miras los resultados electorales del 20 de diciembre, podrás ver que en el conjunto de España hubo 7 millones largos de personas que votaron a partidos que apoyan un referéndum. Estoy hablando de en Cataluña ERC y Convergencia, en el País Vasco el PNV y EH Bildu –con todas las diferencias que podamos tener- y en el resto de España las diversas mareas, Compromis o Podemos. Por lo tanto, el rechazo social fuera de Cataluña a este referéndum no es tan importante como el que suscita en los cuarteles generales de los partidos políticos. Si fuéramos capaces de encontrar una fórmula que, sin cuestionar el artículo 2 de la Constitución, permitiera a los catalanes expresar su opinión, con toda seguridad, estoy convencido de que ganaría el no a la independencia. Pero para eso hay que tener arrestos, como los tuvo en su día (David) Cameron.
PRESIONES DE LA GENERALIDAD Y LA BANCA
P: El día 28 de septiembre, en medio del triunfalismo de la prensa catalana, El Periódico abrió con el titular “Amarga victoria”. Horas después, uno de los responsables de campaña de Junts pel Sí os calificaba de “museo del antiperiodismo y la infamia” por su rechazo al independentismo. ¿Han recibido los responsables de El Periódico presiones dentro de Cataluña por su posición contra la secesión y contra los postulados de la Generalidad?
R: Desde el 2012, marcamos un perímetro editorial muy nítido en el periódico que hemos considerado innegociable. Era que nosotros creemos que la mejor solución para España es la celebración de un referéndum legal, acordado y vinculante. No a todo el mundo le ha gustado esa línea. En esta campaña, nosotros también expusimos las consecuencias de un proceso unilateral de independencia e hicimos 15 preguntas intentando desentrañar lo que los partidos independentistas no querían abordar, como es el que la independencia es intransitable. Eso no gustó nada a la candidatura de Junts pel Sí, puesto que interpretaron que fue generar un temor en los lectores del periódico. En cualquier caso, las presiones existen. Pero un editor tiene que asumir que desde su posición va a recibir todo tipo de presiones y que tiene que ser consecuente con la línea editorial marcada de antemano.
P: Sigamos con el tema de las presiones. ¿Ha recibido usted presiones por parte de accionistas o de acreedores, como puede ser la banca, para modular la línea editorial del periódico?
R: No. Nosotros somos un diario que se imprime en castellano y en catalán. Tenemos una implantación muy fuerte en el área metropolitana de Barcelona donde el voto es fuertemente de izquierdas y menos inclinado hacia el independentismo que el de otras zonas. Por tanto, nuestro objetivo es que nuestra línea editorial sea consecuente con el público al que nos dirigimos. Y en esto estamos de acuerdo tanto el editor como los responsables del diario. Esa línea no es la que le gustaría a grandes empresas que preferirían que el periódico no abonase la tesis del referéndum. Pero nuestra línea editorial no se somete a las presiones de empresas, ni de partidos. Si empezamos a dar tumbos, perdemos nuestra identidad. Dijimos que no a la independencia y que sí a la consulta. Y así hemos seguido, a pesar de todo.
LA SERVIL PRENSA CATALANA
P: ¿Ha sido la prensa catalana tolerante y servil con Convergencia?
R: En Cataluña se han publicado diversos casos de corrupción. Es verdad que el periodismo de investigación sólo existe si primero hay alguien dispuesto a facilitar información. Por tanto, tiene que haber alguien interesado en filtrar la información para tener la documentación que te permita acreditar una denuncia. En Cataluña yo creo que una parte de la prensa, por afinidad ideológica, miró hacia otro lado ante las corruptelas de Convergencia –nosotros no-. Pero ojo, también hay que decir que con la trama, como parece, organizada de la familia Pujol, muchos silencios eran convenientemente remunerados y era muy difícil acceder a información adicional. De hecho, los propios jueces han sido poco diligentes en la investigación.
En Cataluña yo creo que una parte de la prensa, por afinidad ideológica, miró hacia otro lado ante las corruptelas de Convergencia
P: ¿Por qué esa complicidad de algunas autoridades?
R: Ahí quiero subrayar que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en sede parlamentaria reconoció hace unos meses que en el 2001, la Agencia Tributaria abrió un expediente sobre la familia Pujol y que lo archivó. A la vista de lo que hemos conocido ahora, no parece que el archivo de aquel expediente fuera lo más adecuado. ¿Qué quiero decir? Que durante muchos años, CiU fue el fiel de la balanza que permitía gobernar a PP y PSOE cuando había mayorías simples en el Parlamento de Madrid. Por tanto, tengo la sensación de que, si no se ha tirado de la manta durante estos años con respecto a la trama de los Pujol, en buena medida es por la necesidad que tenían los gobiernos alternativos del apoyo de CiU. Difícilmente si Hacienda, la Justicia o la Policía no investigan, la prensa puede informar sobre estos elementos.
P: Replanteo la pregunta sobre la prensa: ¿una parte de los medios han estado callados por las subvenciones que recibían?
R: En Cataluña hay una línea de subvenciones a la prensa escrita en catalán –el peso del castellano en los quioscos es mucho más importante que el catalán- que recibió ‘El Periódico’ en función de sus ventas, así como otros medios. Pero luego está el caso de las adjudicaciones de televisión y radio. Ahí, ‘El Periódico’ y el Grupo Zeta no han recibido ninguna adjudicación. Otros grupos de comunicación, sí. Esos grupos de comunicación han conseguido captar mucha más publicidad institucional porque tenían más pantallas para poder transmitir esos mensajes. Eso yo creo que no dista demasiado de lo que sucede en la mayoría de las comunidades autónomas. Cuando los gobiernos quieren comunicar, lo hacen a través de los canales que más audiencia tienen para poder llegar a más gente. Y ahí siempre tienen ventana los grupos a los que previamente han favorecido con sus concesiones.
P: Y ese desequilibrio ha favorecido a Godó, claro…
R: Sí. Digamos que la política de adjudicaciones en Cataluña durante los últimos 40 años es muy obvia. Basta con ver la configuración de cada grupo de comunicación.