Es la primera decisión política de la segunda etapa de Pedro Sánchez al frente del PSOE. Aunque formalmente es la Gestora la que está a los mandos del partido hasta el Congreso del próximo fin de semana, nadie dudó que le correspondía al nuevo secretario general tomar la decisión del voto de los socialistas en la moción de censura presentada por Podemos contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Y será abstención.
Así lo comunicará este mismo lunes el portavoz de los socialistas en el Congreso, José Luis Ábalos, en la reunión que mantendrán a puerta cerrada a las 17.00 horas, en vísperas del debate de la moción que Podemos metió en la campaña de las primarias socialistas. Pero sin éxito, porque, entonces, los tres candidatos y la Gestora coincidieron en rechazar esa iniciativa y en criticarla por considerar que buscaba más el show político que un cambio que el partido de Pablo Iglesias no quiso apoyar cuando pudo, dijeron.
Pero ahora el voto ha sido decisión de Pedro Sánchez. Así lo acordó con el presidente de la Gestora, Javier Fernández, en la primera y única reunión que han mantenido después de las primarias. Y, aunque de manera formal el nuevo líder todavía no lo ha defendido en público, su único nombramiento hasta el Congreso del fin de semana, su portavoz parlamentario, lleva días defendiendo y argumentando la abstención.
Esta es la manera, sostienen los socialistas, de decir al mismo tiempo no a la iniciativa de Iglesias y no al Gobierno de Mariano Rajoy. Al primero, los socialistas quieren dejarle claro que no apoyan su estrategia política, que creen que no debería estar el PP al frente del Gobierno, pero ahora “no dan los números” para pergeñar una alternativa. Así lo explicó el propio Pedro Sánchez hace unos días, en un encuentro con los medios en el que aseguró que se siente “muy próximo” a los votantes de Podemos, pero discrepa de las “decisiones y formas de actuar” de Pablo Iglesias.
Pero, dejando claro que no apoyan esta iniciativa, los socialistas también quieren que su rechazo al Gobierno del PP no deje dudas. De ahí la abstención. Pedro Sánchez no quiere que su no a Pablo Iglesias se confunda con que va a “decir sí a Rajoy”, explican desde su equipo. El líder de los socialistas defiende que la moción es “inviable”, pero el Gobierno del PP es “censurable”.
Por eso, el portavoz nombrado por Sánchez después de la dimisión fulminante de Antonio Hernando, la noche de las primarias, será incluso más duro contra Rajoy que contra Iglesias en la tribuna del Congreso. José Luis Ábalos buscará hacer hincapié en el rechazo del PSOE al PP y su Gobierno.
Pero para los 'pedristas', el fondo de esta moción no es la censura a Rajoy porque, recalcan, Podemos ha presentado una iniciativa que no tiene lo fundamental para ser factible: los apoyos parlamentarios. Sí los tenía insistirán, Pedro Sánchez después de las elecciones del 20 de diciembre, cuando, una vez obtenido el sí de Ciudadanos, no logró que los votos del partido morado le llevaran a La Moncloa.
Para el equipo de Pedro Sánchez, esta moción no ha sido más que un instrumento para interferir en los asuntos internos del PSOE. Para empezar, porque creen que estalló en plena campaña socialista buscando “inmiscuirse” en las primarias, provocando unas diferencias entre los candidatos que no existieron: todos la rechazaron.
Creen que la moción de censura esperaba a Díaz
Pero, además, desde el entorno del secretario general se apunta que esta moción de censura estaba preparada pensando en la victoria de Susana Díaz: dicen que Iglesias creía que la presidenta de la Junta de Andalucía ganaría las primarias y buscaba así que se retratara en el Congreso nada más llegar a Ferraz.
Pero ahora, Pedro Sánchez, el defensor del 'no es no' a Rajoy, no dudará en tomar la bandera de la abstención, porque considera que recoge mejor que cualquier otro voto el doble rechazo a la moción y al PP, como ya hicieron los socialistas el pasado jueves en la Asamblea de Madrid, en la moción contra Cristina Cifuentes.
El secretario general no le da más importancia a este debate, al que ni siquiera tiene previsto asistir desde la tribuna de invitados del Congreso, el único asiento que puede ocupar en el Hemiciclo, al carecer de escaño. Según su equipo, tampoco tiene intención de acudir a la reunión del Grupo Parlamentario de este lunes, en la que tampoco esperan debate en torno a su voto. Sánchez quiere dirigirse por primera vez a sus compañeros en el Congreso una vez pase el cónclave del fin de semana, en el que se votará su proyecto político y su dirección.