El anuncio es un despropósito y ofrece pocas dudas. Las condiciones en la campaña de la cereza se comparten —8 horas de trabajo— pero el sueldo no. Más para ellos, menos para ellas por lo mismo. No hay distinción ni más datos para dibujar el contexto. Lo único que se intuye es la oferta sexista. El anuncio ha sido visto en varios puntos del Valle del Jerte, Extremadura, en campaña desde principios de mayo para la recogida de las famosas picotas.

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Cuando se han multiplicado las quejas y denuncias en Twitter la empresa responsable ha rectificado y maniobrado rápidamente, borrando el anuncio original y proponiendo uno nuevo. 

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Pero la excusa ofrecida por la empresa privada para justificar el primer anuncio no ha convencido demasiado. Para salir del paso han ofrecido un argumento igual de discriminatorio. La oferta de mujeres original era por trabajar en el almacén, la de hombres para salir al campo de recogida.

Si realmente es así en ningún momento tendría que aparecer la palabra mujer u hombre en la oferta original ya que, como ellos mismos reconocen, también hay hombres trabajando en almacenes y mujeres en el campo. Es absurdo si no hay intención de ofrecer condiciones distintas.

Parece más bien una huida hacia adelante para intentar explicar dos errores imposibles. La oferta y la falta de supervisión de la misma. Todos los anuncios de trabajo tienen que cumplir la ley.

Reconocer el error de asociar campo con hombres y almacén con mujeres sirve más para entender la discriminación original que para intentar justificarla. 

Un embrollo del que ya es muy difícil salir.

Aún así, es de agradecer la rapidez y reflejos de la empresa por subsanar un error, no así la versión ofrecida para justificar un primer anuncio absolutamente discriminatorio y una excusa que va por el mismo camino.

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Pero este no es un problema aislado, asociaciones de la zona llevan tiempo denunciando no solo esta discriminación sino también la precariedad en la campaña de recogida de cerezas en el Valle del Jerte. Falta de respeto del descanso de los trabajadores, competencia desleal de empresas privadas con cooperativas, anuncios discriminatorios,...

Basta hacer una pequeña búsqueda de ofertas digitales anónimas —las públicas y de cooperativas parecen más controladas— para encontrar anuncios similares para la misma campaña.

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