Los villancicos son una de las partes fundamentales de la Navidad. Vivo ejemplo de la tradición en estas épocas, estas pequeñas canciones pasan de abuelos a padres y de padres a hijos. 'Los peces en el río', 'Dulce Navidad' o 'Campana sobre campana' son algunos de los más populares, pero pocas personas conocen el villancico reconocido como la canción navideña más antigua del mundo. El primer villancico de la historia fue creado por Hilario de Poitiers, un obispo y escritor nacido en Francia sobre el año 315. Formado en una familia de la aristocracia romana leal, su curiosidad le llevó a estudiar filosofía y a leer la Biblia, algo que le hizo convertirse al cristianismo tras ya haberse casado y haber sido padre.
Tras decidir dedicar su vida al completo a la religión cristiana, Poitiers escribía 'Iesus Refulsit Omnium', el primer villancico de la historia. Traducido del latín, el título significa 'Jesús eclipsó a todos' o 'Jesús, luz de todas las naciones', y como es habitual, la pieza habla del nacimiento del predicador y líder religioso al que se honra en estas fechas. Su letra incluye frases como 'Él dirigió a los magos de antemano', y se registra su ceración hacia el siglo IV.
La transformación de los villancicos
Los villancicos no siempre han sido las canciones familiares, sencillas -y en ocasiones divertidas- que son hoy en día. El concepto de villancico ha ido cambiando con el paso del tiempo, debido a su solemne origen. En un inicio, estos cánticos eran piezas mucho más serias y solemnes, características que modificaron los franciscanos para que estas piezas llegaran a todo el mundo. Así, algunas piezas fueron transformandose, adaptando diferentes versiones, como 'Noël', qye empezó a ser una composición más sencilla a inicios del siglo XIX, momento en que surge 'Noche de paz'.
Finalmente, el villancico más moderno podría ser 'Blanca Navidad', escrito por el compositor Irving Berlín en el año 1940. La pieza ha sido incluída en el Record Guinness como uno de los temas más vendidos de la historia, y busca lanzar un mensaje de paz y optimismo en los hogares norteamericanos en la época de la II Guerra Mundial, momento en que miles de soldados partían a la contienda y sus familias y allegados los esperaban de vuelta en sus hogares.
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