Decir adiós al chupete puede ser una batalla difícil tanto para los niños como para los padres. Este objeto tan reconfortante para los más pequeños se convierte, en ocasiones, en un compañero inseparable que les cuesta abandonar. Sin embargo, llega un momento en el que hay que dar el paso y dejarlo atrás. Para ayudarte en este proceso, un pediatra nos ofrece tres ideas sencillas y efectivas que pueden ayudarte a que tu hijo se despida del chupete para siempre.
Ideas para dejar el chupete
1. La caja
Compra una caja bonita que le guste a tu hijo. Reúne todos los chupetes que haya utilizado a lo largo de su vida y explícale que ha llegado el momento de "regalarlos" a otros bebés que los necesiten. De esta manera, se sentirá mayor y protagonista de un acto solidario.
2. La magia de la Navidad
Aprovecha la época navideña para convertir la despedida del chupete en un momento mágico. Cuelga los chupetes en el árbol de Navidad junto a los adornos. Explicale a tu hijo que los Reyes Magos o Papá Noel vendrán a buscarlos para cambiarlos por regalos de mayores.
3. Bichos en el chupete
Esta idea, aunque poco desagradable, suele ser la más efectiva. Cose pequeños hilos en la tetina del chupete a modo de pelos o "bichos". Explícale a tu hijo que a los niños mayores se les llenan los chupetes de estos bichos y que, por eso, hay que dejar de usarlos. Ver los chupetes "infectados" le resultará asqueroso y lo más probable es que decida abandonarlos por su cuenta.
Debes ser paciente y comprensivo. Es importante que comprendas que para tu hijo el chupete es un objeto de seguridad y apego. No lo presiones ni lo regañes por usarlo, ofrécele alternativas como un peluche, una mantita o un objeto familiar que le reconforte. Todo esto mientras refuerzas su autoestima elogiando sus avances y mostrándote orgullosa de él.
¿Cuándo se debe dejar el chupete?
La mayoría de los expertos en salud oral y pediatría recomiendan dejar el chupete antes de los 3 años. A partir de esta edad, los beneficios del chupete disminuyen considerablemente, mientras que los riesgos aumentan.
La succión prolongada del chupete puede ejercer presión sobre los dientes y la mandíbula, provocando que los dientes superiores e inferiores no se junten correctamente al cerrar la boca. Esta condición, conocida como mordida abierta, puede dificultar la masticación, la deglución e incluso el habla. El uso prolongado del chupete también puede contribuir a la desalineación de los dientes, como apiñamiento o dientes salidos. Esto puede afectar la estética de la sonrisa y requerir tratamiento de ortodoncia en el futuro.
Despedirse del chupete no tiene que ser un trauma. Con un poco de paciencia, comprensión y creatividad, podrás ayudar a tu hijo a superar este proceso de forma positiva y satisfactoria. Recuerda que lo más importante es el bienestar emocional de tu pequeño y que cada niño tiene su propio ritmo para abandonar este objeto tan querido.
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