Jordi Sánchez, en su momento líder de la ANC, entidad de agitación callejera, aconsejó a Carles Puigdemont que se fugara de España para evitar la acción de la Justicia porque "alguien debe tener las manos libres" de cara a darle una respuesta a la acción del Estado, según desvelan fuentes soberanistas. La sugerencia de Sánchez, quien se sumó desde la cárcel a la lista de JxCat como número dos por Barcelona, pesó en forma decisiva en el ánimo del expresidente de la Generalitat, quien optó por escaparse a Bruselas dos días después de que el Gobierno aprobara la aplicación del artículo 155.
Varios miembros del 'sanedrín' del expresidente se sumaron a esta idea, que finalmente se concretó en la escapada más mediática de la que se tiene reciente memoria. Se tachó en su momento de 'acto de cobardía'. El impulsor de la independencia a salvo de la Justicia y los miembros de su Gabinete a prisión. Puigdemont le ha dado la vuelta a esta interpretación y está logrando réditos notables de su estancia en Bruselas durante la campaña electoral.
Sánchez, uno de los famosos dos Jordis del 'procés', tansmitió su inquietud a Puigdemont antes de que la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, ordenara su ingreso en prisión, hace 45 días. Alguien debería estar en la calle para conducir al independentismo en la nueva etapa de Cataluña, una vez proclamada la república y en vísperas de que la acción de la Justicia actuara contra sus promotores.
Puigdemont se debatió durante un par de días sobre la postura a adoptar tras producirse las primeras detenciones, tanto de los Jordis como de los altos cargos de los Mossos, y optó por escuchar a quienes le animaban a no comparecer ante los tribunales e instalarse en un país con una jurisdicción favorable para sus intereses. Así preparó su huída el 29 de octubre, algo alambicada, con un recorrido en automóvil hasta Marsella, un vuelo hasta Bélgica y su instalación posterior en Bruselas.
Movilizaciones y tumultos
Cuatro exconsejeros le acompañaron en la huida, todavía sin fecha de retorno. Jordi Sánchez, que permanece en las dependencias de Soto del Real, acaba recibir la negativa por parte del juez Pablo Llarena a su petición de poder abandonar la prisión para participar en la campaña electoral en curso. El magistrado considera que su formación no está en inferioridad de condiciones con relación a sus contrincantes ya que hay otros 84 miembros de sus listas que pueden asumir esta función.
Llarena considera que si accediera a su solicitud se 'posibilitarían la situaciones de riesgo que la prisión ha tratado de conjurar", como por ejemplo, la posibilidad de que se impulsen movilizaciones inmediatas para propiciar "que los tumultos se materialicen en respuesta a la conformación institucional que resulte de los comicios".
Tanto Sánchez como Jordi Cuixart, exlíder de Omnium, y el exconsejero de Interior, Joaquim Forn, los tres en prisión, han sido llamados a declarar paras el próximo 11 de enero en respuesta a su petición de comparecer ante el Supremo, algo que hasta ahora no habían tenido oportunidad de concretar. Llarena rechazó a primeros de mes la solicitud de que se les retirraan las medias cautelares a todos ellos, al igual que en su momento hizo con varios miembros del antiguo Gobierno de Puigdemont.
Sánchez ha protagonizado diversos incidentes en su estancia en Soto del Real. Se le ha tenido que cambiar de compañero de celda en varias ocasiones, se ha quejado, vía su defensa, del frío en las dependencias, ha contemplado el acuchillamiento de un interno durante una misa... Se le considera un preso complicado. Lo contrario que Jordi Cuixart, quien ha evitado todo tipo de protagonismo desde que ingresó en las instalaciones carcelarias.