El calendario de pago de deuda del Grupo Prisa se endurecerá en los próximos meses de forma considerable, lo que arroja aún más incertidumbre sobre su futuro, nebuloso desde hace más de una década. La compañía presidida por Juan Luis Cebrián deberá pagar a sus acreedores antes que finalice 2018 un total de 956 millones de euros, lo que equivale a más de la mitad de lo que les debe. En este contexto, la compañía ha comenzado a buscar soluciones para cumplir con sus obligaciones, de ahí que sus dirigentes hayan comenzado a barruntar la idea de deshacerse de una parte del 75% de Santillana, una empresa valorada en 2.000 millones de euros.
Fuentes oficiales de Prisa han negado que esta editorial vaya a cambiar de manos. Sin embargo, este periódico reveló el pasado agosto que la compañía ha sondeado el mercado internacional en busca de inversores que deseen adquirir un porcentaje de Santillana. Y Bloomberg, citando una fuente anónima del grupo, ha publicado recientemente que los directivos de este holding de medios de comunicación "están sopesando opciones" en lo que respecta a esta editorial, que podrían pasar desde por su salida a bolsa hasta por su venta. La operación se encuentra en una etapa inicial, aunque esta agencia habla de que la solución podría adoptarse antes del final de 2016.
El 'Tramo 2' de la deuda de Prisa vencerá en 2018. Entonces, al compañía deberá haber pagado 956 millones de euros a sus acreedores
Santillana es líder en el negocio de la educación en España, México, Argentina y Colombia. Dentro del grupo fundado por Jesús de Polanco, puede considerarse como la joya de la corona, toda vez que es su activo mejor valorado y sólo en 2015 le aportó el 45% de sus ingresos.
La editora de El País posee las 3/4 partes de sus títulos, mientras que el resto están en manos de la firma de inversión estadounidense Victoria Capital Partners. Según detalló Bloomberg hace unas semanas, la intención de esta entidad es la de deshacerse de esta participación en cuanto sea posible.
El problema de deuda de Prisa
En el último informe de cuentas que entregó Prisa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se especifica que su deuda asciende a 1.697 millones de euros. Es decir, a aproximadamente la mitad de su valor en 2013, cuando acordó su refinanciación con los acreedores. En el momento en que se pactó este rescate, Cebrián trasladó a sus accionistas que con la culminación de esta operación no sería necesario poner a la venta los activos “relevantes” del grupo, pero la realidad ha sido muy distinta desde entonces, puesto que desde esa fecha la editora de El País ha tenido que renunciar a Digital Plus o a Ediciones Generales.
También se deshizo de su participación en Mediaset y trató de colocar su cabecera económica Cinco Días, si bien ninguna de las ofertas recibidas por esta última empresa superó los 3 millones de euros.
El último día de diciembre de 2018 vencerá el denominado Tramo 2 de la deuda, cuyo importe quedó fijado en 956.512.000 euros en mayo de 2015 después de que se completaran las ventas de Digital Plus y del negocio de Ediciones Generales.
La deuda de Prisa se ha reducido a la mitad desde 2013, aunque a costa de deshacerse de algunos de sus principales activos
En la última memoria semestral de la compañía se detalla que el pasado 31 de diciembre cumplió con todas las obligaciones que había contraído con sus acreedores para los ejercicios 2015 y 2016, que pasaban por reducir su deuda en 900 millones de euros en el primer ejercicio en 600 millones el segundo. Ahora bien, lo hizo gracias a la venta de algunos de sus activos más importantes. O, lo que es lo mismo, a costa de reducir su tamaño.
Ahora bien, en este tiempo la compañía ha recibido alguna concesión por parte de sus deudores que ha evitado que en su cuartel general tengan que activar la señal de alerta roja. Entre ellas, la que supuso que Santander, HSBC y Caixabank capitalizaran un importe de su deuda de entre 100 y 150 millones de euros, lo que, evidentemente, provocará que el peso de estos bancos dentro de su accionariado siga incrementándose.
Santander posee actualmente el 4,6%, Caixabank y su fundación el 9,09; y HSBC, el 9,59%. El principal accionista del grupo es desde el pasado julio el fondo buitre Amber Capital, con casi un 20% de los títulos en su poder.
En esta situación, Prisa ha comenzado a plantearse el futuro de Santillana, una editorial que ha sido durante muchos años su buque insignia. En este sentido, cabe recordar que RCS MediaGroup tuvo vender el año pasado su emblemático sello RCS Libri a su principal competidor en el mercado italiano, Mondadori, dentro de una operación que ascendió a 127 millones de euros. Lo hizo para aliviar sus urgencias financieras en un momento en el que su deuda ascendía a más de 500 millones de euros y la banca acreedora había comenzado a llamar a su puerta con una especial virulencia. Las comparaciones con Prisa, en este sentido, resultan odiosas, pero inevitables.