Hace sólo una década, hacer depuración de aguas residuales con métodos "limpios" parecía una utopía, sobre todo en áreas rurales, cuyos núcleos de población, muy dispersos, no poseen plantas adecuadas de tratamiento, pero donde el desafío de la recuperación de recursos incita el desarrollo de tecnología puntera.
Es el caso del proyecto transfronterizo CircRural4.0, impulsado conjuntamente por entidades públicas y privadas de Francia, Portugal y España y que, con el apoyo financiero de la Unión Europea, estudia un sistema de depuración en esas zonas que avance en la eficiencia energética y en la economía circular.
El proyecto se encuentra en el ecuador de su andadura, con el estudio piloto casi finalizado y el desafío de desarrollar un producto que funcione en instalaciones reales y ya existentes, la fase "más delicada", en que los socios "deberán intensificar sus esfuerzos en busca de un mismo objetivo", subraya Ion Irizar, coordinador de la iniciativa, en la que participa la Agencia Efe.
Se trata de facilitar a las estaciones depuradoras de municipios de menos de 2.000 habitantes la deshidratación in situ y con menor coste de sus residuos urbanos y agroalimentarios y su posterior transporte hasta una planta capaz de recuperar además parte de su valor en forma de fertilizante.
Entidades académicas, científicas, tecnológicas y centros públicos de España, Portugal y Francia trabajan de la mano en este proyecto "técnicamente ambicioso y de una gran complejidad", cuyos diferentes procesos se prueban en instalaciones de los tres países, añade Irizar.
"Ya no es una utopía"
Durante la tercera reunión de socios, celebrada en Toulouse (Francia), una zona eminentemente agrícola, el consejero de la región de Haute-Garonne y vicepresidente de la empresa de agua y saneamiento Réseau31, Gilbert Hébrard, se mostró convencido de que el desarrollo sostenible en toda su extensión "ya no es una utopía".
"Quizá sea un sueño y no podemos solucionar todo a golpe de varita mágica", subrayó el político, "pero nuestros técnicos han entendido cuál es el rumbo que hay que seguir y que nuestros vecinos españoles y portugueses vayan en la misma dirección es tranquilizador".
Recordó que esta región, donde hay una gran producción de cereales y oleaginosas, fue clasificada por el Estado francés como "zona vulnerable" y ello "obliga a adoptar prácticas determinadas que eviten la presencia de nitratos en los ríos", como la reducción de pesticidas o la instalación de bandas de hierba a ambos lados de los arroyos.
Cada vez más se preocupan por que demos una respuesta eficaz a los problemas relacionados con la contaminación o el cambio climático"
Este proyecto, en el que participa Réseau31, "da un paso más para ayudar a atenuar el problema y como servicio público cuya voluntad es mejorar los vertidos procedentes de la industria agroalimentaria, hemos decidido participar", afirmó.
"Nuestros ciudadanos están muy atentos a todo lo que hacemos desde el punto de vista medioambiental, ya sea con los vertidos como con la calidad del agua, y cada vez más se preocupan por que demos una respuesta eficaz a los problemas relacionados con la contaminación o el cambio climático", incidió.
La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Villefranche-de-Lauragais, operada por Réseau31, alberga una de las fases piloto de CircRural4.0, en concreto un simulador que ayudará a medir la eliminación de fósforo con menor coste energético y de productos químicos.
Mathieu Sperandio, profesor del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas (INSA) en Toulouse, socio del proyecto, trabaja estrechamente con Réseau31 para obtener resultados "que animen a Portugal y España a llevar a cabo acciones similares", afirma.
CircRural4.0 propone una transformación radical del tratamiento del agua residual en zonas rurales de la región sudoeste de la Unión Europea o espacio Sudoe acorde a una nueva concepción de la depuración fundamentada en el uso eficiente de recursos y la economía circular.
El espacio Sudoe cuenta con centenares de pequeñas y medianas poblaciones localizadas en entornos rurales en las que la gestión y depuración del agua residual responden aún a necesidades del pasado, "en que la única prioridad era garantizar la calidad de las aguas tratadas", según el coordinador del proyecto.
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