Las fábricas aceleran su reapertura tras el paro de los transportistas. Después de más de 12 días afectados por la huelga, empresas como Calvo o Danone no esperaron a que terminara la semana para poner en marcha de nuevo las factorías, con el anuncio del Gobierno sobre la mesa y pese a que los transportistas 'rebeldes' anunciaron que mantendría la huelga.
Calvo, que cerró su fábrica de Carballo (A Coruña) el lunes, decidió volver a ponerla en marcha ya el jueves. Con más de 400 empleados, esta planta dedicada a las conservas de pescado (atún, sardina, mejillón...) es la única del grupo en España, por lo que su parálisis implica acarrear con "pérdidas millonarias diarias". Por eso, y a la vista de la evolución de las protestas, la compañía dio la orden de reabrir la fábrica sin esperar siquiera a la reunión de la plataforma convocante del paro con la ministra de Transportes, que se celebró el viernes por la tarde.
Una decisión similar a la de Danone que, aunque llegó a paralizar dos de sus fábricas en España durante esta semana (yogures y agua mineral), el viernes ya tenía todas sus plantas en marcha. "Las dos que paralizamos están funcionando a una capacidad menor todavía, pero hemos podido recoger la leche con normalidad y todas las fábricas están en funcionamiento", explican fuentes del gigante de los yogures consultadas por Vozpópuli.
Las fábricas no pueden perder ni un segundo más. De hecho, y aunque muchas de ellas amagaron con bajar la persiana durante la semana (Heineken, Pastas Gallo...) no llegaron a hacerlo, a la espera de que la situación se solventara y no hiciera falta parar las máquinas.
"Tenemos margen hasta el lunes", comentaban desde Pastas Gallo ya el jueves. De hecho, su presión y la de los supermercados acorraló al Gobierno. Transportes aceleró las negociaciones adelantando la reunión con el Comité Nacional de Transportes por Carretera (CNTC), para evitar el cierre masivo de fábricas y el desabastecimiento en las tiendas.
Las fábricas hacen cuentas
Las pérdidas de la cadena alimentaria y del gran consumo han superado los 2.000 millones de euros en solo dos semanas de paro. De hecho, los supermercados han calculado un sobrecoste diario de 130 millones, destinados a "minimizar el impacto de que no lleguen mercancías a tiendas, y tiene que ver con buscar nuevos proveedores, mover stock previstos para otras tiendas…", explicaban fuentes del sector consultadas por este periódico.
Ha sido toda la cadena la que estos días ha acusado falta de suministros. Las industrias de alimentación animal y ganadería se situaron "al borde del colapso sin poder abastecerse de materias primas para elaborar alimento para ganado ni hacer llegar ese alimento a la ganadería".
"Nos encontramos no sólo con un gravísimo problema económico y de bienestar animal, sino con un riesgo inminente de salud pública al no poder alimentar animales en las granjas", explicaban el miércoles las asociaciones que representan a estas industrias, quienes encontraron problemas estos últimos días para suministrar de materias primas y pienso a las explotaciones ganaderas.
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