Antisistema, prorrusos, yihadistas o simples perturbados mentales. Son los cuatro perfiles que han expresado sus amenazas a la cumbre de la OTAN de Madrid y han podido ser identificados por los investigadores de la Policía Nacional. Estos agentes son los encargados de evaluar los niveles de riesgo de los mensajes que se divulgan por redes sociales y ahora están centrados en la histórica reunión que se celebrará en menos de un mes en la capital.
En este caso, los agentes de policía cuentan con el apoyo de la unidad tecnológica de la Guardia Civil y de la Oficina de Coordinación Cibernética del Ministerio del Interior. Todos ellos se encargan de vigilar Twitter, Instagram, Facebook o YouTube. Ahora también 'ciberpatrullan' la plataforma de Telegram que cada vez es más utilizado por los entornos radicales.
Antisistema
El panorama internacional actual es uno de los más complicados de los últimos lustros e invita a pensar que las amenazas a este encuentro de mandatarios tiene muchas cabezas, según informan a Vozpópuli fuentes policiales. Una de las más fáciles de controlar son los grupos anarquistas o antisistema. Estas organizaciones expresan en redes de forma clara sus intenciones. Aún no han anunciado pero a buen seguro se manifestarán y protestarán durante la cumbre en la capital.
Una muestra de ello es el CS La Ferroviaria que ya ha mantenido diferentes encuentros para poner en marcha su maquinaria de concentraciones. El Movimiento Antirrepresivo de Madrid se encuentra detrás de estas reuniones. "¡OTAN fuera de Madrid!" o "Madrid en pie de guerra", son algunos de los lemas que utilizan. Estos grupos están totalmente identificados por la Policía Nacional y aunque puedan ocasionar disturbios en sus protestas, no se consideran peligrosos.
Prorrusos
Una de las amenazas que más tienen presente los investigadores es la de los prorrusos. En su caso puede venir probablemente en forma de brecha de la ciberseguridad. Es uno de los aspectos que más preocupan y por ello tanto Interior como Defensa han multiplicado sus muros ante las fracturas que se puedan producir.
Hay que tener en cuenta que durante esos días circulará por la red española millones de datos personales de los componentes de las diferentes delegaciones internacionales. Unos datos que buscarán ser obtenidos por 'hackers' para posteriormente ser vendidos al mejor postor del panorama mundial. O incluso utilizados para su uso en el futuro.
Yihadismo
La amenaza del yihadismo sigue presente en la sociedad a pesar de que en los últimos tiempos no se han producido atentados terroristas. La plataforma favorita por estos radicales es el Telegram ya que en ella los cuerpos de los mensajes están más cifrados y no son fáciles de obtener. Al menos no tan fáciles como en otras redes sociales.
Desde estos entornos se han divulgado mensajes de amenaza a los líderes occidentales que acudirán a la multitudinaria cita de Madrid. Una vez se comprueban estos textos, y sus autores, los especialistas en la lucha antiterrorista son los encargados de analizar la gravedad de los acontecimientos.
España se encuentra en estos momentos en el nivel 4 de alerta antiterrorista por lo que cualquier tipo de amenaza será estudiada. Además, aún más si cabe por la cumbre, se mantendrá una vigilancia especial en los principales puntos de interés de la capital y en los focos donde se encuentran hospedados los principales actores que intervendrán en la cita del 29 y 30 de junio que se desarrollará en el IFEMA.
Lobos solitarios
El último perfil de amenaza sobre el que presta atención los agentes son los 'lobos solitarios' que pueden actuar a causa de sus trastornos psicológicos. Aunque no hay que reducir su importancia su radio de acción es insignificante y carecen de logística para perpetras sus acciones. Más si cabe por el gran dispositivo de seguridad que vigilará la entrada a la capital de España. Los agentes llevan varias semanas analizando el flujo de viajeros en Madrid.
A pesar de ello, desde hace semanas, tanto la Policía Nacional, Guardia Civil como los servicios secretos están analizando al detalle la documentación de las personas que acceden a nuestro país. Por el momento no hay ningún foco de preocupación para los agentes. Todo sigue su curso.
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