El 47,4% de los catalanes no está de acuerdo con que en el sistema educativo de Cataluña la lengua vehicular sea el catalán, lo que contradice el reiterado "amplio consenso" defendido por antiguos responsables de Enseñanza de esta comunidad autónoma o políticos independentistas y nacionalistas, según pone de manfiesto el estudio 'El consenso de la inmersión lingüística: realidad o mito', publicado en 'Politikon'.
"Aunque la mitad de la población está de acuerdo con la inmersión, la otra mitad la rechaza. Además, la mitad de la población reconoce y apoya los derechos lingüísticos individuales, difícilmente compatibles con una política de inmersión", señalan los autores de este documento, Roberto Garvia, profesor de Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid, y Andrés Santana, doctor en Ciencia Política y de la Administración por la Universidad Pompeu Fabra. El estudio se basa en una encuesta realizada a 2.200 ciudadanos mayores de edad en 2016.
En ella, se incluye una pregunta para averiguar el respaldo a la inmersión lingüística en el sistema educativo catalán, medido a partir del grado de acuerdo con la afirmación 'Todos los niños deberían recibir la primera enseñanza todo en catalán', y dos preguntas sobre los derechos lingüísticos individuales: 'Los padres deberían poder elegir la lengua de enseñanza para sus hijos' y 'Los niños deberían empezar la escolarización en su lengua materna, ya sea ésta catalán o castellano'.
Los resultados de esta encuesta, según sus autores, evidencian que el reiterado "amplio consenso" sobre el uso exclusivo de la lengua catalana en la enseñanza no existe. Si bien aunque la mitad de la población está de acuerdo con la inmersión (50,8%), la otra mitad la rechaza (47,4). Además, la mitad de la población reconoce y apoya los derechos lingüísticos individuales, "difícilmente compatibles con una política de inmersión", según estos expertos.
Concretamente, el 49,5 por ciento considera que los padres son los que tienen que elegir el régimen lingüístico en las escuelas de Cataluña frente al 48,1 que rechazan esta afirmación. También hay división en las respuestas sobre si los niños tienen que ser escolarizados en la lengua materna, sea catalán o castellano: El 49,4 por ciento cree que está de acuerdo con esta afirmación, mientras que el 48,1 por ciento se muestra contrario a la misma.
Para los autores de este estudio las respuestas a estas tres preguntas "invitan a sospechar que quienes apoyan la inmersión rechazan los derechos lingüísticos individuales, y viceversa". Asimismo, sostienen que, de ser así, la población de Cataluña "se dividiría en dos grupos claramente definidos y de similar tamaño".
Así, por un lado apuntan que se encuentran "los partidarios" de la inmersión, que estarían de acuerdo con la primera afirmación y en desacuerdo con las otras dos --elección de los padres y escolarización en función de la lengua materna--; y "los detractores", con preferencias opuestas. "Una situación de este tipo se correspondería con la imagen de una Cataluña polarizada políticamente, en la que las preferencias lingüísticas en educación fueran una imagen especular de las opciones políticas", apostillan.
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