La jornada laboral es uno de los temas políticos más comentados en los últimos meses, y que mantiene atentos a miles de trabajadores de toda España. Así, una de las últimas propuestas del Ministerio de Trabajo es ofrecer bonificaciones y un plan de acompañamiento a las pequeñas empresas para poder reducir las horas de trabajo de sus empleados. Pero España no es la única que trabaja en este proyecto: son varios los países que ya trabajan con este sistema e incorporan en su día a día fines de semana de tres días.
El país europeo que ahora se suma a esta nueva tendencia es Polonia. Para cambiar su ritmo y jornada de trabajo, las autoridades plantean dos posibilidades: una semana de 35 horas, reduciendo así una hora de trabajo cada día, o una semana de cuatro días laborables trabajando diez horas en cada una de las cuatro jornadas. Tras poner sobre la mesa las dos opciones, la población parece tenerlo claro.
La jornada de cuatro días llega a España
La jornada laboral de cuatro días ya es una realidad en distintas empresas españolas. El proyecto no solo queda fuera de las fronteras, sino que grupos de la talla de Telefónica comienzan a experimentar para ver si el cambio es viable. Mientras, zonas como la Comunidad Valenciana manifiesta su intención de impulsar un experimento en esta misma línea.
Pero lo cierto es que los cambios comenzaban hace más de un año. Algunos empresarios, como Dabiz Muñoz, daban el paso en busca de un mayor bienestar de sus equipos. El madrileño explicaba como cada miembro de su cocina tan solo trabajaba cuatro días a la semana, algo que afirma ha mejorado su productividad y resultados.
Ya en 2021, la cadena Desigual iniciaba una consulta a sus trabajadores para instaurar la jornada de cuatro días, con una respuesta negativa por parte de ellos. Por su parte, los trabajadores de Zataca Systems disfrutan de un fin de semana de tres días, trabajando 37,5 horas semanales repartidas de lunes a jueves.
La reducción de jornada se populariza
Los programas piloto y las pruebas se extienden por distintos países de Europa. La manera de entender la vida, los hábitos al trabajar y la priorización de la conciliación laboral y personal dan paso a distintos modelos de trabajo. Así, Polonia no es la única que trabaja en instaurar la jornada laboral de cuatro días, sino que otros países también desarrollan iniciativas en esta línea.
Bélgica, Islandia o Suecia han introducido programas para comprobar lo que ocurre con la productividad, además de ver cómo avanza el bienestar de los trabajadores. Hasta ahora, el impacto de estos cambios en Polonia ha sido positivo: ha aumentado la productividad y al satisfacción de los empleados.