El secretario de Estado Javier Padilla hace pública una encuesta realizada por el Ministerio de Sanidad que evidencia el problema que atraviesa España en la sanidad pública: la falta de enfermeros. Con una ratio de 6,3 de estos profesionales por cada 1.000 habitantes, faltan 100.000 enfermeras para alcanzar la ratio de la Unión Europa, que es de 8,5. Pero este no es el único problema que destaca dentro del sector. Además de la escasez de este tipo de profesionales sanitarios, aquellos que sí ejercen -en su mayor parte mujeres- manifiestan su descontento y malestar, y el 39,4% planea abandonar la profesión en los próximos diez años.
La necesidad del aumento de enfermeros en España es más que evidente, pero desde dentro los profesionales denuncian jornadas interminables y un ritmo de trabajo insostenible. El 92,7% de aquellos que planean abandonar su puesto de trabajo afirman que los motivos profesionales son la causa principal, seguida de problemas de salud o factores mentales. Los datos no son más que la evidencia de la necesidad de mejora en el sector sanitario: además de tener una gran carga de trabajo, solo el 34,5% se encuentra en un puesto acorde a su formación.
Faltan enfermeras: especialidades más perjudicadas
Son muchas las especialidades que pueden estudiarse dentro de la enfermería: enfermería obstétrico-ginecológica, salud mental, enfermería del trabajo, enfermería geriátrica, pediátrica, familiar y comunitaria y cuidados médicoquirúrgicos son algunas de ellas. Así, la peor parte de la lleva la primera de ellas. Los profesionales que salen mejor parados son las matronas y las enfermeras especializadas en salud mental. El 77,5% y el 48,3% respectivamente trabaja en un puesto acorde a su formación. Por otra parte, estas son las especialidades en las que más falta hace el aumento de personal:
• Enfermería geriátrica.
• Enfermería familiar y comunitaria.
• Enfermería especializada en salud mental.
Asimismo, también es posible hablar de desigualdades en los salarios según la comunidad autónoma en que se encuentre el trabajador. Los sueldos mínimos más altos se dan en Canarias -2.898 euros para atención hospitalaria y 3.318 euros para primaria-, seguida de Navarra, donde las enfermeras reciben un salario uniforme de 2.917 euros, y Ceuta y Melilla, con 2.812 euros y 3.005 euros según el nivel asistencial. En contraste, regiones como Cantabria -1.647 euros y 2.080 euros- y Madrid -2.005 euros y 2.281 euros- presentan los salarios más bajos.
La paradoja del enfermero en España
Pero los datos resultan paradójicos tras analizar cuáles son las carreras más demandadas y populares en España: enfermería es la más solicitada por los estudiantes, con un 10,78% según el Informe Infoempreo Adecco. Le siguen los grados de Medicina, Biomedicina, Educación y Pedagogía y Administración y Dirección de Empresas. Así, son muchos los factores que pueden hacer que un estudiante no consiga trabajar en el oficio que ha estudiado: pérdida de motivación y cambio de carrera universitaria, factores personales o la dificultad para entrar en el mercado laboral son algunos de ellos. Es difícil poder saber con exactitud cuál es el que revierte la balanza en el caso de la enfermería, pero el malestar generalizado de los trabajadores puede tener mucho que ver en la ecuación.
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