Sevilla arranca este domingo su semana grande. Desde el Viernes de Dolores hay pasos en la calle, la mayoría de los hoteles están completos y también los apartamentos. Cuesta hacerse con una habitación para estos días. Las procesiones son el principal atractivo de una ciudad que va a mover unos 280 millones de euros, legalmente. El matiz aquí es importante porque el turismo “de Pasión” tiene otros negocios que van cubiertos bajo túnica. Las vistas sin colas ni empujones al recorrido procesional se cotizan a precios desorbitados.
Precisamente, esta semana el Ayuntamiento de Sevilla intentó dar un escarmiento a algunos arrendatarios. En una operación con la Policía Local se registraron tres apartamentos que se anunciaban en internet y que no cumplían con las condiciones legales. Porque alquilar un balcón para Semana Santa no es ilegal. Pero el apartamento debe aparecer en el registro turístico de Andalucía (en el caso de Sevilla) y el turista tiene que abonar el IVA por el servicio.
La Campana, la calle Sierpes, la plaza del Duque y todos los recovecos de la Carrera Oficial de la Semana Santa sevillana son los puntos más solicitados y también los más caros para alquilar. El Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla gestiona la venta de abonos de sillas y palcos para la carrera oficial. Los precios de las sillas varían entre los 153,72 euros de la zona de Campana a los 70,27 de la plaza Virgen de los Reyes. Por un palco se pagan entre 789,55 y 581,71 euros. Hay quien aprovecha la compra anticipada para revender los abonos por internet. La clásica oferta de “vendo boli BIC y regalo dos sillas para ver pasos” se repite en los portales de compra-venta.
Contactamos telefónicamente con José (nombre ficticio) que anuncia dos sillas “en primera fila” en la avenida de Constitución. Su precio precio máximo oficial en ese punto es de 125,24 euros. Él nos pide 175 euros por silla para media semana. Y 350 si queremos ocupar el abono durante toda la fiesta.
José nos informa de que la “reserva” se hace mediante transferencia bancaria. Nos facilita un número de cuenta donde debemos ingresar la mitad del importe. Le expresamos nuestra desconfianza por el acuerdo y trata de quitarle hierro al asunto: “No te preocupes, tengo otros ‘clientes’ de fuera y cuando estéis en Sevilla voy a vuestro hotel, me pagáis el resto y os entrego los abonos”.
"No vais a encontrar un sitio mejor en toda Sevilla: un primer piso, con habitaciones independientes, servicio y en la calle Sierpes, esquina con Campana”
Las sillas no son la única opción para “alquilar”. Los balcones son la joya de la corona por las comodidades que ofrecen. Claudia (nombre ficticio) no publica lo que cuesta ver las procesiones desde el suyo, pero nos lo detalla cuando contactamos con ella por teléfono. “Lo tengo casi todo lleno”, advierte. “Pero no vais a encontrar un sitio mejor en toda Sevilla: un primer piso, con habitaciones independientes, servicio y en la calle Sierpes, esquina con Campana”.
Claudia no alquila su balcón completo, lo oferta por “plazas individuales”. “En la primera planta son tres balcones en los que caben unas 6 o 7 personas en cada uno. Estamos en una oficina, pero durante esta semana paramos”, nos cuenta. Cobran 100 euros por cabeza y día. Si lo llena, que asegura que lo hará, ingresará unos 2.000 euros diarios. El Domingo de Resurrección será realmente de gloria porque cerrará la semana ingresando 16.000 euros.
Si además de disfrutar de las vistas también nos queremos hospedar en el mismo apartamento, los precios suben. A tres días para el inicio de la Semana Santa quedan pocos pisos disponibles. Encontramos uno que todavía se anuncia en Campana. Su propietario pide 1.000 euros al día. Cuenta con tres habitaciones y dos baños. En caso de alojarse solamente el Jueves Santo, el precio se duplica. Hay momentos que no tienen precio, pero ver a La Macarena en carrera oficial puede costar hasta 2.000 euros. En este caso, si decidiéramos “contratar” la semana completa el precio se rebajaría a 3.500 euros.
Encierro y mascletà
El alquiler de espacios con vistas para unos días, o unas horas, no es algo exclusivo de Sevilla o la devoción cofrade. La internacionalización de los Sanfermines y la masificación de la fiesta han contribuido a que algunos propietarios con balcones con vistas al encierro prefieran sacar tajada antes que vivir la fiesta desde un punto privilegiado. Los aficionados llegan a pagar entre 30 y 200 euros por persona y día; y hasta 400 para el Chupinazo, según publicó Noticiasdenavarra.com.
Los valencianos también han sabido sacarle partido a sus Fallas, ahora Patrimonio de la Humanidad. Una plaza en un balcón con vistas a la mascletá cuesta entre 20 y 150 euros por persona, dependiendo del tipo de servicio que ofrezcan. Hay propietarios que te sirven un breve aperitivo antes del espectáculo pirotécnico que dura unos cinco minutos. Otros “locales”, en cambio, abren restaurantes efímeros para estas semanas de marzo e incluyen un menú con cóctel, varios platos y barra libre para que la fiesta no acabe con el terratrèmol.
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