La investigación sobre el asesinato del embajador griego en Brasil, Kyriakos Amiridis, confirmado este viernes por la Policía, ha desembocado en la detención y el envío a prisión preventiva de tres personas, entre ellas su esposa y un policía militar, quienes eran amantes y planearon el crimen.
La esposa del embajador, la brasileña Françoise Amiridis, el policía Sergio Gomes, quien sería el autor material, y el primo de este último, cómplice por ayudar a deshacerse del cuerpo, están acusados de participar supuestamente en el homicidio, según informaron las autoridades del país sudamericano.
"Todos están presos temporalmente por la muerte del embajador", ha informado en rueda de prensa el delegado Evaristo Magalhaes, de la Unidad de Homicidios de la Baixada Fluminense, región populosa y pobre colindante a Río de Janeiro.
Las cámaras de seguridad de alrededor de la residencia de la mujer, en Nova Iguaçu, municipio próximo a Río de Janeiro, y las continuas contradicciones en los testimonios de los tres sospechosos fueron fundamentales para esclarecer el caso.
"Inicialmente (la esposa) negó los hechos", ha explicado Magalhaes, quien ha revelado que posteriormente, Françoise se derrumbó y relató que el agente Gomes, su amante, "había cometido el homicidio" En su declaración "el policía también entra en contradicciones, no soporta más y confiesa el crimen", ha añadido el delegado.
La propia mujer presentó la denuncia sobre la desaparición del embajador griego, visto por última vez el lunes
En poco más de dos días, la Policía brasileña ha conseguido ensamblar casi todas las piezas de este rompecabezas que se hizo público el jueves cuando la propia mujer presentó la denuncia sobre la desaparición del embajador griego, visto por última vez el lunes.
"Ella misma generaba dudas sobre si era una desaparición", ha señalado Magalhaes en referencia al momento en el que se presentó la demanda. El mismo día, los cuerpos de seguridad activan el protocolo de búsqueda y esa tarde hallan un vehículo quemado ubicado bajo un viaducto, a la entrada de Nova Iguaçu. En el interior del auto, el cuerpo "completamente carbonizado" del embajador griego, según ha relatado el delegado.
A partir del hallazgo del cuerpo y el vehículo, "que tenía la misma placa que el auto alquilado por el embajador", el asesinato se convirtió en la principal línea de investigación, como así se demostró después con el testimonio del primo del policía, Eduardo Moreira.
"Françoise me prometió 80.000 reales (unos 24.400 dólares) a los treinta días si no había ningún problema", leyó Magalhaes de la declaración de Eduardo.
Plan de asesinato
Con un sentimiento de traición después de que le implicara en el caso su primo el policía, Moreira afirmó que el día de antes del asesinato fue "invitado" por los dos amantes, cuya relación sentimental han admitido ante las autoridades, "para planear la muerte del embajador".
Según su declaración, todo estaba previsto de la siguiente manera: la esposa se iba a cenar a un restaurante con su hija y un vecino, él vigilaba desde fuera la casa para dar la voz de alarma de ser necesario y Sergio ejecutaba el crimen en el interior de la residencia, donde Amiridis estaba solo.
La revelación obligó a volver a llamar a Françoise a declarar, quien "todavía niega su participación en el crimen" contra el embajador, de 59 años, que disfrutaba estos días de sus vacaciones de fin de año en Río de Janeiro.
Crimen pasional
Se trata de "un crimen pasional", sostiene el delegado, aunque aún no se sabe la intención final del mismo, pues hay varias hipótesis abiertas, una de ellas puede ser "la apropiación de bienes y hasta del seguro de vida" del diplomático.
"Ella habría planeado junto al policía militar toda la organización del crimen", señaló Magalhaes y añadió que ante tales hechos "el juez decretó la prisión temporal" por treinta días prorrogables a otro periodo igual.
"Es un caso cobarde y cruel. Estamos delante de un hecho que el pueblo brasileño no admite y lo primero es pedir disculpas a toda la población griega", manifestó en rueda de prensa el director de la Unidad de Homicidios de Río, Rivaldo Barbosa.
Kyriakos Amiridis fue cónsul de Grecia en Río de Janeiro entre 2001 y 2004 y había asumido como embajador en Brasilia a comienzos de 2016. De profesión abogado, formado en la Universidad de Aristóteles de Tesalónica, comenzó su carrera diplomática en 1985 y antes de asumir como embajador en Brasilia fue titular en Libia entre 2012 y 2016.
El presidente de Brasil, Michel Temer, expresó hoy en una carta abierta sus condolencias y solidaridad a su homólogo griego, Prokopis Pavlopoulos, al igual que el Ministerio de Exteriores del país, que lamentó en un comunicado la muerte de Amiridis y expresó "sus más profundos sentimientos" a sus familiares y amigos.
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