Es la primera vez que un jefe de estado chino interviene en el Foro de Davos provocando así una de las situaciones más surrealistas que se recuerdan en la comarca alpina desde que Thomas Mann escribió su Montaña mágica. Solo la magia explica que este año los cimientos capitalistas de Davos se alimenten, como plato fuerte, del representante de una economía de mercado socialista que presume de manejar las riendas de una economía de mercado que vigila de cerca a las empresas estratégicas del país. Es el premio especial de Davos a la segunda economía más grande del mundo en PIB nominal, el país qué más rápido ha crecido desde la década de los 80 a un ritmo del 10% en los últimos 36 años. China no puede permitirse un frenazo ahora, por eso es importante para ellos alternar con la élite política, empresarial y financiera del mundo.
El lema de este año "el mundo está cambiando a una velocidad sin precedentes" se queda corto para definir el cuadro surrealista que se pinta en Davos. Xi Jinping se codeará con la primera ministra británica Theresa May que hablará por primera vez a la selecta audiencia de sus planes para negociar el Brexit y con el vicepresidente saliente de EEUU, Joe Biden que lleva en su cartera la amenaza proteccionista de Trump. El mundo al revés. Mientras Donald Trump tumba el acuerdo de libre comercio, Xi Jinping quiere sacar adelante el Área de Libre Comercio de Asia Pacífico, que englobaría a todos los miembros del APEC, incluido a los Estados Unidos, Trump mediante. Mientras China da pasos buscando una economía plural con un ambicioso acuerdo sobre el cambio climático con EEUU, Trump amenaza con desligarse. El colmo de la dicotomía: Estados Unidos se vuelve proteccionista mientras China defiende la globalización.
En Davos resonará con fuerza las llamadas a la colaboración mundial, a la revitalización del crecimiento económico, la reforma del capitalismo y la cuarta revolución industrial. Son los grandes temas que compartirán invitados tan dispares como el nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, la Directora del Fondo Monetario Internacional, el fundador de Alibaba, la número 2 de Facebook o el cofundador de Microsoft. La Delegación española está representada por el presidente de Telefónica, el de Iberdrola, el presidente del BBVA y la presidenta del Grupo Santander. Ana Botín será una de las pocas mujeres que participarán en un Davos de hombres. La participación femenina apenas llega a un 20% pero el dato no es llamativo si se tiene en cuenta que las mujeres apenas superan el 4% en las posiciones CEO de las 500 compañías que forman el S&P 500.
Para participar en la fiesta de las élites cada uno de ello tendrá que pagar entre 20.000 (la entrada más barata) y 120.000 dólares (el ticket vip). Cuanto más se paga, mas acceso se tienen a las conferencias y eventos privados que se desarrollan en paralelo. En total 400 sesiones de debate. Un laboratorio de ideas que pretende reforzar el crecimiento global y reformar el capitalismo de mercado.
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