Hay un chiste bastante viejo y bastante malo sobre un científico que ha amaestrado a una araña y se dirige a ella desde el otro extremo de la habitación. "Araña, ven", le dice. Y la araña se acerca hasta él. Acto seguido, el investigador aleja de nuevo al arácnido, le arranca una pata y repite la operación. La araña vuelve a obedecer una y otra vez hasta que el científico le arranca la última pata y espera resultados. Como el animal se queda inmóvil en el suelo el profesor anota en su libreta: "Cuando a una araña le arrancas todas sus patas, se queda sorda".
“Cuando la silla de Gil chirrió, la neurona que estábamos registrando empezó a saltar”
Aunque no ha hecho falta arrancar las patas de ninguna araña, el equipo de Paul Shamble ha realizado un experimento curiosamente parecido respecto a la capacidad de escuchar de las arañas en el que la fortuna ha tenido un papel esencial. En un trabajo publicado esta semana en la revista Current Biology, los autores describen el "afortunado accidente" que les ha llevado a descubrir que, pese a lo que se creía hasta ahora, las arañas pueden oír a grandes distancias y no solo a escasos centímetros. Mientras Shamble y su compañero Gil Menda, ambos de la Universidad de Cornell, perfeccionaban un sistema para medir la señal cerebral de las arañas mientras procesan la información visual, sucedió algo inesperado. Cuando se introdujeron en una región un poco más profunda del cerebro de una araña saltarina, menda se movió por la habitación e hizo un ruido. "Mientras se alejaba de la araña", recuerda su compañero, "su silla chirrió al arrastrarse por el suelo del laboratorio. Cuando hacemos estos registros tenemos un altavoz en el podemos oír cuando se disparan las neuronas y cuando la silla de Gil chirrió, la neurona que estábamos registrando empezó a saltar. Lo hizo otra vez y la neurona se disparó de nuevo".
"Hasta ahora se pensaba que el mundo sensorial de una araña saltarina estaba dominado por la vista y el sentido del tacto", recuerda Shamble. "Sorprendentemente, hemos descubierto que poseen un agudo sentido del oído. Pueden oír sonidos a distancias mucho mayores de los pensado, a pesar de que no tienen orejas con pabellones auditivos típicos de los animales que oyen a larga distancia". Después del episodio del laboratorio, los científicos comenzaron a hacer más pruebas con el registro neuronal y nuevos sonidos. Cuando daban una palmada cerca de ella, por ejemplo, las neuronas se disparaban. Y lo mismo sucedía a medida que se alejaban. A las pocas horas, Menda y Shamble estaban haciendo pruebas varios metros de la araña y totalmente sorprendidos por las respuestas de sus neuronas a los sonidos.
El trabajo posterior les llevó a descubrir que la distancia puede prolongarse hasta los diez metros y las arañas siguen reaccionando al sonido. Por las pruebas, dedujeron que las frecuencias a las que eran más sensibles son aquellas en las que se produce el aleteo de las avispas que las parasitan y al que responden quedándose inmóviles. ¿Cómo detectaban aquellas vibraciones del aire para quedarse quietas? Pues, como en el chiste, su capacidad de escuchar estaba en las patas, concretamente en los pelillos de las patas delanteras que al moverse mandan una señal al cerebro.
Como en el chiste, su capacidad de escuchar estaba en las patas
"Descubrimos que cuando sacudíamos uno solo de estos pelos sensibles hacia delante y hacia atrás también teníamos respuestas", dice Shamble, "lo que sugiere que estos pelos son también los que detectan los sonidos a larga distancia". Shamble y Menda aseguran que este descubrimiento camBia la visión de los científicos sobre la manera en que las arañas perciben su mundo. "En las películas, Spiderman tienen este extraño y adicional 'sentido arácnido' que le permite advertir el peligro", bromea Menda. "Y resulta que en la vida real este sentido arácnido de las arañas ¡podría consistir en oír!". Los autores aspiran ahora a repetir las pruebas con otras especies de arañas para comprobar si las conclusiones se pueden aplicar a todo el grupo.
Referencia: Airborne Acoustic Perception by a Jumping Spider (Current Biology)