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Adiós a los números de las tarjetas en los pagos online: llega la biometría

Mastercard busca erradicar el fraude con una nueva era de seguridad basada en huellas dactilares y reconocimiento facial

Una persona haciendo una compra online con su tarjeta. EFE

En un giro radical para la industria de los pagos digitales, Mastercard ha anunciado planes ambiciosos para eliminar por completo los números de las tarjetas de crédito y débito en las compras online. Esta medida, que promete revolucionar la forma en que realizamos transacciones en internet, tiene como objetivo principal combatir la creciente ola de fraudes cibernéticos, tal y como informa Bloomberg.

La compañía, que procesa miles de millones de transacciones semanales, ha estado trabajando durante una década en la tecnología de 'tokens', códigos únicos que reemplazan los números de las tarjetas. Ahora, Mastercard busca llevar esta innovación al siguiente nivel al integrar datos biométricos como huellas dactilares y reconocimiento facial como una capa adicional de seguridad.

Esta decisión se alinea con las tendencias globales hacia métodos de autenticación más seguros y personalizados. Al eliminar la necesidad de contraseñas, que a menudo son vulnerables a robos y hackeos, Mastercard busca ofrecer a sus clientes una experiencia de compra más segura y conveniente.

El lanzamiento del nuevo sistema en la India, en colaboración con PayU y bancos locales, marca un hito importante en esta transformación. Mastercard tiene como objetivo que todas las transacciones de comercio electrónico en Europa estén tokenizadas para finales de esta década.

¿Un paso hacia la vigilancia masiva?

La eliminación de los números de tarjeta y la creciente dependencia de los datos biométricos en los pagos online ha planteado interrogantes legítimos sobre la privacidad de los consumidores, donde algunos han sido bastante reticentes. Si bien la intención de Mastercard es mejorar la seguridad, esta medida también podría tener implicaciones más amplias en términos de vigilancia y control.

  • Centralización de datos sensibles. Al concentrar información biométrica única de millones de personas en una sola entidad o en un número reducido de ellas, se crea un objetivo atractivo para ciberataques y posibles filtraciones de datos. Una brecha de seguridad en este tipo de sistemas podría tener consecuencias devastadoras para la privacidad de los usuarios, exponiéndolos a identidades robadas y fraudes de mayor envergadura.
  • Vigilancia gubernamental. Existe la preocupación de que los gobiernos puedan aprovechar esta información biométrica para fines de vigilancia masiva, rastreando los movimientos y hábitos de compra de los ciudadanos. En un futuro hipotético, esta información podría ser utilizada para crear perfiles detallados de los individuos, lo que podría limitar sus libertades y derechos.
  • Falta de regulación. A medida que la tecnología avanza a un ritmo acelerado, la legislación sobre protección de datos puede quedar desactualizada. Es fundamental establecer un marco regulatorio sólido y transparente que garantice la seguridad y privacidad de los datos biométricos, protegiendo a los consumidores de posibles abusos.

Es importante destacar que, si bien estas preocupaciones son válidas, también es cierto que la biometría ofrece una capa de seguridad adicional que puede ser difícil de falsificar. Sin embargo, es necesario encontrar un equilibrio entre la seguridad y la privacidad, asegurando que los beneficios de esta tecnología no se obtengan a costa de los derechos fundamentales de los individuos.

Para mitigar estos riesgos, es fundamental que:

  • Las empresas implementen medidas de seguridad robustas. Esto incluye cifrado de datos de alta calidad, sistemas de detección de intrusiones y protocolos de acceso estrictos.
  • Se establezcan regulaciones claras y transparentes. Los gobiernos deben trabajar en conjunto con la industria para desarrollar leyes que protejan la privacidad de los datos biométricos y establezcan límites claros sobre su uso.
  • Los consumidores estén informados y empoderados. Es crucial que los usuarios sean conscientes de los riesgos asociados con la biometría y tengan el control sobre sus datos biométricos.

En conclusión, aunque la eliminación de los números de tarjeta y la adopción de la biometría pueden mejorar la seguridad de los pagos online, es fundamental abordar las preocupaciones relacionadas con la privacidad. Solo a través de un enfoque equilibrado y transparente se podrá aprovechar todo el potencial (que es mucho) de esta tecnología sin comprometer los derechos fundamentales de los individuos.

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