La amistad de los dos protagonistas de esta historia parecía férrea y duradera. Dos hombres que se conocían desde hace años y decidieron ser socios para abrir una consulta dental en pleno centro de Madrid, en la zona de Chueca. Todo se fue al traste, al igual que la empresa, entre acusaciones. El afecto acabó en los tribunales. Uno de ellos decidió abrir otro centro y fue acusado de llevarse clientes, máquinas y mobiliario por valor de 97.700 euros.
Los hechos se remontan al 14 de enero de 2014 cuando estos dos socios decidieron constituir una sociedad cuyo objetivo social era la "intermediación en la prestación de actividades odontológicas". Cada uno de ellos era el propietario del 50% de las participaciones.
Sin control en la clínica dental
Instalaron con toda la ilusión del mundo una clínica dental, cerca de la Plaza Pedro Zerolo. Todo marchaba bien hasta que el 11 de marzo de 2016 cambiaron el cargo de administrador único entre ellos. Desde esa modificación el afecto y la confianza se vino abajo.
Según la denunciada presentada por uno de los socios, el nuevo gerente no le informaba de las cuentas bancarias, no le entregó extractos de la situación económica de la empresa, ni de los pacientes o los movimientos bancarios. "Tampoco presentó en el Registro mercantil las cuentas anuales", aseguraba el querellante, quien tampoco dijo haber recibido los beneficios de su explotación.
Hubo pacientes que se quedaron sin tratamiento
Este hombre contaba con una gran reputación en la zona por sus establecimientos de hostelería. Cada vez que acudía a la clínica que regentaban en común se la encontraba llena de clientes pero no le informaban de la situación económica. El punto de inflexión fue cuando uno de sus amigos, que tenía pendiente un tratamiento, acudió a su cita programada en el local y ya se lo encontró cerrado.
Su amistad saltó por los aires el 2 de agosto de 2018 cuando el querellado constituyó una nueva sociedad unipersonal. Según la denuncia se llevó la cartera de clientes, aparatos sanitarios y mobiliario a su nuevo negocio. El Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid decidió continuar con las diligencias por los presuntos delitos de administración desleal y de apropiación indebida, según un auto al que ha tenido acceso Vozpópuli.
A petición del juez los agentes de la Policía Municipal de Madrid realizaron una inspección ocular en la clínica dental que abrió a posteriori este hombre. En este lugar encontraron una serie de bienes propiedad de la sociedad que ambos compartían, cuyo valor ascendía a 51.569,05 euros. También comprobaron que los logos de ambas empresas guardaban similitudes.
Un acuerdo entre ambos
La defensa del acusado, ejercida por el experto abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, reconocía que el querellado podría haber incumplidos sus obligaciones mercantiles pero no la comisión de delito alguno. Por ello, reclamaban que las acciones de responsabilidad se realizaran por la vía civil y no por la penal. Y es que de existir alguna irregularidad no estaría ligada a los delitos de los que acusaban a este dentista.
Las intermediaciones y negociaciones se prolongaron en el tiempo entre ambos examigos. Finalmente, el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid decretó el pasado 18 de mayo el archivo de las diligencias porque el querellante renunció a que continuaran las actuaciones al llegar a un acuerdo con su examigo.
El administrador de la empresa compró las participaciones sociales del querellante saldándose las posibles reclamaciones extrajudiciales. Además reconoció que había una controversia mercantil y que no se produjeron delitos penales. Una solución que a buen seguro aliviará los problemas legales pero que no afectará a la amistad ya rota de ambos exsocios.
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