En la sala de la Audiencia Nacional donde se celebra el juicio este martes ha empezado a hacer mucho frío... y no es culpa del aire acondicionado. El motivo no es otro que los tres procesados que han comenzado a tirar de la manta, lo que se ha traducido en que más de uno de sus compañeros de banquillo han comenzado a tiritar. Después de oír las declaraciones del empresario Jacobo Gordón, el constructor Alfonso García-Pozuelo y el exconcejal de Pozuelo de Alarcón Roberto Fernández está claro que para la mayoría del resto de encausados la única salida para lograr una condena no demasiado elevada es seguir su ejemplo y comenzar a contar todo lo que saben.
El primer arrepentido ha explicado al tribunal que el alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, le dió un sobre con 150.000 euros en billetes para hacer una inversión 'en negro'
El jueves está previsto que comience a declarar Francisco Correa, el cabecilla de la trama que en los días previos a la vista ya había comenzado a amagar con colaborar con la Justicia. Está claro que es la única opción que le queda después de oír a los tres procesados que ya han llegado a acuerdos con la Fiscalía Anticorrupción implicarle en inversiones inmobiliarias con dinero 'negro', pagos de campañas electorales, amaños de contratos y un largo etcétera. Si aún tenía alguna duda en 'tirar de la manta', hoy sus compañeros de arrepentimiento le han despejado todas. Sálvase quién pueda.
El primero en bajar la temperatura de la sala este martes ha sido Jacobo Gordon, empresario inmobiliario del que siempre se destaca su amistad con Alejandro Agag, yerno de José María Aznar. Con un tono de voz un tanto lastimero, Gordon ha dado durante su declaración una lección magistral de cómo invertir dinero 'negro' en operaciones urbanísticas y recibir las ganancias en 'blanco' y con empresas 'pantalla'. El empresario ha detallado como tras reencontrarse en un restaurante con Correa, al que conocía de su época de estudiante, decidieron hacer negocios juntos y uno de ellos fue en Majadahonda, donde iban a comprar unos terrenos por 5 millones, de los cuales 750.000 euros debían pagarlos en 'black'. Fondos estos últimos que recaudó del propio Correa, otro empresario y una amigo del primero, Guillermo Ortega, 'casulamente' alcalde del municipio donde iban a dar el pelotazo.
'L.B.' es Bárcenas
Gordon ha detallado como en una comida con éste y el cabecilla de la trama -la corrupción debe abrir el apetito-, el primer edil le entregó un sobre con su parte en el negocio, 150.000 euros en billetes que contaron sin ningún pudor. Una inversión que también se ofreció a Luis Bárcenas, con el que Correa y el arrepentido se reunieron en un hotel, aunque finalmente el ex tesorero no se animó a participar. Eso no impidió que sus célebres iniciales, 'L.B.', aparecieran en un documento que la fiscal le mostró durante la vista y en el que se reflejaba, precisamente, que su aportación fue del 0%. Un escalofrío debía recorrerle la espalda al antiguo senador del PP.
El constructor García-Pozuelo aseguró que pagó 'mordidas' a Jesús Sepúlveda, ex marido de Ana Mato. Otro, que vio como Correa y sus empleados le entregaban sobres con dinero
Más parco en palabras fue el segundo arrepentido, el constructor Alfonso García-Pozuelo, quien además de reconocer todos los hechos aseguró haber entregado 'mordidas' a Jesús Sepúlveda cuando éste era alcalde de Pozuelo de Alarcón. El ex marido de la ex ministra de Sanidad, Ana Mato, escuchaba abrazado a una carpeta que lleva siempre encima con la esperanza de no quedarse helado. Otro al que ha destapado García-Pozuelo ha sido a Bárcenas al asegurar que Correa le reconoció una vez que el entonces tesorero del PP 'participaba' en los chanchullos de la trama en Castilla y León.
Dinero en sobres
Finalmente le ha tocado el turno al antiguo edil Roberto Fernández, quien ha terminado por dejar a la intemperie a su antiguo 'jefe', Jesús Sepúlveda, y a medio ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Fernández, que anda metido en otros problemas judiciales por asuntos de maltrato, ha detallado como Francisco Correa pagó en 2003 la campaña electoral del ex marido de Ana Mato y que no se reparó en gastos para hacerle alcalde. Aseguró que recibía para ello "sobres con dindero en efectivo" con los que se pagaron la sede electoral, su mobiliario, actos de campaña y todo tipo de merchandising. Incluso aseguró que quedó dinero para que el PP pagase varios máster a Sepúlveda y así, darle, un "tamiz cultural" a un candidato del que aseguró que "no tiene ningún conocimiento de nada".
Roberto Fernández, ex edil de Pozuelo, aseguró que con el dinero de Correa se pagó la campaña electoral y un 'máster' para dar un "tamiz cultural" a Sepúlveda
Fernández, muy locuaz durante toda su declaración, ha pasado a continuación a detallar las contraprestaciones que Correa empezó a recibir por dicha financiación: contratos municipales que se le adjudicaban por indicación expresa de Sepúlveda. El arrepentido detalló que, para ello, las empresas de Correa presentaban ofertas con bajas temerarias que les aseguraba ganar el concurso para poco después hacer modificados que multiplicaban por tres y por cuatro el precio que finalmente tenía que pagar el Ayuntamiento. Una práctica que se cortó también por orden del alcalde que en un momento determinado dio instrucciones para no adjudicar más trabajos a las empresas de Correa. Fernández detalló que Sepúlveda explicó entonces a sus concejales que lo hacía porque tenía constancia de que el cabecilla de la trama era objeto de seguimientos y escuchas policiales en lo que sonó a 'chivatazo'. De hecho, aseguró que el aclalde les entregó teléfonos "encriptados".
El ex edil, que se mostró como alguien que se resistía a todos los tejemanejes -"me ponían enfermo"-, dejó definitivamente desnudo en medio del Polo Norte al ex marido de Ana Mato al asegurar que había visto como le daban dinero en metálico en su despacho, en un centro comercial... además de viajes, comidas, un vehículo Land Rover y un largo etcétera. Como ejemplo de ello, aseguró que en una ocasión "Jesús" le pidió que le acompañara a comprar un bolso de Loewe a la calle Serrano. "Me dijo que lo pagaba Correa", añadió. Roberto Fernández terminó su declaración asumiendo su responsabilidad y explicando por qué había decidido tirar de la manta: "Había tocado fondo y el único modo de demostrar a mis hijos que la única manera de salir adelante es decir la verdad". Todavía se oye el castañear de dientes en la sala. Ahora le toca el jueves a Correa decidir si sigue bajando la temperatura.
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