Un año más la reforma de la Constitución planea sobre la celebración de su aniversario y un año más, pese a los mensajes de la conveniencia de emprender algunos cambios por algunos partidos, la conclusión es que no será algo inminente. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha querido dar un portazo, pero tampoco ha garantizado que ésta será la legislatura: "Es muy difícil saberlo". Y en las condiciones que ha puesto encima de la mesa para "hablar", como concede que ha prometido al PSOE, se vislumbran las complicaciones que lo impedirán: el jefe del Ejecutivo ha defendido que hace falta un "consenso muy generalizado", que ahora no existe, porque reformarla por mayoría sería "un disparate".
Los jarros de agua fría a las expectativas del PSOE, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, ha vuelto a defender que en un plazo de seis meses se abrirán los trabajos para la reforma, han llegado del Gobierno y de Ciudadanos. Su líder, Albert Rivera, defiende la necesidad de actualizar el texto constitucional pero desconfía enormemente de los socialistas, porque algunas de sus propuestas, y ha citado la "nación de naciones" que Sánchez ya no menciona, puede "romper" la Carta Magna.
Pero, además, el líder del PSOE recibe fuego amigo. Inmediatamente después de que Sánchez atendiera a la prensa antes de que comenzaran los actos de la celebración de este 39 aniversario, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha dirigido a los micrófonos y ha discrepado del optimismo de su secretario general.
Susana Díaz ve "urgente" reformar la Constitución pero no ve "voluntad" ni por parte de Podemos ni del PP
Ve "urgente" reformar la Constitución, pero mientras Sánchez insiste en que la hoja de ruta que, dice, pactó con Rajoy sigue en marcha, la líder del PSOE andaluz no ve "voluntad" ni a Podemos ni al PP. Unos, ha dicho, porque quieren cambiarlo todo y eso "no es posible" y otros, porque su líder está "en estado puro" y no cree que esté en disposición de afrontar esa tarea "necesaria".
Mientras tanto, el líder del partido morado, Pablo Iglesias, ha defendido que el debate sobre esta reforma lo tiene que afrontar "el conjunto de la patria". Más que en comisiones como la territorial creada por el PSOE, y en la que no participan, Iglesias pide "un diálogo de país" porque "incumbe a toda la sociedad".
Y la respuesta se la ha dado después la presidenta de la Cámara Baja. Sin hablar directamente de la reforma de la Carta Magna, Ana Pastor ha avisado de que "los cambios y transformaciones" que permitan dar "continuidad" a la "historia de éxito" de España, deben hacerse "en la sede de la soberanía nacional". El Congreso, ha dicho, es "el lugar para debatir hablar y para debatir" sobre cambios y llegar a acuerdos".