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Buenas noticias para los usuarios: el fin del 'acoso' telefónico de las compañías de luz y gas podría estar cerca

La nueva normativa buscaría poner fin al acoso telefónico y a las contrataciones engañosas en el sector energético.

El Gobierno pretende acabar con las incesantes llamadas comerciales de las compañías eléctricas. Freepik

El Gobierno ha dado un paso decisivo para proteger los derechos de los consumidores en el sector energético. Ante la creciente preocupación por las prácticas comerciales abusivas y el acoso telefónico, se ha anunciado la prohibición de la contratación de luz y gas por teléfono, salvo que la llamada sea iniciada por el propio consumidor, tal y como informó en primicia el diario El País.

Esta medida, impulsada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), responde a las numerosas denuncias de usuarios que han recibido llamadas engañosas de comercializadoras, sin su consentimiento previo. Estas prácticas, según la CNMC, han ocasionado contrataciones con condiciones desfavorables o sin un conocimiento adecuado por parte del consumidor.

La nueva normativa se alinea con la Ley General de Telecomunicaciones de junio de 2022, que ya establecía el derecho de los usuarios a no recibir llamadas comerciales no solicitadas. Sin embargo, la CNMC ha detectado que esta ley no ha sido suficiente para erradicar este tipo de prácticas abusivas en el sector energético.

A partir de ahora, una vez se aprobase esta propuesta del Gobierno, las comercializadoras de electricidad y gas no podrán realizar llamadas telefónicas con fines comerciales, a menos que el consumidor haya solicitado expresamente esta comunicación. El objetivo es garantizar que las contrataciones se realicen de forma transparente y con toda la información necesaria para que el usuario pueda tomar una decisión informada.

Beneficios para el consumidor

  • Fin del acoso telefónico. Los consumidores dejarán de recibir llamadas constantes y molestas de comercializadoras.
  • Mayor protección frente a contrataciones engañosas. Se reducirán las posibilidades de que los usuarios caigan en trampas comerciales y contraten servicios que no necesitan o que no se ajustan a sus necesidades.
  • Mayor transparencia. Las contrataciones se realizarán de forma más clara y concisa, permitiendo a los consumidores comparar ofertas y elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades.

Impacto en el sector energético de luz y gas

Esta nueva normativa representa un cambio significativo en el sector energético, obligando a las comercializadoras a adaptar sus estrategias comerciales y a centrarse en canales de comunicación más transparentes y respetuosos con el consumidor.

  • Nuevos canales de venta. La prohibición de la contratación telefónica obligará a las comercializadoras a invertir en nuevos canales de venta, como plataformas online, aplicaciones móviles y puntos de atención al cliente presenciales. Esto permitirá a los consumidores comparar ofertas de forma más cómoda y personalizada.
  • Mayor competencia. Al desaparecer un canal de venta tradicional, las comercializadoras se verán obligadas a competir con mayor intensidad en otros ámbitos, como la calidad del servicio, los precios y la oferta de productos y servicios adicionales. Esto, a su vez, beneficiará a los consumidores, que podrán encontrar mejores condiciones en el mercado.
  • Retos para las comercializadoras. La adaptación a esta nueva realidad supondrá un reto importante para las comercializadoras, que deberán invertir en tecnología, formación y recursos humanos para ofrecer una experiencia de cliente satisfactoria a través de los nuevos canales de venta. Además, deberán desarrollar estrategias de marketing más efectivas para llegar a los consumidores y fidelizarlos.
  • Oportunidades para la innovación. Esta nueva normativa puede impulsar la innovación en el sector energético, fomentando el desarrollo de nuevas herramientas y soluciones tecnológicas que faciliten la contratación de suministros y mejoren la relación entre las comercializadoras y los consumidores.

En resumen, la prohibición de la contratación telefónica en el sector energético es un paso adelante hacia un mercado más transparente y justo para los consumidores. Si bien supondrá un desafío para las comercializadoras, también abrirá nuevas oportunidades para la innovación y la mejora de los servicios ofrecidos.

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