Los ciudadanos españoles se informan sobre temas científicos mayoritariamente a través de la televisión y de las redes sociales, según la octava Encuesta de Percepción Social de la Ciencia que realiza la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT, de manera bienal desde el año 2002. Los datos presentados hoy por la Secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, y el Director General de FECYT, José Ignacio Fernández Vera, indican que la televisión (71,2%) e Internet (57,8%) son los medios preferidos para estar informado de ciencia. Los jóvenes utilizan mayoritariamente Internet: alrededor de un 80% de los encuestados entre 15 y 34 años.
Las redes sociales se convierten en esta encuesta, por primera vez, en la fuente de información científica más consultada en Internet (un 43,6% frente al 30,8% de 2014). También aumentan significativamente los canales de vídeos como Youtube o similares, mientras que los medios generalistas (34%) y la Wikipedia (32,9%) se estancan como fuente en Internet.
Al preguntar por las redes sociales utilizadas como canal de información científica, destacan el aumento de Facebook, un 40,9% frente al 28,3% de 2014, el mantenimiento de Twitter, un 16,3% frente al 14,7% de 2014, así como el crecimiento de Instagram, un 13,4% frente al 6,6% de 2014.
Más interés de las mujeres
El interés de las mujeres por la ciencia ha subido del 9,9% en 2014 al 13,7% en 2016, un incremento del 38,4%, lo que unido al leve descenso del interés de los hombres, del 20,4% al 18,5% hace que la brecha de género se haya reducido a la mitad en solo dos años. la encuesta también revela también que el porcentaje de españoles que sigue la ciencia y la tecnología con interés ha pasado del 6,9% en 2004 al 16,3% en 2016, lo que supone un incremento acumulado del 136%.
Respecto a la imagen que los ciudadanos tienen sobre la ciencia, un 54,4% afirma que ésta tiene más beneficios que perjuicios frente a un 5,8% que afirma que tiene más perjuicios que beneficios. Las aplicaciones o tecnologías que más beneficios proporcionan, para los ciudadanos, son: Internet (65%), la telefonía móvil (62,6%), la investigación con células madre (61,8%) y drones (41,1%). Crece significativamente el porcentaje de personas que no tienen una opinión formada sobre las tecnologías que despiertan más rechazo, como la energía nuclear, la clonación o el fracking. Además baja de forma significativa, la percepción ciudadana de que la energía nuclear y cultivo de plantas modificadas genéticamente son más perjudiciales que beneficiosos (8 y 10 puntos porcentuales respectivamente), aunque siguen despertando mayor rechazo que apoyo ciudadano.
Los científicos vuelven a ser en esta encuesta la segunda profesión más valorada con un 4,4 sobre 5 (subiendo respecto al 4,24 de 2012), solo por detrás de los médicos (4,55). A continuación se sitúan profesores (4,28) e ingenieros (4,14).
Educación y alfabetización científica
Los ciudadanos perciben un déficit en formación científica aunque desciende del 47,1% al 44,2% el porcentaje de los que consideran que su educación científica es baja o muy baja, que sigue siendo superior a los que la califican de normal (42,6%). Destaca que los jóvenes de 15 a 24 años perciben una mejor educación científica que la media, pues solo un 29,9% la califica de baja o muy baja, 14 puntos menos que la media.
Este año se ha cambiado la forma de preguntar por conocimientos científicos concretos y los encuestados han tenido que elegir la afirmación correcta entre dos opciones en lugar de decir si era verdadero o falso un enunciado. Los resultados de la encuesta de 2016 muestran que los entrevistados han logrado una nota media mayor, que se sitúa en 7,66 sobre 10, frente al 6,39 de 2014 y el 5,09 de 2006.
El encanto de las pseudociencias
Este año se ha incluido por primera vez una pregunta sobre la confianza de los ciudadanos en prácticas paranormales o pseudocientíficas. Los resultados revelan que los españoles desconfían de los horóscopos (un 83,9%), de los fenómenos paranormales (76,7%), de los curanderos (76,3%) y de los números y cosas que den suerte (71,3%).
Sin embargo, los españoles están divididos en dos prácticas pseudocientíficas: el 59,8% confía mucho, bastante o algo en la acupuntura y el 52,7% confía mucho, bastante o algo en los productos homeopáticos. Y un dato aparentemente paradójico: las personas con mayor nivel de estudios confían más que la media en estas prácticas cuya eficacia no tiene evidencia científica.
Fuente: FECYT. Imagen: Yasmin Falahat (Flickr, CC)