Ángel Hernández, el hombre detenido este miércoles por la muerte de su mujer, Mª José Carrasco, enferma terminal, tras suministrarle una sustancia letal, supuestamente para ayudarle a morir, en una carta a los medios donde explica cómo ha sido el proceso hasta llegar al día de hoy, afirma que "tiene que existir el derecho al suicidio asistido cuando una persona como María José así lo pida".
"Los cuidados paliativos y de buena calidad como los que ha recibido María José deben ser un derecho de todos aquellos que los necesiten y demanden, pero también tiene que existir el derecho al suicidio asistido cuando una persona como María José así lo pida", señala en su misiva fechada el 10 de marzo de este año.
En ella afirma que los cuidados paliativos "no son una alternativa a la eutanasia, los dos deben coexistir, y por libre elección decidir por uno de ellos". "Somos defensores de que la eutanasia sea considerada como un derecho de libre elección de toda persona que arrastre una enfermedad irreversible en la que le produzca una existencia de dependencia y sufrimiento que no desea", añade.
Agradece el trato recibido por parte de la Comunidad
Asimismo, valora el trato recibido por parte de la Comunidad de Madrid y, en contra de lo que se ha podido señalar, y confirma que recibir mejor trato aún nada hubiera sido distinto. Así, se reafirmaba hace un mes en que la historia quedaría concluida cuando María José "en su derecho a poner fin a su malvivir y en uso de su libertad" decidiera seguir adelante con su suicidio asistido.
"Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla necesita que se le ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla", explicaba ante las posibles dudas que pudieran aparecer.
Por último, prefiere no calificar el "comportamiento de los negacionistas de la existencia de este problema", ni de los que han bloqueado en la Mesa del Congreso, en la legislatura pasada, la Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. Pero sí espera que sean "conscientes del dolor que ocasionan" a todos aquellos que, "como María José y su familia, sufren por su actitud".
Ángel finaliza su carta señalando que "algunos legisladores deberían evolucionar hacia posiciones menos contrarias a la eutanasia" para así "evitar que alguien que lo necesite tenga que transitar por los mismos caminos" que han tenido que recorrer el y su mujer María José.
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