Mientras algunos ya velan armas con gesto nervioso para la batalla de Vistalegre II, a la diputada valenciana Ángela Ballester (Bellreguard, 1980), una de las principales dirigentes del equipo de Íñigo Errejón ('Recuperar la ilusión'), se le ve serena, tranquila y muy convencida del Podemos que necesita su organización. Lo explica ágil, sin rodeos, y haciendo profunda autocrítica. Sobre todo, con la retrospectiva de quien conoce las entrañas de la formación morada desde sus inicios, ocupando la secretaría de Coordinación Ejecutiva estatal. Licenciada en Historia por la Universidad de Valencia y graduada en Relaciones Internacionales e Interculturales por la Autónoma de Barcelona, Ballester refleja la responsabilidad del escaño conseguido: "Tenemos la obligación y el compromiso de hacer muy buen trabajo institucional para que la gente entienda que su voto ha sido útil desde ya", afirma en su escritorio del Congreso. No obstante, recalca que "nosotros nunca pensamos las instituciones sin la calle, sin la sociedad civil y sin los movimientos sociales". El equilibrio entre ambos espacios, la relación con el PSOE, los "errores" de Pablo Iglesias, el posible entendimiento de los errejonistas con Pedro Sánchez y la vista atrás al fallido Acuerdo del Prado que impulsó Compromís son algunos de los temas que Ballester analiza detenidamente en esta entrevista con Vozpópuli.
-En el debate sobre el modelo organizativo, su propuesta retira al secretario general la potestad para consultar a los inscritos cuando él quiera. Pero Pablo Iglesias dice que está legitimado para hacerlo porque a él lo eligieron precisamente las bases. ¿Qué le parece este argumento?
-Bueno, en primer lugar, nosotros lo que hacemos es ampliar la posibilidad de la consulta a las bases y son las propias bases las que pueden promover esa consulta. Esto no estaba hasta ahora. Nos parece interesante que la consulta no sea sólo un mecanismo para que la dirección pregunte, sino también que las bases puedan tener la capacidad para poner sobre la mesa temas sobre los que todos tenemos que opinar, votar y tomar decisiones. Pensamos que es momento de pasar de la fase del todo o nada, pero esto no implica que el secretario general no pueda hacer consultas a las bases, sino que tiene que hacerlas a través de los órganos elegidos democráticamente, que son los Consejos ciudadanos en todos sus niveles.
Las bases no sólo eligen secretarías generales y no estamos hablando sólo del secretario general estatal; también estamos hablando del nivel municipal y del nivel autonómico. Las bases eligen en elección directa al secretario general pero también a los órganos, a los Consejos ciudadanos, que en esta nueva fase de Podemos van a ser órganos de decisión plurales, en los que haya distintas sensibilidades, y por tanto, las decisiones que se puedan tomar, yo creo que pueden ser mucho más adecuadas.
-Según Iglesias, hay compañeros de la "corriente de Íñigo y Tania" que cuestionan que Podemos consultara a las bases para rechazar el pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. ¿Qué puede responder?
Me parece una pena que en el momento tan importante en que estamos en la organización, porque estamos decidiendo el rumbo político de Podemos para los próximos años y cómo nos vamos a desenvolver para ganarle en unas elecciones o no al Partido Popular, tengamos que estar dedicando mucho tiempo a hablar de algo que pasó hace tiempo. Sólo tenemos que coger los post de Facebook que hicimos entonces, los artículos que escribimos y las declaraciones que hicimos para ver que nosotros en ningún momento estábamos apoyando un pacto PSOE-Ciudadanos, que dijimos que era un pacto con un objetivo: acercarse al Partido Popular. Y no hay más que ver el resultado de ese proceso de larguísima investidura para ver que fue así. Nosotros nunca... yo no conozco a nadie que defendiese que nosotros apoyásemos el pacto Rivera-Sánchez.
-Le pregunto ahora por la Comisión de Garantías. Tenían ustedes un acuerdo de mínimos con los otros equipos para que ninguna de las dos candidaturas presentara una lista a este órgano. Pero, en la práctica, como ha publicado 'Vozpópuli', afines a Iglesias han difundido una lista extraoficial con los cinco nombres que, según dicen, hay que votar. ¿Cree que esto contribuye a la independencia de la futura Comisión?
-Creo que no, y no es el único elemento que nos diferencia en la cuestión de la Comisión de Garantías. A mí me parece un tema especialmente grave porque creo que tenemos que cambiar las cosas que no han funcionado, tenemos que hacer autocrítica. Y una de las cosas que no ha funcionado es claramente la Comisión de Garantías, el tribunal de Podemos. Esto es un clamor en la organización. Nosotros queremos que sea un órgano independiente y autónomo de verdad, y para eso planteamos que sea incompatible con ocupar otro cargo interno o público de Podemos. Porque cuando tú ocupas un cargo en un colectivo y tienes una dirección, evidentemente estás sujeto a las decisiones de ese órgano, entonces te puede afectar. Si yo soy diputada y soy miembro de la Comisión de Garantías, pues que yo hable en un pleno o no depende de una dirección, que yo esté en una comisión o no, depende de una dirección y si yo tengo que estar tratando de hablar en el Pleno al tiempo que resolviendo las cuestiones de orden interno en la organización, pues me puedo ver influenciada.
Tenemos que estar dispuestos a llegar a acuerdos, que no son renuncias, sino arrastrar a otras fuerzas al terreno de las políticas que queremos
Por eso nosotros queremos una incompatibilidad estricta y por eso hemos defendido desde el principio que el sistema de votación fuese sin listas. Si se están publicando listas y se están pidiendo votos a una lista aunque no se hayan presentado como listas, evidentemente esto va en detrimento de la independencia y me parece fatal.
-Los documentos de igualdad no están tan lejanos entre su candidatura y la de 'Podemos para Todas', que ha suscrito aquí el mismo texto que los anticapitalistas. ¿Por qué no ha habido entendimiento con ellos?
-Eso, de verdad, tendrás que preguntárselo a las compañeras de 'Podemos en Movimiento' y de 'Podemos para Todas'. Fueron las primeras en proponer que hubiese un acuerdo entre ellas. Nosotros propusimos después que hubiese una reunión con todos los equipos que habían planteado documentos de igualdad para que saliese un único documento. Porque, efectivamente, no hay diferencias insalvables. Puede haber algún matiz, pero nada que no se pueda acordar. Nosotros hemos hecho un proceso de transacciones que ha dado como resultado que los documentos de 'Recuperar la ilusión' no reflejan sólo nuestras ideas y las ideas recopiladas en las Asambleas, sino que recopilan las mejores ideas de la organización después de transaccionar con muchos equipos. Esto lo intentamos con las compañeras de 'Podemos en Movimiento' y 'Podemos para Todas', pero ni siquiera vinieron a la reunión.
-¿Cuáles son vuestras principales propuestas en materia de igualdad?
-Nosotros planteamos que una de las secretarías de la nueva Ejecutiva de Podemos sea la secretaría de Igualdad. ¿Por qué? Porque la igualdad no es algo a lo que nos dedicamos un rato al día. La igualdad es algo que tiene que atravesar la organización, ser trasversal y que afecta a todas y cada una de las decisiones que tomamos en el día a día. Como la igualdad es algo que impregna todo lo que hacemos en la organización y todas nuestras propuestas en políticas públicas, creemos que tiene que haber recursos garantizados. Nosotros aseguramos, por ejemplo, que en el Presupuesto se destine un 10% de los recursos de la organización a cuestiones de igualdad. Creemos que tiene que haber protocolos para luchar contra la violencia machista, no sólo fuera de la organización, sino también dentro. Todo tipo de violencias.
Creemos que hay que hablar de los cuidados, de la conciliación; son cuestiones fundamentales que tienen que tener una representación en el máximo órgano de dirección y en el día a día y asegurados unos recursos. También planteamos que en ningún órgano, en ningún espacio donde se tomen decisiones haya nunca más hombres que mujeres. Esto es clave, es la base, y aunque es verdad que la presencia de mujeres no asegura unas políticas feministas, es un mínimo y nosotros lo tenemos como una línea roja.
-Volviendo a la estrategia política. ¿Qué está fallando en el trabajo parlamentario para que el PSOE termine colgándose la medalla en políticas que Podemos ha introducido en la agenda (por ejemplo, la pobreza energética)?
-Creo que tenemos que hacer autocrítica de cómo estamos haciendo ese trabajo, de por qué hemos tenido la capacidad de marcar la agenda política durante los últimos años, aun sin estar en las instituciones. Ahora que estamos en las instituciones, tenemos que aprovecharlo más. Tenemos que estar dispuestos a llegar a acuerdos, que no son renuncias, sino siempre arrastrar y empujar a otras fuerzas políticas al terreno de las políticas que nosotros queremos que se apliquen, como por ejemplo, en materia de pobreza energética o con la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Éste es un ejemplo claro de cómo nosotros traemos el tema al Congreso, cómo nosotros conseguimos que se apruebe, conseguimos que el Consejo de Ministros diga 'señores, esto se tiene que aplicar sí o sí', y luego venga el Partido Socialista a rebajar lo que nosotros habíamos conseguido. Creo que tenemos que... no diría darle prioridad, pero sí darle mucha importancia al trabajo parlamentario porque estamos viendo que se pueden cambiar cosas. Tenemos que buscar la fórmula para que nuestra iniciativa no se quede en la primera propuesta y luego otros la lleven a un resultado. Debemos ser capaces de poner sobre la mesa nuestros resultados; elementos que cambien desde ya la vida de la gente.
-¿Cómo es el equilibrio entre instituciones y calle que propone 'Recuperar la ilusión'?
-Es un equilibrio natural, porque, en realidad, es un falso debate. Lo hemos dicho muchas veces. Cuando hablamos de instituciones, nosotros nunca pensamos las instituciones sin la calle, sin la sociedad civil y sin los movimientos sociales. Desde el principio hemos destacado que nuestros programas electorales (estatales, autonómicos y municipales) no los hemos hecho nosotros en una habitación, solos. Los hemos hecho con expertos y sobre todo con todas las demandas que vienen de la sociedad civil. Nuestro papel es hacer de correa de transmisión de esa sociedad civil, que lleva muchísimos años, no sólo tres como Podemos, trabajando y poniendo sobre la mesa alternativas a las distintas políticas públicas que están aplicando los gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista. Cuando hablamos de trabajo institucional, nosotros nunca hablamos sin pensar en la sociedad civil; está ligado.
Tenemos que hacer trabajo en la calle, como digo, con esa sociedad civil, con esos movimientos sociales. Es evidente que la fuerza social tiene que acompañar a todo cambio político. Pero hay compañeros que plantean que no sirve de mucho el trabajo institucional, que las instituciones son un lugar donde las moquetas te atrapan y no te dejan ver... me parece que esto puede ser un peligro, pero que nosotros no estamos en esa situación. Nosotros tenemos la confianza de cinco millones de personas, tenemos la confianza de muchos movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil que estaban huérfanas de representación en las instituciones hasta ahora. Y tenemos la obligación y el compromiso de hacer muy buen trabajo institucional para que la gente entienda que su voto ha sido útil desde ya; que su voto no es 'siento ahí a 71 personas en el Congreso para que esperéis tres años más a ver cómo ganamos este país'. No, no. Tenemos una representación: somos la tercera fuerza parlamentaria, la tercera o la cuarta en muchos parlamentos autonómicos y tenemos que demostrar desde que ya que podemos hacer cosas.
-¿Qué le parece que Pablo Iglesias haya salido a decir que sería sensato que Errejón, 'número dos' de Podemos, secretario Político estatal y portavoz parlamentario fuera de candidato en Madrid en 2019?
-Me parece un error plantear la Asamblea Ciudadana de Podemos como un intercambio de puestos o de sillones. Creo además que sería un error enorme prescindir de Íñigo Errejón en la dirección estatal de Podemos, porque es la persona que ha puesto las mejores ideas sobre la mesa, junto a Pablo y al equipo que ahora le acompañamos en 'Recuperar la ilusión'. Y eso es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí. Me parece que apartarle a un Ayuntamiento, por mucho que sea Madrid, o a una comunidad autónoma, sería un grave error y una renuncia que la historia no nos perdonaría nunca.
