Un ciberdelincuente no es un hacker. De hecho, quienes se dedican al hacking consideran una ofensa que se confundan ambos términos.
El hacker es un amante de la informática que sólo persigue el conocimiento y su difusión. Desea saber cómo funcionan las cosas. Es curioso por naturaleza y comparte sus descubrimientos con la comunidad internauta.
Sabe dónde se encuentran los agujeros de seguridad de un programa informático, de un móvil o un ordenador. De un sistema operativo. Puede vulnerarlos porque los conoce a fondo. Justo eso es lo que diferencia a un hacker de un ciberdelincuente. Un hacker nunca cometerá ilegalidades y compartirá su conocimiento.
Según el diccionario de los hackers, "un hacker es todo individuo que se dedica a programar de forma entusiasta, o sea un experto entusiasta de cualquier tipo".
Todo lo contrario que sucede con los ciberdelincuentes. Su leitmotiv es el dinero, y hacen cualquier cosa para conseguirlo: secuestrar ordenadores, suplantar identidades, extorsionar cibernautas...
No tienen porque tener conocimiento sobre informática, pueden subcontratar software malicioso a través de Internet a otros ciberdelincuentes que trabajan estudiando vulnerabilidades con las que asaltar dispositivos y personas.