Nada está escrito. Al menos no en la Normativa Reguladora del PSOE. Lo que suceda este sábado dependerá de la voluntad de la gestora, cuestionada por varios socialistas. Se habla de sanciones, multas e incluso de expulsiones. Pero lo cierto es que no hay un marco legal que defina las consecuencias para aquellos que decidan no investir a Mariano Rajoy y no acatar la 'Posición política del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso ante el proceso de investidura', dictada el pasado 23 de octubre en Comité Federal.
Los estatutos federales son claros. "Las personas miembros del Grupo Parlamentario Federal están sujetas a la unidad de actuación y disciplina de voto", reza el artículo 78. Si no la respetasen, el Grupo Parlamentario y la Comisión Ejecutiva Federal podrían denunciar la conducta al Comité Federal. Pero no hay una Comisión Ejecutiva: hay una gestora provisional.
Los doce 'díscolos'
Hasta el momento, al menos una docena de diputados ha confirmado que romperán la disciplina de grupo y votarán en contra. La voluntad del dimitido secretario general Pedro Sánchez sigue siendo una incógnita. El pasado miércoles, Sánchez anunció en su cuenta de Twitter que votaría 'no' a la investidura de Rajoy en la sesión del jueves. En relación a la segunda votación, sólo dijo a los medios: "El sábado será otro día".
Camino del Congreso. Mañana votaré No a Mariano Rajoy junto a mis compañeros y compañeras.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 26, 2016
De los doce 'díscolos', siete son miembros del PSC: Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lídia Guinart, José Zaragoza, Mercé Perea, Marc Lamuà, Joan Ruiz. Otros dos fueron en la lista por Madrid como independientes: la jueza Margarita Robles y la excomandante Zaida Cantera. Los otros tres, por su parte, son militantes de base sin cargo orgánico: el vasco Odón Elorza, la aragonesa Susana Sumelzo y la gallega Rocío de Frutos.
El Reglamento Interno del Grupo Parlamentario Socialista establece en su artículo 33 que el Comité Director "podrá sancionar la emisión del voto contrario a la orientación acordada por el Grupo, cuando ésta se haya realizado de forma voluntaria y haya sido manifestada explícitamente".
De no acudir al Pleno, el PSOE podría sancionar a sus representantes con una multa de 600 euros
Votar no, sin embargo, no es la única opción. Los diputados podrían renunciar al acta, y dejar el escaño para no saltarse la disciplina de voto, o ausentarse. De no acudir al Pleno, el PSOE podría sancionar a sus representantes con una multa de 600 euros, según el mismo artículo 33 del reglamento interno.
Tras la segunda votación de este sábado, tampoco se sabe qué pasará con la relación PSOE-PSC, que data de 1978. Los catalanes han anunciado su intención de romper la disciplina de voto y decir 'no' a la investidura de Rajoy. El primer secretario del partido, Miquel Iceta, incluso ha declarado estar "preparado" para una reacción hostil del PSOE.
Preguntado -durante la rueda de prensa posterior al Comité Federal- por las posibles "medidas punitivas" que se pueden tomar, el presidente de la gestora, Javier Fernández, admitió no saber cuáles serías las consecuencias para aquellos que no acataran la disciplina de voto. Al día siguiente, y tras su reunión con el Rey, apuntó: "Ojalá no tengamos que tomar ningún tipo de medida punitiva".
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