Pedro Sánchez y su núcleo duro admiten que el “exceso de confianza” en que ninguno de los socios parlamentarios se atrevería a tumbar los tres primeros decretos en esta legislatura, porque incluían cuestiones tan sensibles para el votante como la revalorización de pensiones, les llevó al “error” de plantear la convalidación del Congreso como un “hecho consumado”; y de ahí el posterior caos, cuando vieron que Junts per Catalunya y Podemos iban tan en serio que estaban dispuestos a tumbar todo.
Al final, solo decayó el decreto de reforma de los subsidios a los parados, lo cual ha permitido a Sánchez desviar la atención hacia el “fracaso” de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por su enfrentamiento personal con los morados -más bien el de ellos contra ella-; no obstante, la lectura de puertas adentro tanto en La Moncloa como en el PSOE es otra: “preocupación” e “incertidumbre” por la legislatura, admiten a Vozpópuli diversas fuentes gubernamentales y del partido.
Tras lo ocurrido el miércoles, los socialistas ya saben que pueden perder cualquier votación crucial, incluida la de los Presupuestos, aunque se mantienen en el “no se atreverán porque eso supondría el fin de la legislatura y elecciones”. El diagnóstico compartido es que la necesidad de Carles Puigdemont de demostrar en todo momento que la continuidad de Sánchez pasa por él les va a deparar muchos más momentos parlamentarios de infarto como el vivido esta semana.
La estrategia inmediata ha sido la que viene en el manual del gobierno: culpar a la oposición -fundamentalmente al PP- por oponerse a cuestiones vitales como la subida de pensión a diez millones de españoles, pero saben que no basta; han de analizar cómo encapsular la relación con Junts y Podemos para que no contamine la buena sintonía que hay con ERC, PNV y Bildu.
El presidente ha convocado este sábado a todo su gabinete en la finca de Quintos de Mora (Toledo) para unos ejercicios espirituales; “estaba previsto hace días, antes de la votación”, matizan fuentes gubernamentales, pero se reconoce que va a servir para reflexionar sobre lo sucedido y ver la estrategia seguir, que no la tienen clara porque la crisis, que muchos veían a partir del primer o segundo año de legislatura, se ha planteado con toda su crudeza en el primer minuto y en la primera votación.
La respuesta inmediata ha sido la que viene en el manual de gobierno, es decir, balones fuera: culpar a la oposición -fundamentalmente al PP- por oponerse a subida de pensión a diez millones de españoles; pero la Dirección socialista sabe que eso solo le sirve para salir del paso, que ha de analizar cómo encapsular su relación con los rebeldes Junts y Podemos para que no contamine la buena sintonía que hay con ERC, PNV y Bildu.
Solo había que ver la cara del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, por los pasillos del Senado este miércoles -el Pleno se celebró allí por obras en el Congreso de los Diputados- para calibrar el desgaste que le supone al partido que hoy detenta la Generalitat de Cataluña ver como sus principales rivales electorales, Puigdemont & cía, se llevan el gato al agua de conseguir la competencia en flujos migratorios y medidas para la vuelta de las empresas que huyeron tras el referéndum ilegal del 1-O de 2017.
Al malestar de ERC se ha unido la inmediata reacción del PNV por boca del lendakari, Íñigo Urkullu, exigiendo para el País Vasco la misma competencia de flujos migratorios que Cataluña, lo cual abre una crisis de Estado sin precedentes porque el resto de autonomías no se van a quedar de brazos cruzados viendo cómo les desvíen los inmigrantes que no quieran aceptar
Al malestar de ERC se ha unido la inmediata reacción del PNV por boca del lendakari, Íñigo Urkullu, exigiendo para el País Vasco la misma competencia migratoria, lo cual amenaza con una crisis de Estado sin precedentes porque el resto de autonomías no se van a quedar de brazos cruzados viendo cómo Cataluña y País Vasco les desvían los inmigrantes que no quieran aceptar en sus territorios.
Cómo será el lío que otro de los socios parlamentarios, Coalición Canaria, sintiéndose engañado por esa cesión a Cataluña que no sabía antes de apoyar los tres decretos, ha pedido una reunión urgente de la Comisión de Inmigración -reúne a todas las autonomías-, para que el Gobierno explique el acuerdo alcanzado in extremis con Junts. No en vano, Canarias es la principal receptora de inmigrantes ilegales en patera y de donde salen miles de ellos rumbo a la Península.
“Papel mojado”
En el Gobierno, y en el PSOE, muchos están persuadidos de que ese pacto de última hora con Junts es en gran medida “papel mojado” para contentar a Puigdemont y salir al paso del fracaso tremendo que hubiese sido la caída del decreto ómnibus con pensiones, subida del IVA y otras medidas; pero también son conscientes de que, como Junts juega en otra liga, la del relato político, el episodio se va a repetir más pronto que tarde.
Por eso, a la reacción en caliente que del gabinete en la misma tarde del miércoles -“habría que haber dialogado con ellos y con Podemos antes de llevar los decretos al Congreso”- ha seguido otra más sosegada: “la verdad es que va a dar igual porque su intención es exprimirnos hasta el último segundo”; es decir, que si el el Gobierno a partir de ahora dialoga más de forma previa no va a ser por convencimiento en el acuerdo final sino para reforzar su relato de “lo hemos intentado todo”.
La visión más esperanzada corresponde círculo cercano a La Moncloa pero en las federaciones el diagnóstico es desolador y el panorama se ve mucho más negro: “Lo que pasó es lo que parece, la legislatura es un imposible y quien más credibilidad y fiabilidad se juega en cada votación es el Gobierno”, señalan fuentes cercanas al barón más crítico, García-Page
El Consejo de Ministros -lo hablará de manera informal este sábado en la finca de Quintos de Mora-, llevará al Congreso a partir de ahora sólo los decretos-ley (pocos) y proyectos de ley que previamente hayan sido negociados con los ochos socios de investidura, para que ninguno puedan acusar a Pedro Sánchez de imponer un trágala sin diálogo.
“Que cuando llevemos otro decreto ley o una ley al Congreso sea a sabiendas de que va a salir”, señala una de las fuentes, “porque es mejor eso que el desgaste de otra votación perdida”. “Hemos de pensar si el decreto ley, dada la composición del parlamento que salió en las elecciones del 23 de julio es lo mejor para gobernar”, insisten numerosos miembros del Gobierno y cargos del partido.
“Esto nos mata en las europeas”
Claro, que esa, la visión más esperanzada, corresponde círculo cercano al poder de La Moncloa y Ferraz, porque conforme uno se va alejando y se consulta en las federaciones, el diagnóstico es desolador y el panorama se ve mucho más negro: “Lo que pasó es, exactamente, lo que parece: la legislatura es un imposible y quien más credibilidad y fiabilidad se juega en cada votación es el Gobierno”, admiten fuentes próximas al barón más crítico, el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page.
Y, por ejemplo, un veterano del PSOE andaluz, muy alejado ahora de los círculos de poder de Juan Espadas, concluye rotundo: “No sé si este espectáculo nos ayudará electoralmente en Galicia, lo dudo, o en el País Vasco, pero nos mata en las elecciones europeas seguro”.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación