Los productos de higiene femenina como tampones y compresas serán gratis en Escocia para todas las mujeres después de que el parlamento de este país haya aprobado un proyecto de Ley que les permitirá recibirlos completamente gratis.
Los mencionados productos femeninos se distribuirán gratuitamente para reducir la desigualdad de género y normalizar la menstruación. Antes ya eran gratis para las jóvenes, se distribuían en escuelas, colegios y universidades.
El Proyecto de Ley de Productos del Período (Disposición Libre) de Escocia pasó por su primera etapa con 112 votos a favor, ninguno en contra y una abstención. Ahora falta a la segunda etapa, donde los miembros del parlamento escocés pueden proponer enmiendas. Con esta medida, Escocia se ha convertido en la primera nación en el mundo en hacerlo, según adelanta 'La Vanguardia'.
Lennon: "Son artículos esenciales, no de lujo, y nadie en Escocia debería no poder comprarlos"
Durante el debate, la proponente del proyecto de ley, Monica Lennon, parlamentaria del Partido Laborista escocés, ha señalado que aprobar este proyecto sería un "momento decisivo para normalizar la menstruación en Escocia y enviar esa señal real a las personas en este país sobre la seriedad del Parlamento en la igualdad de género". Para Lennon, "estos no son artículos de lujo. De hecho, son esenciales y nadie en Escocia debería no poder comprar productos para la menstruación".
En 2018, Escocia se convirtió en el primer país del mundo en proporcionar productos sanitarios gratuitos en escuelas, colegios y universidades. Con esta nueva ley, las mujeres de todas las edades podrán beneficiarse de tampones y toallitas sanitarias gratis que se distribuirán en lugares públicos designados, como centros comunitarios, clubes juveniles y farmacias. Se estima que el coste anual será de 28,7 millones de euros.
Muchas no pueden permitírselo por el coste
Una reciente encuesta en Escocia desvelaba que el 12% de las mujeres jóvenes estaban sustituyendo productos sanitarios adecuados por otras soluciones y que una de cada siete niñas había tenido que pedir prestado un producto a una amiga porque no podía permitírselo, según recoge LAD Bible.
La encuesta también señala que una quinta parte de los encuestados había cambiado a un producto menos adecuado debido al coste.
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