Desde la entrada en vigor de la regulación de alquileres, el precio medio en Barcelona ha bajado un 5,1 % en términos interanuales
Durante 2024, se han firmado 780 contratos de alquiler más que el año anterior, con un aumento significativo de 416 desde que se implementó la primera declaración de zonas de mercado de vivienda tensionada. Esta dinámica ha favorecido la estabilidad de los inquilinos, reduciendo la rotación en favor de contratos más duraderos, respaldados por la reforma legislativa de 2019 que extendió su duración mínima a 5 o 7 años.
Un modelo en vivienda
Barcelona ha sido pionera entre las grandes ciudades de España en declararse como zona de mercado tensionado. Dentro del plan Viure, la ciudad avanza con una estrategia a largo plazo para ampliar y agilizar la construcción de vivienda protegida, con el objetivo de fortalecer el parque público residencial.
En este mandato, se prevé la entrega de hasta 3.300 viviendas, mientras que otras 5.000 están en distintas fases de desarrollo. Además, se ha garantizado suelo suficiente para la construcción de 10.000 viviendas más en los próximos años.
A esta apuesta por la vivienda asequible se suma la decisión de poner fin a las licencias de pisos turísticos, lo que permitirá recuperar 10.101 viviendas para uso residencial antes de que termine 2028.
Asimismo, la ciudad está reforzando su estrategia a través de la cooperación con otras administraciones, el sector privado y entidades del tercer sector, con el propósito de duplicar la producción de vivienda protegida, alcanzando un ritmo de 1.000 pisos anuales a finales del mandato.
Entre las medidas en marcha también se encuentra la modificación de la reserva del 30 % de vivienda protegida para hacerla efectiva, la mediación con otras administraciones para frenar el fraude del alquiler de temporada y la creación de una alianza con ciudades europeas para enfrentar la crisis habitacional desde una perspectiva global.
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