Nadie sabe con certeza cuántas caricaturas se han publicado sobre Donald Trump desde que se postuló a la Casa Blanca, pero los dibujantes mexicanos coinciden en que generó un fenómeno pocas veces visto y que se le puede hacer frente con el arma del humor. Los periódicos de todo el mundo y las redes sociales han difundido miles de caricaturas políticas que en su mayoría ridiculizan las acciones y la persona de Trump.
El mexicano Arturo Kemchs, que publica en el diario El Universal de México, se dio a la tarea de convocar a sus colegas de varios países para que le mandaran sus trabajos sobre Trump y así publicar el libro "Un muro de caricaturas". "La convocatoria fue mucho más exitosa de lo que me imaginaba. Me llegaron 525 imágenes de colegas de varios países, de las cuales seleccioné 300 para el libro", dijo a dpa.
"Como seguían llegando cartones (caricaturas) decidí hacer el segundo, titulado 'Trump, un personaje de caricatura', con más de 250 imágenes. Este trabajo ya ha formado parte de varias exposiciones en México", señaló.
Un fenómeno "grotesco"
Ángel Boligán, caricaturista editorial en el diario El Universal, las revistas El Chamuco y Foreign Affairs Latinoamérica y diversos medios internacionales, dice que el fenómeno Trump es algo "grotesco" y "peligroso", inimaginable en pleno siglo XXI.
"Es una vergüenza que nos obliga a revisar la aplicación de la democracia, la manipulación mediática y los valores de nuestra sociedad", consideró el humorista gráfico, quien ha obtenido más de 160 premios y menciones internacionales.
"La caricatura toma nuevamente un papel fundamental en nuestra historia: denuncia, señala, alerta, crea conciencia, invita a la reflexión. Y nos colocamos con toda responsabilidad en el frente de batalla, pluma en mano", añadió.
Antonio Helguera, que es parte del equipo de caricaturistas del diario La Jornada y de las revistas Proceso y El Chamuco, ha publicado decenas de dibujos que ridiculizan a Donald Trump, pues le parece tan ineludible hacerlo como haber vivido en los años 30 del siglo XX y no hacer caricaturas de Adolfo Hitler.
Cansarse de Trump
"Lo de Trump es parecido a lo que sucedió con expresidente mexicano Vicente Fox (2000-2006): al principio era muy regocijante y bastante entretenido para nosotros los 'moneros', pero me temo que va a pasar lo mismo que con Fox, que al poco tiempo estábamos hartos de él. Por lo menos yo, recuerdo que a la mitad del sexenio ya no quería saber nada de él", expresó Helguera.
El dibujante de La Jornada dice que con la difusión que se alcanza a través de las redes sociales la caricatura puede funcionar como una bandera contra los abusos de ciertos personajes o ciertas situaciones. "No es un tema menor porque Trump es un enemigo abierto y declarado contra la libertad de expresión. Tiene un pleito de todos los días, a través de su Twitter, contra el New York Times, Washington Post y CNN", afirmó Helguera.
"Entonces es importante que lo caricaturicemos todos, en todo el mundo, y que nuestros cartones circulen por todas partes más allá de nuestros medios, como un símbolo de que el tipo no puede detener la libertad de expresión ni en Estados Unidos ni en otra parte del planeta. El humor político siempre ha sido un arma ideológica bastante poderosa y en circunstancias así es cuando más se necesita".
Para el historiador especializado en caricatura mexicana Agustín Sánchez González, el fenómeno que ha desatado el presidente de Estados Unidos no es nuevo y es natural para "un tipo bravucón, arrogante, grosero y un hombre muy feo y muy fácil de caricaturizar".
Sin dejar de precisar que se trata de circunstancias diferentes y contextos muy distintos, Sánchez González recuerda que hombres como Fidel Castro, Adolfo Hitler y Benito Mussolini también han inspirado miles de caricaturas críticas. La explicación, considera, es que ante la agresión el humor siempre ha funcionado como una forma de defensa.
Dibujos contra el Fidel Castro
"Cuando Fidel Castro llegó al poder, en los Estados Unidos recibió muchas caricaturas. No había día que no saliera una en su contra. Se podrían hacer cinco o seis libros. Lo acusaban de asesino, criminal, ladrón, etcétera. Lo mismo sucedió con Hitler y Mussolini, son personajes que fueron muy criticados a través de la caricatura", señaló.
Kemchs asegura que la lucha de los humoristas gráficos contra Trump seguirá y que él ya trabaja reuniendo caricaturas para un tercer libro sobre el presidente estadounidense. "La intención es llevar a exhibir este trabajo en Estados Unidos. Ya contacté a colegas de allá para conseguir espacios en Chicago, California y Nueva York. Deseamos que se pueda concretar".
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