Mariano Rajoy ha hablado recientemente a solas con el presidente de la Generalitat y es su intención volver a hacerlo. Lo ha reconocido hoy durante el balance que ha hecho en La Moncloa sobre el año que acaba, en el que también ha menospreciado la 'ley de desconexión' que acaba de aprobar el Gobierno catalán, todavía pendiente de aprobar en el Parlamento autonómico. "Es verdad que he hablado con el señor Puigdemont y cuando tenga algo que contar sobre ello, ya lo haré. Seguiré hablando con él y es lógico que no haga públicas todas las conversaciones que tengo", ha señalado Rajoy a los periodistas.
Rajoy advierte que continuará hablando con Puigdemont de manera reservada
Estas conversaciones con la administración catalana se mantienen a varios niveles y descansan también, sobre todo, en los contactos personales que mantiene la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. El horizonte con el que trabaja Moncloa es disponer antes del verano de un diagnóstico claro sobre el margen del que dispone el Gobierno para frenar con eficacia el desafío soberanista.
El presidente ha vuelto a dejar clara la negativa del Gobierno a autorizar el referéndum independentista que pretende convocar la Generalitat el año que viene. "No vamos a dejar que se liquide la soberanía nacional", ha apuntado, tras insistir en la conveniencia de que tanto Puigdemont como el presidente del Gobierno vasco, Íñigo Urkullu, asistan en enero a la confencia de presidentes. "Yo desde luego nunca dejo una silla vacía porque siempre habrá alguien dispuesto a ocuparla", ha comentado en tono irónico. En dicha conferencia, Moncloa quiere introducir asuntos europeos y otros de relevancia interna como es la reforma del estado de bienestar.
El otro mensaje que ha querido acentuar Rajoy durante su comparecencia ante los medios ha sido la estabilidad política que persigue a través del diálogo con los que concibe como sus socios prioritarios, principalmente Ciudadanos y el PSOE. "No quiero convocar elecciones, quiero que la legislatura dure cuatro años", ha señalado después de rehuir cualquier comentario sobre la crisis interna que atraviesa el Partido Socialista y las ventajas que para la estabililidad política pudiera tener que su liderazgo quedara en primavera en manos de Susana Díaz o de Pedro Sánchez.
Rajoy, que se ha querido presentar como un factor de estabilidad política en una Europa que afrontará elecciones en países tan importantes como Alemania, Francia y Holanda, ha introducido entre sus prioridades para el año entrante la creación de medio millón de empleos, la recuperación del 10% del PIB perdido durante la crisis, completar el saneamiento de las cuentas públicas, cambiar el modelo de financiación autonómica y la reforma de las pensiones. Para conseguir estos objetivos hablará con sus socios parlamentarios, sobre todo con los socialistas, a los que ha elogiado por haberle ayudado a sacar adelante los objetivos de estabilidad presupuestaria y estar dispuestos a negociar los Presupuestos de 2017. El presidente le ha pedido tanto al PSOE como a Ciudadanos que sigan comportándose con "responsabilidad" para evitar unas nuevas elecciones.
Luis de Guindos es el único ministro que no ha asistido a la rendición de cuentas de Rajoy en Moncloa
A la comparecencia de Rajoy en Moncloa solo ha faltado el ministro Luis de Guindos. Sí han acudido, en cambio el resto de los responsables ministeriales, entre otros, Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro, Álvaro Nadal, Fátima Báñez, María Dolores de Cospedal, Íñigo de la Serna, Isabel Tejerina y Alfonso Dastis.