Dicen que muchas veces el bosque no deja ver los árboles. Y eso es lo que ha ocurrido en muchas fases del primer día de declaración de Luis Bárcenas en el juicio por la primera etapa de la trama Gürtel. Con ese hablar acelerado que hace difícil a veces seguir sus respuestas, el extesorero del PP ha dejado caer lo que parecían 'avisos' para navegantes... sobre todo para los que surcan por las procelosas aguas 'populares'. Si bien es cierto que ha dicho en un par de ocasiones que Francisco Correa no había entregado comisiones ni a él ni a su partido, también lo es que tampoco se ha privado de sacar a relucir nombres como los de Mariano Rajoy, Ángel Acebes y Pedro Arriola. Sin olvidar que en un par de ocasiones ha dicho que aún tiene una treintena de "cajas con documentación sin abrir" de la que sacó de Génova 13. Tras escucharlo, en la sede de su partido se tienen que estar preguntando por qué, además de liarse a martillazos con los discos duros de su antiguo empleado, no le pegaron fuego a los archivos de su responsable de finanzas 'en diferido'.
El extesorero ha asegurado en dos ocasiones que tiene un montón sin documentación que no ha podido analizar aún porque estuvo en prisión "de manera injusta"
Bárcenas ha esgrimido la existencia de estos misteriosos papeles cuando la Fiscalía Anticorrupción ha sacado a relucir que algunas de las pruebas documentales con las que quiere defenderse de las acusaciones que pesan sobre él habían sido incorporadas al inicio del juicio pese a la larga instrucción de la causa. El extesorero ha asegurado que el motivo es que todas ellas estaban precisamente en dichas cajas y que como él se había pasado 19 meses en prisión "de manera injusta" no había tenido tiempo hasta ahora para estudiarlos y sacar aquellos papeles que en su opinión lo pueden exculpar tanto a él como a su mujer, Rosalía Iglesias. De hecho, una buena parte de sus respuestas de la sesión de la tarde han ido dirigidas a salvar a su esposa aún a costa de presentarla menos enterada de las cosas que hacía él que la infanta Cristina con los tejemanejes de Iñaki Urdangarín. "Mi mujer está exclusivamente para firmar", ha asegurado en una ocasión. En otra, incluso, que falsificaba su firma en documentos de Hacienda con un "garabato".
"He sido muy prudente"
El extesorero del PP, que se ha liado con el nombre de su anticuario 'de cabecera' cuando ha detallado una operación de compraventa de cuadros bajo sospecha, se ha mostrado como un caballero al que no le gusta citar el nombre de nadie en vano. Ha sido su explicación a que lo que dijo en las declaraciones durante la instrucción de la causa no coincidiera con lo que estaba afirmando este lunes, cuando aseguraba saber quién había participado en tal o cual asunto. "Siempre que afectaba a terceras personas he sido muy prudente", ha asegurado cuando la Fiscalía Anticorrupción le hacía ver que donde dijo digo ahora decía Diego con nombres y apellidos. "Intentaba no perjudicar", ha insistido. Unos miramientos que, de hecho, no ha tenido con determinadas personas. Por supuesto, con Francisco Correa, al que le ha devuelto las acusaciones que éste hizo cuando tomó la palabra al comienzo de la vista, allá por octubre. Pero también con algunos cargos del PP, su partido.
Bárcenas asegura que ahora da nombres que no dio antes porque "intentaba no perjudicar" a terceras personas durante la instrucción de la causa
De hecho, la mención a Mariano Rajoy parecía cargada de veneno. Por un lado, aseguraba que fue el hoy presidente del Gobierno quien decidió en 2003 acabar con el papel de 'Don Vito' como organizador de los actos electorales de los 'populares' tras el chivatazo de un empresario 'donante' sobre las actividades supuetamente paralelas de Correa. Por otra, dejaba claro que el máximo dirigente del partido estuvo al corriente desde aquel año que algo olía a delictivo y no fue al juzgado. Con Álvaro Lapuerta, su jefe durante años, algo similar. Le ha calificado de "honorabilísimo" y de "honrado, honrado, honrado", pero también que se encargaba de buscar empresarios que hicieran donaciones a los partidos para engordar una 'caja B' que Bárcenas ha rebautizado como "contabilidad extra contable". Un neologísmo con el que, tal vez, intentaba ocultar los árboles de la corrupción.
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