Vamos a seguir trabajando por un Podemos en el que creemos, el Podemos original, el que defendió Pablo Iglesias hasta hace muy poco
Eso, por una parte. Por otra, no vamos a intercambiar sillones en esta Asamblea. Nosotros nos tomamos muy en serio el debate político sobre el rumbo de Podemos y por eso hemos dado un paso adelante. Y en tercer lugar, no nos corresponde decidir quién va a ser el candidato a la alcaldía de Madrid. Aquí está funcionando muy bien Ahora Madrid. Me parece una falta de respeto no sólo a la gente de Podemos que está en Ahora Madrid, sino también a otros compañeros como, por ejemplo, los concejales de Izquierda Unida, que están también ahí y no tienen por qué ver que alguien está decidiendo quién es su candidato para las próximas elecciones. Así que me parece una idea totalmente descabellada.
-Vuestro documento político plantea abordar la relación con el PSOE de manera inteligente. ¿Crees que faltó tacto en la negociación del Acuerdo del Prado? ¿Por que no cuajó aquello?
-Porque el Partido Socialista no quiso. La principal explicación de que no llegásemos a un acuerdo con el PSOE es que no había voluntad en el Partido Socialista y Pedro Sánchez después, ya muy tarde, lo explicó. En todo caso, que nosotros podíamos haberlo hecho mejor, por supuesto. Eso siempre. Nosotros teníamos la mejor voluntad, pero no lo demostramos. No supimos transmitirlo. No obstante, los compañeros de Compromís lo pueden certificar: en aquel último intento el PSOE cogió el texto del acuerdo y cambió el final para convertirlo en un cheque en blanco al Partido Socialista. Cambió cuestiones muy importantes en materia social que nosotros incorporábamos, como las cinco condiciones de la PAH para la política de vivienda. Desde el 20-D nosotros dijimos que el PSOE tenía que elegir y al final eligió al Partido Popular. ¿Qué parte de responsabilidad nos corresponde a nosotros? Creo que alguna y hay que hacer autocrítica y asumir que nos equivocaríamos en la forma en que planteamos todo aquel proceso.
En relación a nuestro documento político, creo que no deberíamos estar pensando tanto en el Partido Socialista, sino en cómo nosotros le vamos a ofrecer una alternativa a la gente de este país. No sólo sobre cómo le vamos a hacer oposición ahora al Gobierno del PP, que pensamos, y es la base que inspira todas nuestras propuestas, es un gobierno débil. Ante él podemos tomar la iniciativa y conseguir cosas y no tenemos por qué atrincherarnos y esperar tres años básicamente. Primero, porque esto nos parece una estrategia errónea, y segundo y creo que principal, porque hay mucha gente en este país que no puede esperar tres años. La gente que no puede pagar su hipoteca no puede esperar tres años. El que lleva ya dos años en paro y está a punto de no recibir ninguna ayuda no puede esperar tres años. El que tiene a sus hijos, sus hermanos, trabajando en Londres en un bar no quiere esperar tres años a que esa persona vuelva y podamos aprovechar en este país su talento y su formación.
Sería un error histórico dejar atrás la transversalidad para volver a hacer una política de etiquetas
Tenemos que ver cómo recuperamos la iniciativa y a mí para esto no me hace falta mirar al Partido Socialista. Creo que hay una tendencia histórica en la izquierda tradicional, una especie de complejo, por el cual se hace política mirando siempre al Partido Socialista. Hay compañeros que celebraron aquella noche dramática del Comité Federal de Pedro Sánchez. Pues a mí no me parece que eso sea una buena noticia. Nosotros tenemos buenas noticias y cosas que celebrar cuando conseguimos mejorar la vida de la gente, la vida de la mayoría social en este país y no si al PSOE le va mejor o peor o cómo nos relacionamos. ¿En qué me interesa a mí la relación con el Partido Socialista? Me interesa si consigo llevarle a mi terreno y consigo aprobar cosas en el Parlamento o en cualquier parlamento o institución en la que estemos que mejore la vida de la gente. Ése tiene que ser nuestro horizonte y mirar cuál es nuestro objetivo: gobernar este país, creemos que lo vamos a hacer y para ello hay que ser oposición, pero sobre todo alternativa al Partido Popular.
