Política

El PSOE utiliza la crisis de las pensiones para retomar la agenda social

Los socialistas quieren marcar perfil propio llevando el debate a un asunto en el que creen que pueden reconectar con sus votantes y presionar a izquierda y a derecha

  • El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su número dos, Adriana Lastra

Nada indica que el procés vaya a a salir del debate público en las próximas semanas, e incluso meses, pero el PSOE quiere tratar de que se cuelen otros asuntos que les permitan situarse al frente de la oposición al Gobierno de Mariano Rajoy y como una alternativa real para las próximas elecciones generales. Para ello, el secretario general, Pedro Sánchez, ha decidido volver a las asambleas con militantes y ha escogido para centrar los primeros debates un asunto con el que creen que pueden captar el interés de sus votantes y con el que buscan retomar la agenda social: la crisis de las pensiones.

Analizar la situación y ofrecer sus propuestas en materia de pensiones será el objetivo con el que convocarán a militantes, simpatizantes y ciudadanos en general a debates, que en el PSOE denominan 'asambleas', en todas las capitales de provincia durante el próximo mes y medio. A algunos de ellos acudirá el secretario general y en el resto se volcará su Ejecutiva federal, una vez su primera reunión del año, este lunes, dé el pistoletazo de salida a esta estrategia y presente las grandes líneas de su planteamiento sobre el futuro de las pensiones.

En este trabajo, no parten de cero, ya que el PSOE renovó hace sólo seis meses su proyecto interno, en el 39 Congreso tras las primarias que ganó Sánchez a Susana Díaz, y ahí se sentaban ya las bases de la reforma que quieren en el sistema público de pensiones, para hacer frente a un desequilibrio que, defienden, tiene su causa "en la insuficiencia de los ingresos y no en la evolución del gasto". 

En el documento que salió de aquel cónclave, el PSOE se marcó dos grandes objetivos para resolver este problema: volver a vincular las pensiones al IPC y garantizar su sostenibilidad a través de los presupuestos generales, con cambios en la fiscalidad. En este proyecto, no se precisan los términos de esos cambios ni tampoco se dan detalles de la amplia reforma de los impuestos por la que abogan los socialistas, más allá del compromiso con mantener la tarifa del IRPF para rentas medidas y bajas e incrementar la de las rentas del capital y establecer un mínimo común en los Impuestos de Sucesiones y Patrimonio.

Tampoco se hablaba en ese documento de la creación de un impuesto específico para sufragar las pensiones que ya planteó Sánchez en octubre en su programa electoral para las elecciones de diciembre de 2015, en el que incluía la creación de "una nueva figura impositiva" con carácter finalista vinculada a la financiación de las pensiones y que, según las fuentes consultadas, sigue sobre la mesa.

De la reforma fiscal que Ferraz está preparando sí se sabe que busca incrementar los ingresos del Estado de manera "limitada y gradual". Si comenzara en 2018, como los socialistas creen que debería ser, defienden llevar en cuatro años, en 2022, la presión fiscal al 41%, lo que implicaría recaudar 30.000 millones de euros más.

Presión en el Pacto de Toledo: algo se mueve

En materia fiscal, las opciones de acuerdos con el Gobierno en esta legislatura son más que lejanas, pero otra cosa es la reforma de las pensiones, objeto de negociación en el marco de la comisión del Pacto de Toledo. El foco del PSOE sobre este tema removerá las conversaciones en las que, según explican fuentes parlamentarias, está habiendo avances.

Eso sí, fuentes socialistas insisten en que, aunque se está progresando en la mayoría de puntos que están sobre la mesa, no habrá un acuerdo de ninguna manera mientras el PP no se abra a hablar del fin del índice de revalorización que introdujo en la reforma de 2013 (IRP) y que, según denuncian, augura un futuro muy negro para el poder adquisitivo de los pensionistas. "Si no cambia, podemos ver una bajada de 30 puntos en diez años", aseguran estas fuentes.

Los socialistas creen que el PP podría querer "jugar la baza del mejor momento electoral" para cerrar un acuerdo en el Pacto de Toledo

Pese a que el PP hasta ahora se había mantenido fiel a su IRP, parece que ahora está dispuesto a hablar de modificar el índice de actualización. Eso sí, en el PSOE temen que los 'populares' pueden querer "jugar la baza del mejor momento electoral" para presentar cambios en el sistema de pensiones.

La comisión del Pacto de Toledo ya ha sobrepasado todos los plazos que se ha propuesto para concluir la negociación y elevar sus recomendaciones y mantiene sus reuniones prácticamente semanales. De hecho, volverán a reunirse el próximo miércoles, dos días después de que el PSOE presente su última propuesta y su calendario de asambleas.

El partido de Sánchez espera que sus asambleas agiten este patio y que el resto de partidos dejen de manera muy clara dónde están: sus presiones irán no sólo al PP, sino a Podemos, a quien los socialistas no ven muy comprometido ante esta crisis. De hecho, algunos socialistas dudan ya de que, una vez se elaboren las recomendaciones, los de Pablo Iglesias no vayan a descolgarse y rechazar su firma. 

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