El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, arranca este lunes el curso político poniendo encima de la mesa su propuesta para resolver la crisis territorial en España. Mientras se mantiene firme en su apoyo al Gobierno de Mariano Rajoy para responder al desafío independentista del 1 de octubre, quiere marcar posiciones en el debate político que considera que está de fondo. Para ello, se propone buscar vías de diálogo y comenzar a abrir camino a la reforma de la Constitución, para lo que quiere sumar al resto de partidos, también al PP. Su objetivo inmediato es que todos se sienten a la mesa para empezar a hablar del modelo territorial.
Desde Ferraz se asegura que Sánchez no se va a mover un milímetro de su posición como "partido de Estado" en defensa de la unidad de España, pero, una vez dejado claro ese apoyo, quiere diferenciar bien entre el "inmovilismo" que lleva meses, y años, atribuyendo al PP en materia territorial y la apuesta del PSOE por la búsqueda de soluciones a un conflicto que trasciende a la cita que los soberanistas se han puesto con las urnas el 1-O.
Y a ello se va a volcar el líder de los socialistas desde este lunes. Después de unas semanas de vacaciones, y de un final de agosto sin presencia pública, Sánchez comenzará septiembre con una reunión de su Ejecutiva Federal en pleno. En el orden del día está aprobar el paquete de medidas con el que los socialistas proponen desatascar el conflicto con Cataluña, unas iniciativas que nacen de la denominada 'Declaración de Barcelona', un documento político que el PSOE y el PSC aprobaron a mediados del pasado mes de julio.
Aumentar las inversiones, recuperar algunos de los aspectos del Estatut tumbados por el Tribunal Constitucional (como la creación de un órgano propio de gobierno de los jueces en Cataluña), regular el "reconocimiento y amparo de la pluralidad lingüística" y llevar el Senado a Barcelona son algunas de sus propuestas. Pero de lo que probablemente se hablará más es de su propuesta de abrir ya el melón de los cambios en el modelo territorial, que el PSOE quiere llevar del modelo autonómico al federal.
Nació fruto de un pacto entre el PSOE y el PSC por el que los socialistas catalanes abandonaron el 'derecho a decidir'
La reivindicación no es nueva. Nació en Granada en 2013, fruto de un pacto entre el PSOE y el PSC, por el que los socialistas catalanes abandonaron el 'derecho a decidir', y desde entonces forma parte del ideario del partido, en Madrid y en Barcelona. Pero ahora, Sánchez se ha puesto una fecha.
Tal y como aseguró en la ciudad condal el pasado julio, quiere que el debate arranque en este periodo de sesiones, es decir, antes de diciembre. Y su intención es registrarlo en el Congreso antes del 1 de octubre, aunque en algún momento se mostró dispuesto a esperar a que pasara esa fecha, como pide Ciudadanos, que quiere desvincular la reforma de la Carta Magna del desafío independentista.
Sin embargo, y aunque son conscientes de que es muy difícil empezar los trabajos antes de la fecha de la consulta, la dirección del PSOE quiere llevarlo al Congreso cuanto antes, para así, iniciar la búsqueda del diálogo que será necesario para que arranque y que, considera, tanto hace falta ahora mismo en Cataluña.
Comisión de estudio sobre política territorial
La intención final es reformar la Constitución, pero los socialistas quieren comenzar por abrir un espacio en el Congreso en el que todos los partidos se sienten y empiecen a hablar. Para ello, registrará su petición de apertura de una comisión de estudio que dé amparo a los debates, y en la que intervengan los partidos políticos y expertos constitucionalistas. Y la intención del PSOE es que se sumen todas las fuerzas del arco parlamentario, de todos los colores. También los independentistas.
De hecho, cuando presentó la 'Declaración de Barcelona', Sánchez avisó a Rajoy de que la reforma de la Constitución se podría abrir sin el PP, porque existe una mayoría suficiente para hacerlo. Sin embargo, ya entonces invitó al partido del Gobierno a que no se quedara al margen y ahora se volcará para persuadirle.
Para ello, emprenderá pronto una ronda de contactos con todos los partidos, cuyo peso se llevará, según apuntan fuentes socialistas, en el Congreso de los Diputados. Hasta ahora, la propuesta de los socialistas no ha generado mucho entusiasmo en otros partidos: el PP no ve oportuno arrancar el debate de la reforma constitucional, Podemos lo vincula a un referéndum para Cataluña y Ciudadanos se opone a todo lo que parezca un intento de "contentar a los independentistas".
Por eso, los socialistas quieren empezar por el principio y proponen sentarse a hablar de modelo territorial. Con esta propuesta, el PSOE buscará su lugar entre el choque de trenes en Cataluña.
Éste es el objetivo también del PSC, a quien no le interesa aparecer en este conflicto en una posición alineada con el PP, que puede perjudicarle en unas próximas elecciones en Cataluña. La defensa de la unidad y el Estado de Derecho ya la reivindican también los 'populares' y Ciudadanos, y los socialistas necesitan un discurso propio y diferenciado.
Los socialistas no quieren enredarse ahora en un asunto que puede generar mucho ruido interno
En esta tarea, cuentan ahora con una dirección del PSOE más cercana a sus postulados La España plurinacional de Pedro Sánchez fue bien acogida en Cataluña, donde los socialistas llevan más tiempo reivindicando la "nación cultural" que abraza ahora Ferraz y que levanta suspicacias en otros territorios. Por eso, y aunque la dirección federal insiste en que ese debate lo cerró el PSOE en su 39 Congreso, los socialistas no quieren enredarse ahora en un asunto que puede generar mucho ruido interno.
Pero Sánchez seguirá defendiendo esa definición del Estado. Y en las próximas semanas tendrá ocasión de hacerlo desde Cataluña. Con una primera semana centrada en Madrid, donde, además de la Ejecutiva, tiene citas con los medios de comunicación, desembarcará en Barcelona el martes 12, un día después de la Diada. Allí, tiene previsto participar en un desayuno informativo organizado por El Periódico.
No será la única visita, porque, según adelantan fuentes de Ferraz, quiere tener mucha presencia en Cataluña en estas semanas de cuenta atrás hacia la fecha del 1 de octubre. Los socialistas defienden que no habrá referéndum y no quieren adelantar acontecimientos ni hablar de qué ocurriría si se sacan las urnas a la calle.
Hasta entonces, y mientras apuestan por el diálogo, apoyarán al Gobierno en las medidas que tome para tratar de parar el desafío, que enmarcan en el terreno jurídico y dentro de la "proporcionalidad y eficacia" con las que ha definido Ferraz a la postura del Gobierno.