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El grueso del equipo que impulsó Podemos apuesta por las tesis de Errejón

Una treintena de los 68 integrantes del comité de coordinación que llevó al partido morado a las elecciones europeas de 2014 respalda el proyecto del sector moderado frente al escoramiento de los 'pablistas', proclives a estrechar los lazos con IU.

El grueso del grupo que llevó a Podemos a dar sus primeros pasos en 2014, sobre todo hasta las elecciones europeas del 24 de mayo, estuvo compuesto por quienes hoy se identifican con las tesis errejonistas. De aquel equipo de coordinación de 68 integrantes, divididos en comisiones de trabajo (extensión, financiación, prensa, análisis, programa, redes sociales...), una treintena de sus miembros (el 42%) comparte ahora el proyecto moderado en lo político y descentralizado en lo organizativo que defiende el número dos, Íñigo Errejón, de cara a Vistalegre II, cita clave sobre el futuro de Podemos.

Ese grupo fundador que puso los cimientos a la actual organización contó con la presencia de Rita Maestre, Jorge Moruno, Rodrigo Amírola, Jorge Lago, Alberto Montero, Clara Serra o Germán Cano, entre otros. Todos ellos participan estos días en los distintos actos organizados por la apuesta 'Recuperar la ilusión' en su pugna estratégica con la iniciativa de Pablo Iglesias y la de los anticapitalistas. También tuvo un papel destacado en aquel equipo el exsecretario de Podemos en la Comunidad de Madrid Luis Alegre, otrora cercano a Iglesias y ahora alineado con el planteamiento político de los errejonistas.

El sello de los anticapitalistas, el sector radical de la formación morada, estuvo presente con 15 miembros. Fue el caso de Miguel Urbán, Manuel Garí, Brais Fernández, Andrea Raboso, David G. Marcos o Jacinto Morano, entre otros. Esta corriente, 'Podemos en Movimiento', reclama ahora iniciar un proceso de desobediencia y de movilización social, al tiempo que pide menos poder para el secretario general y mayor democracia interna.

De aquel plantel que consiguió 1,2 millones de votos en apenas cinco meses, Iglesias todavía conserva estrechos apoyos, aunque en menor número que Errejón. Sigue teniendo a su lado al exsecretario de Programa Juan Carlos Monedero, a la responsable de Análisis Político y Social, Carolina Bescansa, pese a sus declaraciones de pasado miércoles, a la encargada del área de Edición y Traducciones en el Consejo Ciudadano estatal, Ana Domínguez Rama, o a Víctor Rey, secretario de Análisis y Programa de Podemos en la Comunidad de Madrid, entre otros.

Mientras Errejón siempre ha estado rodeado de sus mismos colaboradores, Iglesias, en cambio, ha ido alejándose de aquel grupo promotor para depositar su confianza sobre todo en los diputados Irene Montero y Rafael Mayoral, a los que fichó del movimiento antidesahucios, y en asesores con reciente pasado en Izquierda Unida (IU) y el PCE, como el también parlamentario Manolo Monereo o Francisco Gil Fuertes, adscrito a la Unidad de Análisis Estratégico que trabaja para el gabinete del líder. Estos oficialistas son proclives a estrechar los lazos con IU en la nueva etapa.

Fin del "todo o nada"

En relación a la autocrítica que hizo Bescansa el miércoles, Errejón coincidió en las consecuencias negativas que, a su juicio, tuvo para el partido la consulta convocada por Iglesias para definir las reglas de la II Asamblea Ciudadana estatal de Vistalegre, prevista del 10 al 12 de febrero. "Creo que desde entonces quedó claro que en Podemos se termina la lógica plebiscitaria del 'todo o nada'", señaló Errejón. 

Bescansa manifestó que la consulta de diciembre "debilitó" a la formación morada porque ahondó en la lógica del enfrentamiento entre Iglesias y Errejón y convirtió el debate en "una partida de ping-pong entre dos jugadores que no permite que la gente se exprese".

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