-¿Por qué insistió Iglesias en que todas las fuerzas de ese Acuerdo debían tener representación en el eventual Gobierno? Algo que no ocurre, por ejemplo, en el Ejecutivo de la Comunidad Valenciana.
-La comparación no es entre Podem en la Comunitat Valenciana y Podemos a nivel estatal en los distintos momentos postelectorales. La comparación es con Compromís. Ahora mismo en la Comunitat Valenciana hay un gobierno de PSPV y Compromís. Nadie hubiese entendido que gobernase Ximo Puig en minoría. Nadie lo planteó nunca. Todo el mundo tenía claro que la primera y la segunda fuerza política, que necesitan de nuestros votos y nuestro apoyo, podían formar gobierno las dos. Nadie entendió que había que elegir entre una o la otra. Se llegó a un acuerdo; nosotros impulsamos el Acuerdo del Botànic y hay un gobierno. Nosotros podríamos haber entrado en ese gobierno o no. Pero, en todo caso, eso no tiene que ver nada con la situación posterior. Sólo 300.000 votos nos separaban del Partido Socialista y ellos pedían un cheque en blanco. Eso no se atrevió a pedirlo Ximo Puig, y sí el PSOE a nivel estatal. Ésa es la comparación que tenemos que hacer, no hubo diferencia en la forma en que planteamos las cosas.
-¿Qué pasará con la idea del Podemos transversal que defiende 'Recuperar la ilusión' si no sale ganadora en Vistalegre? ¿Teme que pueda ser arrinconada? ¿Que vía de escape buscarían ustedes para seguir defendiendo esta idea?
-No hablaría de vías de escape, sino de que nosotros vamos a seguir trabajando por un Podemos en el que creemos, que es el Podemos original, el Podemos que defendió Pablo Iglesias hasta hace muy poco y es el Podemos que nos ha permitido llegar hasta aquí con cinco millones de votos. Creo que la transversalidad es la clave de nuestro éxito, entre otras cosas, y es fundamental. Sería un error histórico dejar atrás la transversalidad para volver a hacer una política de etiquetas, de exigencia a la militancia y a la ciudadanía de un posicionamiento ideológico claro, cuando lo que hemos visto y lo que nos enseñó el 15-M es que hay una abrumadora mayoría de personas en este país que están en contra de que financiemos a los bancos o a las autopistas, mientras dejamos a la estacada a las familias y esto hay que ponerlo sobre la mesa así. Con sus contenidos, con las demandas concretas de la ciudadanía, y es la forma en que se puede construir una fuerza política de mayorías. Volver a las etiquetas sería un error y sería tirar por la borda mucho de lo que hemos conseguido hasta ahora.
-Pedro Sánchez ha dicho que podría entenderse con el Podemos de Errejón. ¿Podría entenderse el Podemos de Errejón con el PSOE de Pedro Sánchez?
Bueno, si entenderse es que nosotros hacemos una propuesta para subir el SMI o de permisos iguales de maternidad y paternidad o de medidas efectivas y no el paripé que han hecho PP y PSOE en materia de pobreza energética, y el Partido Socialista lo quiere apoyar y podemos llegar a un acuerdo en el Parlamento para que salgan estas medidas, me parece que nos podemos entender. No sé a qué se refiere Pedro Sánchez exactamente.
-¿Y con el PSOE de Susana Díaz?
-No hay entendimiento con Susana Díaz en Andalucía porque está empleando unas medidas que podían ser del Partido Popular. Aquí el PSOE es el PSOE. Nosotros no es que nos entendemos con el PSOE en el País Valencià, es que estamos consiguiendo muchas medidas de nuestro programa con ese PSOE, y evidentemente porque Compromís y nosotros tenemos más fuerza que el Partido Socialista.
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