Mariano Rajoy sorprendió este viernes a todos con su primera decisión como ‘presidente’ interino de la Generalitat de Cataluña: convocar elecciones en esa comunidad el 21 de diciembre para acabar con cualquier sensación de interinidad.
Un espectacular golpe de mano cuando todo el mundo esperaba que la "normalización" de la autonomía, tras la traumática declaración unilateral de Independencia (DUI) a cargo del Parlamento Catalán, durara meses. Hasta seis meses de margen tenía, según el acuerdo aprobado por el Senado facultando al Ejecutivo para aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Muchos en el PP pronostican meses para olvidar el cese de Puigdemont
Eran muchos en su partido y en otros que pronosticaban "meses" para hacer olvidar al independentismo el cese de Carles Puigdemont y todo su gobierno. Un cese al que le acompañan los 141 altos cargos interinos de las consejerías, y la desaparición de todo el entramado administrativo que ha dado cobertura al secesionismo; desde el Consell de Transición Nacional hasta Diplocat, pasando por los delegados de la Generalitat en Madrid y Bruselas.
El Presidente del Gobierno ha sorprendido, incluso, a Pedro Sánchez y Albert Rivera, sus socios en esta intervención de la Generalitat. Les llamo al final del consejo de Ministros Extraordinario, minutos antes de comparecer ante los medios de comunicación, para explicarles que las elecciones serian, no el 28 de enero, como había pactado con ellos en privado, sino antes: el 20 de diciembre.
Cinco decretos
El decreto de disolución del Parlamento Catalán es el único de los cinco aprobados anoche por el Ejecutivo que se publica esta mañana en el BOE. Los ceses de Puigdemont y el Govern están ya en vigor desde anoche y esta mañana ya no podrán estar en los despachos del Palacio de la Plaza de Sant Jaume.
Si se resisten o actúan como si no hubieran sido cesados, advierten fuentes gubernamentales, se arriesgan a añadir otro delito a la ya larga causa penal pendiente: el de usurpación de funciones. Sus funciones las asume desde hoy cada ministerio respectivo y, dada la interinidad del proceso -54 días hasta los comicios- no ha hecho falta nombrar un "ministro para Cataluña", como se especuló.
Es significativo que la Fiscalía y el Tribunal Constitucional se vayan a tomar con calma el encausamiento por “rebelión” de la Generalitat saliente -hasta el lunes nada- y ello tiene que ver con el hecho de que se pretenden evitar imágenes de desalojos por la fuerza.
Rajoy explicó este viernes que ha decidido convocar a las urnas a todos los catalanes el 20-D porque "no creemos que sea bueno prolongar esta situación". A su juicio, los españoles han vivido "una jornada triste en la que la sinrazón se impuso a la ley" en el Parlament de Cataluña.
Apeló a la "serenidad" de la población, especialmente en Cataluña, "en estas horas de ánimos exaltados" y pidió confianza en el Estado de Derecho.
De hecho, la primera decisión del Consejo, antes del cese de Puigdemont y los suyos, fue plantear un incidente de ejecución de sentencia ante el TC para anular la Declaración de Independencia formulada ayer.