La playa de Ribamontán al Mar, un pequeño municipio en la provincia cántabra, se ha convertido en el tema de conversación de todos los bañistas que presenciaban, incrédulos, la ocurrencia de un joven el pasado domingo 8 de septiembre, cuando decidía entrar con su coche a la propia playa para recoger a su pareja, tal y como informa EFE.
La hazaña no tuvo el resultado que este esperaba, pues se vio obligado a pedir ayuda para conseguir sacar el turismo de la arena. Tras un día de descanso y disfrute en la comunidad norteña, el hombre acudía a la Guardia Civil para poder terminar con la situación, algo a lo que las autoridades se negaron afirmando que esto estaba fuera de sus competencias.
Denunciado por meter el coche en la playa
Lo que el conductor pensaba que sería un bonito detalle con su pareja y el fin de una agradable jornada en la localidad de Somo, concluyó con una denuncia de la Guardia Civil por incumplir la Ley de Costas -solo tras comprobar que el vehículo no podía ser arrastrado por la corriente- al entrar con un vehículo en la arena sin una autorización especial.
El coche quedaba atascado a pocos metros de la entrada de la playa. Así, el artículo 33.5 de esta norma también regula el estacionamiento de los vehículos, y afirma que solo se puede estacionar en áreas designadas como aparcamientos, y no en zonas no autorizadas, caminos o áreas restringidas, bajo riesgo de sanción.
Prohibiciones en las playas de España
Además de introducir el coche en estos terrenos sin una autorización previa, son muchas las prohibiciones que afectan a las distintas playas de España. Miles de bañistas pueden desconocerlas, pero lo cierto es que esto no exime de pagar la correspondiente multa o sanción en el caso de ser vistos por las autoridades. Así, estas son algunas de las normas a seguir.
- Prohibido lavarse con jabón en las duchas.
- No poner música en un altavoz particular.
- Prohibida la entrada de mascotas en playas en las que no se indique expresamente.
- Prohibida la venta ambulante de alimentos.
Como es sencillo deducir, muchas de estas prácticas se ven en las playas de forma habitual, aunque formalmente no estén permitidas. Lo mismo ocurre con la instalación de carpas sin autorización -muchas veces utilizadas por grupos más numerosos y familias que tratan de proteger del sol a los más pequeños-, así como dejar la sombrilla en la orilla con el objetivo de guardar el sitio.
Esta última norma es una de las que más problemas ocasiona a los particulares y bañistas. La práctica de levantarse temprano para colocar las pertenencias y volver al apartamento u hotel es más que frecuente, y puede conllevar multas de hasta 300 euros.
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