Si algo deja claro el episodio de los avales para la Secretaría General del PSOE es que la idea del renacido Pedro Sánchez de revolucionar el partido y acabar así con el poder de los barones entregándoselo a los afiliados, gusta a 57.369. Que se sepa. Eso, y que tan sorprendente tsunami de malestar golpeando la sede de Ferraz complica las posibilidades de Susana Díaz para hacerse con el trono en las urnas el 21 de mayo.
Porque, con Felipe González y Alfonso Guerra remando a favor, con José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, ministros, presidentes regionales, todo aquel que ha sido alguien desde la renovación de Suresnes (1974), y los aparatos de las federaciones con más peso a todo gas para que Sánchez no "acabe con el PSOE" (sic), era lógico que la favorita lograra las 63.482 firmas que ha logrado.
Lo sorprendente, lo que no previeron Díaz ni sus apoyos, dentro o fuera -Gobierno, medios de comunicación, Ibex 35 y todos aquellos que temen una entente PSOE/Podemos si gana Sánchez-, es lo otro. Se abren dos semanas de infarto hacia las primarias con un autodenominado candidato de la militancia eufórico -"¡Esto es imparable!", clamaba en Twitter- esperando un duelo televisado a cara de perro con ella y Patxi López (12.000 avales) en el papel de convidado de piedra. Visto lo visto, esa cita ante las cámaras cobra un valor que puede ser decisivo.
Ayer se vivió en Ferraz el final de la ensoñación de un 39 Congreso del PSOE encarrilado y se abrió una peligrosa dinámica Norte-Sur
Y es que ayer se vivió en la sede socialista el final de una ensoñación y, al tiempo, se confirmó que la peligrosa dinámica electoral "Norte-Sur" en la que entró el PSOE hace ya años se traslada ahora al comportamiento de los militantes .
La ensoñación es la de esa mayoría que tomó el poder de madrugada en el tormentoso Comité Federal del uno de octubre tras el "derrocamiento" de Sánchez (Javier Fernández dixit), sobre la idea de que, muerto políticamente Sánchez, el 39 Congreso sería coser y cantar; un retorno a la normalidad después de dos años y medio. Solo había que retrasar el cónclave lo suficiente (nueve meses) para que el ex acabara siendo un lejano recuerdo, un paréntesis en la historia, y luego llegaría Díaz. Pero héte aquí que ella se retrasó lo suficiente como para alimentar su resurrección. El resto de la historia es conocido.
Con todo, lo peor es la traslación a lo orgánico de la jibarización del socialismo hacia un partido "del sur", hegemónico solo en Andalucía, matizadamente en Extremadura y Castilla-la Mancha, muy demediado en el Norte, e irrelevante en las grandes ciudades y comunidades con hegemonía nacionalista.
Porque "arrasar", verbo que alguno de los afines a Susana Díaz ha venido usando en estos meses, lo cierto es que la presidenta andaluza solo lo ha demostrado en su tierra (58% de avales de la primera federación, 45.124 militantes). En las otras dos del sur simplemente ha ganado y, algo que debe ser muy doloroso para ella y su equipo, no ha logrado hacerlo en la trascendental Comunidad Valenciana, donde su amigo Ximo Puig dirige el PSPV.
Al final, la candidata andaluza gana en avales en siete comunidades (Andalucía, Aragón, Castilla-la Mancha, Extremadura, Madrid -muy ajustado-, Murcia y Ceuta) y él en el resto de España, excepto el País Vasco.
Sánchez se impone en Cataluña, y en el País Vasco queda segundo tras López, con 1.044 votos y un resultado especialmente sintomático y sangrante para ella: solo 96 avales del PSE. Barones y seguidores de la candidata recibieron con incredulidad inicial las cifras de avales de Sánchez, incluso hubo intentos de hablar de "pucherazo" pero conforme avanzó la tarde asumieron la realidad.
Los afines a la presidenta andaluza recibieron con incredulidad inicial el cuasi empate de Sánchez en las firmas de militantes
Él, por su parte, hizo público un vídeo agradeciendo las muestras de "cariño". "Hoy empieza todo. Estamos muy abrumados por las muestras de cariño que estamos recibiendo, que estamos todos recibiendo porque al final esto es el cariño al PSOE, que es lo que tenemos que recuperar y volver a levantar", proclama. En un vídeo, grabado poco antes de que su equipo presentara los avales en la sede del PSOE, se ve a Sánchez instando a su equipo a acudir a Ferraz "con una sonrisa" y "con alegría".
Díaz, por su parte, estuvo en Toro (Zamora), donde se mostró "muy feliz" del "nivel de confianza" en su proyecto, y confía en que "en los días que quedan siga a más". Debe ser la "antesala" de una victoria electoral "después en las urnas".