El aceite de oliva, más que un simple ingrediente culinario, es un emblema de la cultura mediterránea y un pilar fundamental de la dieta saludable. Y no solo eso, sino que, más allá de su uso culinario, el aceite de oliva ha jugado un papel crucial en la cosmética, la medicina y las tradiciones religiosas. Su elaboración artesanal, heredada de generación en generación, ha convertido a este oro líquido en un símbolo de identidad y arraigo para muchas regiones del mundo.
Ante una situación de subidas altísimas en el precio del aceite de oliva, que se prolonga más de dos años, fruto de las agravadas sequías y campañas marcadas por los récords de temperatura a nivel mundial, no falta quien busca con ansia un cambio sustancial en unas etiquetas muy concretas. Las del precio del aceite de oliva en los estantes de los supermercados.
Con todo, hay motivos para esperar una optimista bajada. Y es que, según el medio especializado Olimerca, se prevé que la producción global del aceite de oliva pueda volver a encauzarse regresando a su media histórica.
¿De cuánto será esa bajada?
Como apunta el medio especializado ya mencionado, se calcula que la producción pueda situarse en torno a los 3,2 millones de toneladas de aceite de oliva, en unos volúmenes similares a los anteriores a la crisis actual. Precisamente, el aumento de la oferta de aceite se traducirá en la esperada bajada de precios, si bien en esta dinámica inciden más factores que la producción disponible.
Así, las primeras tendencias que asoman en los mercados de futuros, como recoge el medio, ya apuntan a una bajada del precio. Concretamente de unos 5 euros por kilo e incluso más bajos, en el horizonte temporal de enero de 2025. Ese coste abriría la puerta a precios más habituales a los del pasado en lo que se refiere al aceite de oliva embotellado y también un trabajo mejor pagado a los productores de olivas y, por ende, al sector agroalimentario.
Es por esto por lo que parece que se ve la luz al final de este túnel que estaba convirtiendo el precio del aceite de oliva en una problemática para muchas familias prácticamente sin poder permitirse comprar aceite, un ingrediente básico de nuestra dieta mediterránea.
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